Capítulo tres.

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—Otra vez, ¿Por qué tengo que acompañarte?

—Porque me da vergüenza ir solo y me quieres mucho —respondió el menor mientras recibía una galleta que le ofrecía Changbin.

—¿Estás nervioso? No estés nervioso, Minnie, es una academia, no un grupo, probablemente sólo te pidan que bailes y de acuerdo con tu nivel te pondrán en alguna clase —dijo Changbin, Hyunjin cerró los ojos con frustración, eso sólo pondría a Seungmin más nervioso.

—Me voy a desmayar, ya no quiero ir.

—Seungmin, vamos antes de que te arrepientas —tomó la mano de Seungmin y lo sacó prácticamente a rastras del café bajo la mirada de un sonriente Changbin que le gritaba palabras de ánimo al menor.

Cruzaron la calle que los separaba de la academia de baile, era un lugar muy bonito, también muy conocido debido a la calidad de sus profesores y estudiantes, entendía que Seungmin estuviera nervioso, pero no iba a decírselo o el menor saldría corriendo.

—Hola, ¿En qué puedo ayudarlos? —en cuanto cruzaron las grandes puertas de vidrio del lugar una cálida voz los recibió, un chico muy guapo los miraba desde la recepción.

—Sí, hola. Venimos por información, quiero entrar y me gustaría saber cómo —dijo Seungmin con una sonrisa, todavía estaba nervioso, pero como sólo era una persona con quién debía hablar empezó a relajarse.

—Claro, déjenme mostrarles las instalaciones mientras les hablo de los precios y los planes que tenemos de acuerdo con los grupos en que se dividen los estudiantes —dijo el chico saliendo de detrás del escritorio—. Mi nombre es Han, denme un segundo.

Seungmin y Hyunjin lo observaron mientras salía corriendo hacia el interior de la academia y volvía rápidamente trayendo del brazo a un chico de cabello azul, sentándolo en el escritorio mientras este lo miraba de mala manera.

—Ni siquiera sé lo que tengo que hacer, Han —dijo el chico cambiando su mala cara para hacer un puchero.

—Sólo tienes que sonreír y saludar, Innie, no tardo —Hyunjin escuchó una suave risa y miró hacía su costado, al menos el numerito de Han le había quitado el nerviosismo a Seungmin.

—Por favor síganme, bien. Primero tenemos las salas de clase que usamos para géneros en específico, algunas se usan para dos o más, por lo que no suelen compartir horario y puedes asistir a la que quieras, tenemos un plan que cubre.... —el chico, Han, a pesar de ser tan joven parecía saber que decir. Hyunjin se dedicó a observar las instalaciones, las salas eran bastante parecidas unas con las otras, todas completamente limpias, algunas ocupadas y otras no. Una de las ocupadas llamó especialmente su atención, un montón de niños corriendo de un lado a otro sin nadie que los controlara, al parecer también había llamado la atención de Han puesto que el chico se detuvo frente a esta.

—Lo siento, esto no suele ser así —se disculpó el alto buscando algo—. El profesor de los niños no pudo asistir hoy, pero se suponía que habían llamado un reemplazo-

Las palabras del chico se cortaron en el aire con el sonido de pasos rápidos que se acercaban, Hyunjin ni siquiera tuvo el tiempo de voltear para buscar el culpable, porque esté se estrelló contra su espalda, pero antes de que pudiera girarse para ver si aquella persona estaba bien, esta se levantó y entró corriendo a la sala donde estaban los niños, Hyunjin sólo pudo obtener un destello de cabello castaño y ropa deportiva azul marino.

—¡Felix-hyung, tienes que dejar de llegar tarde! —gritó Han frustrado.

—Aún me queda un minuto ¡No es mi culpa que todos lleguen temprano! —escuchó al chico gritar de vuelta y luego con una voz más calmada hablarles a los niños—. Hola a todos, soy Felix y seré su profesor.

Hyunjin rió disimuladamente, eso sería algo que él haría, a Han no le pareció tan gracioso, pues empezó a quejarse sobre su hyung, Seungmin lo miraba asintiendo, pero Hyunjin sabía que estaba ocultando sus ganas de reírse.

Aprovecho que los menores estaba ocupados para mirar por la ventana que daba a la clase, en donde los niños estaban sentados en un círculo escuchando lo que un chico castaño parado en el centro les decía, Hyunjin entrecerró los ojos, era el chico azúcar, Felix, apartó la mirada sintiendo como su cabeza empezaba a doler.

Hyunjin no era de exagerar, pero por ese chico tuvo que estar quince minutos de su vida buscando como hacer la bebida que pidió el otro día en el café, cuando le contó a su padres pensó que estos se reirían, pero en cambio lo pusieron a leer libros y blogs sobre preparaciones de café todo el día, Hyunjin no estaba muy seguro de que el tal Felix le cayera bien, por más atractivo que fuera, esperaba no verlo más en la cafetería, y si lo hacía, esperaba que pidiera un vaso de agua y una galleta, como la gente normal.

Por supuesto, la suerte nunca estaba de su parte, puesto que esa misma tarde el castaño se presentó en el café, Hyunjin casi gruño al ver al chico sentado en la barra justo frente a la máquina de café, no era buena señal. Se dirigió a atenderlo con la ilusión de que Felix pidiera algo que sus torpes manos pudieran hacer, también podía pedirle a Changbin que lo hiciera, pero el chico estaba en la parte trasera del local tomando su descanso, probablemente llamando a su novio.

—Hola, Hyunjin —saludó el castaño con una radiante sonrisa, Hyunjin se puso nervioso otra vez, Felix sólo lucía ropa deportiva, estaba algo sudado y tenía una gorra puesta, Hyunjin supo que acababa de salir de la academia, era injusto que alguien luciera así de atractivo después de alguna actividad física—. ¿Te acuerdas de mí? Soy el amigo de Chan, Lee Felix.

—Oh, sí. Claro, claro que te recuerdo —se había quedado embobado mirando esos brillantes ojos marrones por tanto tiempo que Felix pensaba que no lo reconocía, la verdad era que el muchacho le había causado varios dolores de cabeza sin siquiera hablar más de una vez, hablando de dolores de cabeza, Hyunjin sacó su libreta de pedidos preparándose mentalmente para hacer la pregunta—. ¿Qué puedo traerte?

—Está vez sólo quiero.... —Hyunjin esperó mientras el chico miraba hacia sus manos, ocultas bajo la barra, levantó una ceja a la espera de que Felix pidiera algo. Que sea agua, que sea agua—. Quiero un raspberry passion tea lemonade.

Felix empezó a sentirse nervioso cuando Hyunjin sólo se quedó mirándolo fijamente, sin siquiera anotar su orden, miró disimuladamente la mano en la que tenía anotado el nombre, ¿Lo habría dicho mal?

—¿Puedes repetírmelo una vez más? —preguntó Hyunjin sintiendo un tic en el ojo. Felix lo repitió disculpándose por su inglés, Hyunjin estuvo a punto de decirle que todo estaba perfecto y que por ese tierno acento soportaría hacer las bebidas más complicadas de este mundo, pero por supuesto, no lo hizo, se retiró diciendo que debía atender otra orden y que volvería en un segundo. Cuando estuvo fuera de la vista del castaño sacó su celular rápidamente buscando en internet la bebida del chico, suspiró un poco más aliviado, al menos esta vez no era tan complicado, lo malo, ahora tendría que leer blogs sobre bebidas que no fueran café.

Felix estaba un poco triste, se había quedado parte de la noche buscando bebidas complicadas y extravagantes para pedirle  Hyunjin y de esta forma iniciar una conversación en donde el chico halagaba sus buenos gustos y conocimientos, pero el ojo de Hyunjin había hecho una cosa rara luego de que él le dijera su pedido, quizás no era suficiente, debía buscar más, quizás bebidas más complejas, más exóticas, usar términos técnicos también podría estar bien.

Le agradeció a Hyunjin cuando este trajo su bebida, observándolo trabajar y arreglar otros pedidos, se rió un poco de si mismo, todo lo que estaba haciendo por conocer mejor a un chico, pero Felix no se iba a rendir, Hyunjin tenía algo que lo atraía mucho, quizás su cabello lleno de trenzas oscuras como el chocolate favorito de Felix, la preciosa sonrisa que había tenido el honor de apreciar, no lo sabía, pero realmente quería conocerlo un poco más antes de pedirle una cita. Hizo una mueca al probar su bebida, no estaba mal, pero esperaba que tuviera un sabor diferente, se encogió de hombros tomándose el resto, al fin y al cabo, Hyunjin era el experto, ¿no?







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