Día 9

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Desperté con los rayos solares dándome directamente a la cara; miré el móvil que tenía en la mesa ratona, 9:30 A.M. Sam no estaba en casa así que lo mejor que podía hacer era revisar mi móvil, donde tenía cuatro mensajes sin leer de Camila.

"Hey! Cómo estás? por favor respóndeme"

"Me asustas, hija. Respóndeme tan pronto veas este mensaje"

"He hablado con tu abuela, me ha dicho algo de un chico. Espero que él si te trate como mereces"

"Supongo que debes estar dormida, suponiendo que son como las 2 allí. Me tienes con los nervios de punta, escríbeme ¿Quieres?"

Reí por los mensajes, realmente tenía pensado llamarla, pero allí eran como la una de la mañana así que solo le mandé un mensaje diciéndole que cuando despertase me escribiera. Camila había sido muy cercana a mí, pero Hanna no se llevaba muy bien con ella y después Cami se tuvo que mudar, así que nos alejamos bastante, pero era una gran chica, algo dramática, pero tenía una forma de ser espectacular

- ¡Hey! – escuché la puerta abrirse - ¿Quieres desayunar? He ido a comprar algo de comer, te aseguro que todo está delicioso

- ¿Sabes? Nunca le digo que no a la comida – sonreí un poco adormilada. 

- Entonces, mientras sirvo esto, deberías ir a bañarte - mencionó - tienes una cara de sueño increíble

- Bobo – le insulté ligeramente, mientras me metía al baño que me había indicado.

Cuando estuve lista, salí del baño aun secando un poco mi pelo, llevaba los ojos tapados así que no me tropecé con algo y me pegué, un poco, casi nada, pero me había salido un hematoma enorme, cabe aclarar que Sam se rio de mi, aunque me pasó una pomada para que dejara de dolerme.

- Eres un poco tonta - mencionó Sam luego de un rato

- Gracias, me lo dicen seguido – dije con sarcasmo mientras le ponía una mueca – me duele el brazo

- Lo sé, pero ¿Cómo se te ocurre caminar si no ves? - pregunto volviendo a reírse de mi.

- Eres un poco pesado - le molesté

Sam simplemente empezó a reír y yo junto a él; era muy lindo hacer aquello, más que nada, porque eran tan pocas las veces que eso sucedía que, reír con alguien a quien le tuvieras, así fuera, un poco de aprecio, era simplemente increíble. 

Cuando terminamos de comer lavamos los platos entre risas y bromas malas, no teníamos mucho que hacer, así que decidimos ver alguna serie por Netflix. Empezamos a ver The Rain; era realmente entretenida, así que nos acabamos casi toda la primer temporada de una. No nos habíamos dado de cuenta de que hora era, hasta que mi celular empezó a sonar con una llamada de Cami, y dos mensajes de mi tía.

- Hola linda - le respondí a Cami antes de que se cortara la llamada

- Hola, como estas? Ayer te noté mal - me preguntó preocupada

- Ay cariño, perdón por haberte preocupado - me disculpé - pero ya estoy bien, estoy con Sam, el chico del que te habló mi abuela - expliqué 

- ¿Y que tal? - curioseó

- Bueno... estábamos viendo una serie juntos - empecé alejándome un poco de él para tener más privacidad - es muy amable

- Amable... okey - dijo y pude casi sentir una sonrisa en su rostro - ¿Vamos a hablar del animal o lo dejamos ahí y voy y le pego en las bolas?

- Ugh... Brad nunca te agrado - mencioné - supongo, que las personas que no están involucradas lo ven todo con una perspectiva diferente. Pero no hablemos de él

40 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora