𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 2

107 6 2
                                        

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ•••• •••• •••• •••• ••••
"Si la vida fuera otra y la muerte llegase entonces, te amaría hoy, mañana...por siempre...todavía." 

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤMario Benedetti.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ•••• •••• •••• •••• ••••


Poco a poco comencé a recordar a todos y mi vida antes del accidente, pero la realidad es que no todo ha regresado. Que cansancio, que vacío... quiero dormir y no despertar, allí en mis sueños donde el tiempo ni existe y una suave voz me llama; con un tono alegre repite mi nombre. Los parpados comienzan a ceder ¿Cómo se presentará hoy? ¿por fin podré verle en su totalidad?
—Kevin... Kevin... —apenas es audible, un susurro.
—¿Qué pasa?—respondo con la esperanza de que mi voz le llegue.
—¿Me quieres?Dime que me quieres.Aleja mis miedos, por favor.
—Sí, te amo—Ya casi puedo tomar su mano, es una distancia tan corta... Sólo tengo que extender un poco más mi brazo en su dirección.¡No! Se desvanece su silueta, se pierde, se aleja, de nuevo estoy solo en la obscuridad. Una voz familiar me llama, la escucho entre las sombras... es Eddy. No quiero despertar, no quiero verlo... es que... a veces el vacío con su presencia aumenta, disminuye, es extraño el momento en que dura un suspiro el alivio, ,e lastima y sana ¡Vete!
—¡Kevin!— abro los ojos, está sentado mi lado y toca mi hombro.
—¿Cuánto tiempo dormí?—desvío la mirada, mis ojos atraviesan el cristal posándose en la ventana del otro lado de la calle.
—Fueron casi veinte minutos y te estuve esperando abajo.
—Ah... ya veo. Lo siento—quiero llorar como nunca en mi vida, pero sin ningún motivo.
—¿Qué estabas soñando?—tocas mi cabeza y me atraviesa un dolor punzante el pecho, abres la herida que inconscientemente tengo, que trato de sanar sin darme cuenta.
Mi sueño... si te contará mi sueño... ¿qué harías? Cerraré los ojos de nuevo, ignorando mi propia pregunta, deseo en lo más profundo saber de quién es la voz llamándome; ¿lo conocí antes? ¿Fue parte de mi vida? Si es así, no tiene lógica que sintiéndote una parte de mi ser no te recuerde.
Kevin, vuelves a soñar con Doble D, vuelve a ti cada noche y nunca recuerdas por la mañana, veo en tus ojos la remembranza perdida de su ausencia. Lo amabas tanto que seguramente si retornara a tu memoria te volverías loco de dolor. Han pasado nueve meses desde el accidente, seis desde que despertaste y tres en una relación meramente física de complacencia, nuestro único vínculo es Edd ¿Cómo fue que le prometí eso? Recuerda Eddy, recuerda la razón por la que estás a lado de Kevin.
—Eddy... cuida de Kevin ¿sí?— habla casi exhausto, sin vida, desvaneciéndose.
—Tonto, para eso estarás tú. Perdón... yo...
—Está bien—sonríes a pesar de todo, eres demasiado bueno, Edd.
—Perdón, perdón—lo repito tanto mientras lloro incontrolable; ¡duele maldición! Me está torturando saber que te desvaneces.
—No llores Eddy, gracias por ser mi amigo... promete que cuidarás de Kevin—no digas cosas que indiquen el final, no me martirices con este saber inevitable de tu partida.
—Lo prometo—el agarre de tu mano comenzó a ceder, tu corazón se detuvo y casi pude escuchar un murmullo diciendo "Gracias"
La habitación se llenó de enfermeras y doctores, los padres de Doble D lloraban desesperada mente, su amor fue más evidente tras su partida; Ed no lo asimilaba y le llamaba casi gritando. No sé en qué momento me separaron de él, deje de sostener su mano, de estar en la habitación, dejar de escuchar el llanto, no sé en qué instante me desconecté de la realidad y transcurrió el tiempo. De la nada me encontré en su sepelio, todos vestían de negro, las oraciones se elevaban para su descanso eterno, muchos rostros afligidos tapizaban el paisaje, ese triste día apenas podían contenerse las lágrimas; yo ya estaba cansado de llorar en silencio, la ceremonia la sentí tan breve que me quede parado frente a su lápida leyendo y delineando con las yemas de mis dedos su nombre grabado para nunca olvidar. La culpa me aplasta, cada vez que lo recuerdo; el momento que me supe un asesino indirecto.
Deposito un beso en la frente de Kevin, tan divino y casto que casi parece irreal, nueve meses desde su muerte y no asimilo aún la relación que desarrolle con el amor de su vida. Todos los días busco inútilmente a Doble D en Kevin, en sus ojos, en su tacto, en su presencia misma; parece que nada queda de él en ningún lado. Mi atención se desvía al cuerpo recostado a mi lado con el rostro mortificado que refleja una queja, una pesadilla.
—No... no te vayas... te amo—sigue dormido, él lo recuerda sin saber quien es.
—Su nombre es Eddward—le susurro al oído y un par de lágrimas se asoman a las comisuras de sus ojos.

El vértigo de la vida sin ti❤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora