Capítulo dos.

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Se miró en el espejo una vez más antes de salir de casa, lucía su sweater favorito, aquel con huellas de gatito bordadas en las mangas y cuello, despeino un poco su cabello y sonrió, se veía bastante lindo.

Su profesor de literatura inglesa había cancelado la clase de ese día, por lo que Felix quedó de reunirse con uno de sus compañeros con él que compartía esa clase para empezar con el ensayo del libro que debían hacer en parejas. Milagrosamente había logrado salir de su casa temprano, por lo que podía caminar tranquilamente por las calles de Seúl, también podía haber tomado el autobús,  pero realmente no debía ir tan lejos, así que sería un gasto innecesario. 

Cuando Bangchan le dijo donde se reunirían, Felix no pudo sentirse más feliz, era la cafetería que quedaba frente a su academia de danza, aquella en donde trabajaba el barista serio y guapo, mentiría si dijera que después de saber aquel importante dato no había puesto más empeño en su imagen. 

Al acercarse a la familiar fachada del lugar arregló su ropa y cabello por última vez antes de entrar, lo primero que vio fue a su compañero en una de las mesas cerca de la entrada, el menor no lo había visto todavía, por lo que se permitió dar un vistazo al lugar, no había rastros del chico de cabello negro junto a la máquina de café, de hecho, el café estaba vacío, excepto por Bangchan, dos o tres clientes más y Felix mismo, se dirigió a la mesa en la que estaba su compañero extrañado por la ausencia de trabajadores.

—Felix-hyung —saludó Banghan cuando notó la presencia del mayor.

—Hola, Bangchan, estás muy temprano aquí, ¿Emocionado por empezar a escribir sobre "Cumbres Borrascosas"? —bromeó Felix mientras sacaba el libro en cuestión y su agenda de apuntes.

—Oh, a la bibliotecaria no le gustará esto —murmuró el menor mientras tomaba el libro de Felix y lo ojeaba, abriendo los ojos cada vez más observando el montón de post-its que había puesto su hyung por todo el libro.

—No es de la biblioteca, lo compré porque me estaba gustando mucho y así era más cómodo resaltar lo importante.

—Lo importante, claro, porque "He luchado amargamente en la vida desde que oí por última vez tu voz, tienes que perdonarme porque luché solo por ti"  es un dialogo súper importante para nuestro ensayo sobre la cronología de la historia —se burló Bangchan leyendo una de las frases resaltadas del libro.

—Déjame en paz, ya sabes que soy un romántico, no lo entenderías —Bangchan rió mientras disimuladamente le tomaba una foto a la frase para decírsela a su novio luego. 

—Buenos días, ¿Ya saben que van a pedir? —Felix alzó la mirada encontrándose con el barista del otro día, quién al parecer hoy hacia de mesero. Felix le sonrió usando su sonrisa especial, aquella con la que sus amigos decían que nadie sería capaz de negarle nada, pero el chico pelinegro sólo desvió la mirada. Auch ¿Acaban de ignorarlo?

—¿Eres Hyunjin-hyung? —la pregunta de Bangchan tomó por sorpresa a ambos chicos.

—¿Si?, es decir, sí —respondió el mesero, que ahora tenía nombre, entrecerrando sus ojos con una mirada confundida para luego abrirlos de una manera que a Felix le pareció adorable—. Oh, debes ser el novio de Changbin.

—Sí, dice que lo lamenta mucho y que de verdad está muy enfermo, de otra manera no te dejaría trabajando sólo, hyung —explicaba el menor de los tres mientras buscaba algo en su mochila, mientras Felix y Hyunjin jugaban a mirarse mientras el otro no se daba cuenta, hasta que Felix se dio cuenta de lo que hacían y reunió valor.

—Yo soy Felix —se presentó tratando de que el nerviosismo que sentía no se notara en su voz.

—Hola Felix, yo soy Hyunjin —respondió el pelinegro seriamente, pero mirando al castaño de una manera que casi lo hace sonrojar.

—Eso dije hace unos minutos —dijo Chan que había dejado de buscar en su mochila y ahora los miraba a ambos con una sonrisa, extendiéndole al mayor unas hojas—. Aquí están tus apuntes, hyung, fue fácil encontrar a tu amigo, de hecho, estaba esperándome cuando salí de clase.

—Sí, Changbin me dijo en que edificio era tu clase y yo le dije a Seungmin, muchas gracias, Chan, y dile a Changbin que no se preocupe, espero que se mejore pronto —dijo el mayor sonriendo, ahí estaban esos hoyuelos otra vez, Felix se cruzó de brazos lentamente, él quería que Hyunjin le sonriera así—. Bueno, debo volver a trabajar, ¿Qué van a ordenar, chicos?

—Yo sólo quiero un café negro.

—Yo quiero un frapuccino napolitano y una dona de chocolate con relleno también de chocolate—pidió contento el castaño hasta que vio la expresión en los rostros de Hyunjin y Chan—. ¿Qué? ¿Algún problema con mi pedido?

 —A excepción de que vas a tener diabetes si sigues así, ninguno, volveré en un rato con sus pedidos —dijo Hyunjin prácticamente huyendo, no se suponía que le respondiera a los clientes de esa forma, pero a veces era demasiado impulsivo, y la mirada del chico lo ponía muy nervioso, no le gustaba que la gente bonita lo mirara porque se volvía torpe, y aquel castaño, Felix, era de lejos el chico más lindo que había visto en su vida.

Suspiró con desagrado sacando la dona del menor, odiaba las cosas dulces, no las soportaba, le daban mucho dolor de cabeza y ganas de vomitar, mal día para trabajar en una cafetería, pensó riéndose un poco para volver a fruncir el ceño casi de inmediato, debía averiguar qué carajos era un frapuccino napolitano y cómo se hacía. 

















 Coffee eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora