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Dicen que el amor es la fuerza más poderosa del universo.
Dicen que puede unir a dos seres como nadie y nada más. Dicen que puede hacer que alguien cruce hasta llegar al otro lado del mundo. El amor vuelve loca a la gente, la hace llorar, la hace sonreír. El amor puede ser entre una pareja de esposos amorosos, una madre y su hijo, una niña pequeña y su mejor amiga.
Dicen que el amor no tiene límites
Y es así, el amor no tiene límites, solo las personas son capaces de poner su propio límite. Y al parecer Taehyung y Jungkook decidieron no poner barreras al suyo.
Jungkook permanecía ahí cuando Taehyung despertó, temprano en la mañana. Podía sentir la calidez de la persona que más amaba acompañarlo en un despertar más de su vida. Se sentó un instante, para observar la figura que mantenía a su lado dormido como un ángel, porque eso sentía cuando estaba junto a él, sentía que podía tocar el alto del cielo y acariciar cada una de las nubes que yacían en ella, el pequeño azabache aun permanecía dormido, con la respiración lenta, pero sin dejar de ser tan hermoso como siempre lo fue, aunque... había algo, aun tenia las marcas que le propicio su amor hacia el rubio.
-Jungkook- susurro cerca al oído del otro. Jungkook indico la molestia de algo en su placido sueño, ocasionando que despierte entre breves pestañeos, buscando que su vista se acople a la luz del día, luego de lograr esto manteniendo la mirada en aquel tan hermoso rubio que lo observaba desde su lado de la cama.
Jungkook le dio a Taehyung una mirada amable, la misma mirada que le gustaba apreciar día tras día, esos ojos tan bonitos que lo hacían sentir inalcanzable para el resto, pero tan cerca del suyo, logrando que capte la realidad a la que estaba sometido, la realidad era que amaba a un hombre con la misma o incluso una mayor intensidad a la que debía amar a una mujer, lastimosamente –para la sociedad- era un realidad que existía, que siempre iba a existir, así cuanto lo evite, no podía correr de aquel muchacho que lo hacía sentir tan frágil como para ser tomado y en el mínimo descuido ser soltado para luego pasar a ser mil pedacitos de vidrio roto, porque también lo hacía sentir la persona más fuerte en el mundo, pero fuerte para protegerlo a él, porque no estaba dispuesto a perderlo de vista, no estaba dispuesto a renunciar a ese amor, no iba a perder a su gran amor, a su única moonflower, esto era inútil, pues la sociedad los enjuicio para irse al infierno, aunque sin contar que ambos estarían dispuestos a recorrer todos los infiernos, solo porque estarían tomados de la mano, siendo felices junto al otro, a pesar de que su alrededor estaba lista para borrarlos de la lista. Ellos se seguirían amando. Todo eso era lo que esos preciosos orbes negros le transmitían, esos pequeños orbes negros tenían la misma intensidad que el amor entre ambos.
Cada vez que Taehyung se sentía herido, iba corriendo a Jungkook. Y cada vez, por mucho que Jungkook supiera que saldría lastimado, lo recibió con los brazos abiertos. Lo abrazó por la noche y le dijo que todo estaría bien. El mismo Jungkook le dijo a Taehyung que su hijo era más importante que nadie. Todo eso estando enamorado de él.
