Jungkook perdió a su novio hace 5 años, su vida a cambiado y sus amigos lo han notado, pero todo cambia cuando tropieza con un pequeño rubio que hace que vuelva la alegría en él. Para sus amigos no es muy grato la presencia de ese rubio, a pesar de...
Si todo va bien, estaré llegando en dos días, se que dije que solo sería un mes pero todo se complicó y no vengo solo, me acompaña un invitado que estará unos meses conmigo.
13/Agosto/2014
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—Eunwoo, listo aquí está tu hoja de vacaciones— la chica extendió una carpeta de color amarillo y una pluma frente al chico— solo necesitaba que firmaras para que pueda cubrirte una semana más de lo permitido— vio detenidamente al jóven que terminaba de colocar la firma en el documento y con una cálida sonrisa dijo— eso sería todo.
—Gracias Hye te debo una muy pero muy grande— extendió los papeles firmados frente a la chica y dio un suspiro de alivio— nos vemos dentro de dos meses— el jóven dio una pequeña reverencia, acompañada de una amplia sonrisa y se retiró dando unos cuantos saltos de alegría.
—¡Te deseo unas muy buenas vacaciones en Corea!— agitó las manos en forma de despedida, mientras veía como su compañero se alejaba— las mereces— susurró, al ver cómo Eunwoo desaparecía entre los pasillos.
Hye lo decía enserio, sabía perfectamente que su amigo desde hace tiempo quería visitar a su primo, pero debido al trabajo en el hospital, resultaba cancelando sus planes.
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Eunwoo mentiría si dijera que no esta feliz porque de verdad estaba extremadamente feliz de volver, por fin había llegado a Corea después de un largo viaje de Japón, quizás podría pasar a visitar a su primo, tal vez le llevaría unos cuantos girasoles y unas cuantas rosas no estarían nada mal, también quería ver si Jungkook estaba mejorando, después de la última recaída que tuvo justamente hace unos cuantos años, siendo la última vez que había estado de visita en Corea, aunque sabía que lo estaría, ya que no había tenido ninguna mala noticia respecto a él.
Llegó a la dirección que recordaba perfectamente y se dirigió hacia la puerta del edificio. Un par de insultos acompañados de furia hicieron que girará la cabeza y mirara al dueño de estos, que sin duda se sorprendió cuando vio de quien se trataba.
