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-Es la tercera vez en esta semana que vienes Jungkook, en serio, todo está bien-
Jungkook lo sabía, sabía que era la tercera vez en la que iba a la casa de Taehyung, claro a verlo a él, pero también a ver a Verónica y el crecimiento del bebé, claro que era un poco descarado por su parte, pero no podía evitar amar al bebé de la persona que más amaba en el mundo. -Solo traje esto para Verónica y el bebé- menciono mostrando una pequeña ropa para bebés, de color celeste con franjas blancas, era de a tejido, eran tan pequeño que causaba tanta ternura.
-Jungkook, ¿como estas?- pregunto Verónica, mientras corría hacia él para darle un abrazo de bienvenida, no existía resentimientos entre ambos por todo el tormento en el que estaban involucrados, todo era calmado, comprensible.
-¿Como te va con la facultad de derecho?¿te ocupa demasiado tiempo?- continuo.
-Sí, un poco- respondió Jungkook sin decirle la verdad, pues había perdido todas las últimas clases. No era su culpa, no podía concentrarse con todo lo que había pasado esa ultima semana, pensando en el futuro, como sería el pequeño bebé, si se iba a parecer a Taehyung o si se iba a parecer a Verónica, ambos eran extremadamente simpáticos, así que el bebé sería el más hermoso.
-Si claro, señor Adams, le pediré que lleve los papeles- Menciono aquel chico rubio bajando por las escaleras, con el teléfono en manos mirando el reloj que llevaba puesto.
-Kookie, estas aquí- pronuncio, dirigiéndose hacia ambos, si bien el divorcio con Verónica ya había sido procesado, Jungkook y Taehyung lo hablaron, no querían dejar sola a Verónica en esto, a pesar de todo ella seguía siendo la madre de su hijo. La seguía amando como madre.
-Oh, Dios.-Jungkook exhaló, despertando de repente. -¿Hoy es miércoles? Oh , hoy tengo que ir a ayudarle a la corte- se recordó a sí mismo. Se había olvidado por completo. Con las ganas de ver a Verónica cada día de la semana, no recordó el pendiente que traía.
-El señor Adams me pidió que lleves unos papeles- Menciono, notando como el chico salía corriendo de la casa de este.
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Lo abrió, recordándose rápidamente a sí mismo sobre el caso. No tenía que hacer mucho, estaba allí básicamente para observar, pero era bueno tener algo para mantener su mente ocupada. Un caso. Correcto. Defendían a un hombre que había sido acusado de lavado de dinero. Correcto. Cosas habituales. Jungkook estaba bastante seguro de que el hombre había ocultado la procedencia del dinero obtenido ilegalmente en bancos extranjeros, pero bueno. Ser abogado significaba a veces defender a las malas personas.
Se levantó de su asiento y siguió al hombre mayor fuera del edificio. Parecía más estresado que nunca. -¿Ese bastardo se presentará a la corte esta vez, o simplemente enviará a su asistente de nuevo?- preguntó el mayor.
-¿Qu-quién?- Preguntó Jungkook, con los ojos muy abiertos
-Kim Taehyung- Dijo el Sr. Adams con voz irritada. Jungkook se quedó helado.
