Es brillante y temprano a la mañana siguiente cuando Amanda tocó la puerta.
-¡Buenos días, Verónica! El cielo está brillante los pajaros cantan y es hora de la Tortura.
Amanda siempre arrastra mi poco dispuesto trasero a la Tortura, es el nombre de un programa de ejercicio tipo campo de entrenamiento en el gimnasio local.
-De acuerdo, deja que me cambié, y nos vemos abajo.
....
No estaban siendo lindos al llamar al programa "Tortura" el trabajo es, de hecho, tortura.
Lo unico bueno de esto, y la razon por la que la sala está repleta de mujeres ansiosas a las 8 de la mañana, es por el sexy entrenador, Diego.
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Sus músculos glúteos parecen mas firmes que el mármol y siempre huele a coco.
Llegamos un poco temprano a la clase por lo que Amanda comenzó hablar tranquilamente con Diego.
-Es bueno verlas chicas, amanda tu rango es excelente y Verónica...
Trato de no reirme mientras el batalla para hacerme un cumplido.
-Has logrado mantener el ritmo de la clase y estas mejorando constantemente, admiro eso de ti-Dijo nervioso.
-Es bueno dar cumplidos-Dije rápidamente
Amanda giro a verme con los ojos abiertos.
"Eres una perdedora"
-Es un milagro que Verónica haya venido, ya sabes es un poco perezosa.
Diego se acerca a mi con una tarjeta y me la entrega, al verla veo un numero de teléfono
-Me gustaría que consideres algunas lecciones privadas conmigo.
Amanda se ahoga con la botella de agua y me mira con una sonrisa pícara.
-Voy a ir al baño antes que comience la clase, ustedes dos continúen y hablen.
Guardo la tarjeta mientras trato de no desmayarme ante la sonrisa de Diego.
-Las lecciones privadas serian agradables.-sonreí
-¿O tal vez podria invitarte a cenar?
Mi estómago se agita con los nervios, la pregunta era si estaba lista para salir con alguien nuevo.
-Aun no estoy segura, acabo de salir de una relación y-
-Es solo una cena, podenos ir como amigos.
-Genial, como amigos entonces-sonreí.
-Maravilloso, hecha un vistazo a tu agenda y llámame.
Nos dirigimos hacía el salón para comenzar con la clase, me sacó la campera y me ató el pelo a una cola.
