★ ! incorrect-hajeongwoo

27 ; colores.

OS.

Haruto lo sabía y aunque le avergonzaba aceptarlo, negarlo solo era en vano; le gustaba aquel chico que le decía mejor amigo.

Su vida siempre fue normal, y su familia también lo fue hasta que sobrepasaron la pequeña barra hacía lo disfuncional, tenía un hermano mayor y otro menor; para este punto solo tenían a su mamá. Las cosas hace unos años se habían puesto complicadas, aquella familia llena de color y vida se fue apagando poco a poco, uno por uno sin tener piedad alguna.

Los sueños que tenían cada vez se veían más lejanos, lo que los hacía felices los aburria y aquella vida sin rutina que llevaban cambio por un repetitivo día a día. Siendo el del medio no tenía tantas responsabilidades como Yoshinori o absorbía y crecía en un mal ambiente como Mashiho; simplemente era el del medio, el de menos atención y el que de alguna forma se había callado todo.

Tenía dieciséis y ya estaba cansado de la vida.

Mashiho con catorce sufría de ansiedad leve detectada; era alguien que podías ver con normalidad jugando o riendo, pero su mente siempre era un caos.

Yoshinori de veintidós había tenido un intento de suicido, antes y después de eso depresión; cada vez lo manejaba mejor anhelando volver a ser él de antes.

Y, ¿Haruto?, él no tenía nada y tampoco había hablado con sinceridad de cómo se sentía; se repetía que era la edad y el ambiente, más no tenía nada.

Siempre traía los audífonos puestos, la cabeza gacha y su mochila colgando de un hombro, desde el gran incidente familiar veía todo con menos ánimo, entusiasmo; con menos color. Nunca lloraba, no tenía la necesidad o eso creía, nunca pensaba mucho las cosas y solo seguía lo que decía su madre "por favor, no se rindan".

Negro y blanco, blanco y negro; su vida era tan simple y monótona, una lucha constante.

Jeongwoo.

Jeongwoo sin duda era un arcoiris, una ráfaga de colores que nadie podía controlar, la mayoría de veces sonriendo y siempre siendo amable; de alguna forma se acercó a Haruto. Nadie sabía cómo, pero él siempre iba detrás del mayor, lo saludaba cada mañana y le deseaba buena suerte, se acercaba a ayudarlo si lo veía con una cara de confundido, en resumen jeongwoo siempre iba por aquí y por allá irradiando felicidad, pero con Haruto era el doble de intenso.

Y lo logró, logró que Haruto lo tomara como su primer amigo, fue complicado, pero no sé arrepentía nada. Haruto que a decir verdad era muy callado también era muy dulce y cariñoso, ni hablar de su humor, Jeongwoo siempre terminaba mandando audios de él riéndose hasta no poder más. Ambos se agradecían mutuamente el haberse dado la oportunidad de conocerse y ser amigos, sobre todo Haruto.

La vida del mayor empezó a tomar color, Jeongwoo siempre lo convencía de salir a hacer cosas de adolescentes, iba a su casa para ver películas e incluso habían hecho una pijamada después de ruegos de el menor; Haruto ya no escuchaba solo música, ahora compartía uno de sus auriculares con el chico de tez levemente morena y sonrisa graciosa. A veces le preocupaba pegarle toda su mala vibra a Jeongwoo, pero se convenció de que eso era casi imposible al verlo tan feliz y fuerte mentalmente.

Y todo esto nos lleva al presente, Haruto enamorado de aquel chico que había hecho que tuviera esperanza nuevamente y lo había sacado de aquel hoyo del que no se había permitido salir; incluso sus hermanos estaban agradecidos; Jeongwoo era un sol y se acercó a todos ellos.

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La cabeza de Haruto era un caos, desde hace unos días no salía de su cabeza jeongwoo y con ello el hecho de que haya aceptado de que estaba enamorado de él.

Caminaban por el parque cerca de la casa de Jeongwoo, Haruto llevaba el auricular izquierdo y el menor el contrario; solo disfrutaban de su compañía y silencio, nadie decía nada y en parte el mayor lo agradecía, sentía que no tenía el valor suficiente para enfrentar a su mejor amigo.

Se quería confesar, pero no sabía cómo, no sabía si lo aceptaría o mínimo le gustaba, todo era incertidumbre y cada idea pasaba rápidamente por su cabeza.

—¿Puedo elegir una canción yo?— susurró Haruto tomando el teléfono para encenderlo e introducir la contraseña.

—Sabes que no debes preguntar— asintió el contrario —De hecho, vamos a sentarnos en el pasto— jaló al contrario unos metros más allá.

Haruto tenía una idea, más no sabía si era el momento adecuado; estaba en un debate mental consigo mismo, nunca se vió en esa situación y menos después de como su vida se había vuelto hace unos años. Cuando regresó en sí la canción ya se estaba reproduciendo así que ahora el dilema no era si colocaba la canción o no, el dilema era si abría la boca.

Nuevamente y sin darse cuenta habló.

—Te la dedico.

Jeongwoo solo lo vió con confusión para luego sonreír y abrazarlo mientras escuchaba atentamente la letra, estaba en japonés, pero Haruto había sido un buen profesor.

—Es muy cursi, tonto— lo golpeó en el hombro soltando una risita.

—Está bien, ¿acaso no te gusta?

—Me la dedicaste, no puedo creer que preguntes eso; sabes que me la pasaré todo el mes escuchándola.

El día que nos conocimos, es uno de los recuerdos que más atesoro con cariño.

Entonces el día de hoy será el segundo recuerdo que nunca olvidaré.

Cuando aquella parte de la canción paso dándole paso a la instrumental Haruto no pudo cerrar la boca, simplemente lo dijo.

—¿Quieres que esté sea nuestro segundo mejor recuerdo?

Igual que antes Jeongwoo lo miró con mala cara haciendo un puchero.

—Creí que todos eran especiales, pero sí, sí quiero— dijo aún con el puchero.

Y Haruto ya no sabía dónde parar, con ayuda de sus rodillas se elevó hasta estar cerca del contrario, tan cerca que incluso él estaba nervioso; elevó sus manos al rostro del menor acariciándola con cuidado, mirándolo directamente.

—Que lo sea entonces.

Y lo besó, sin decir nada más.

Un beso que lo decía todo, cada segundo que pasaba se repetía poco a poco un "me gustas", estaba tan claro, Jeongwoo no lo rechazó y mucho menos se quedó quieto; se gustaban y solo ese beso bastó para que todo el caos en la cabeza de Haruto se fuera y con ello todo lo blanco y negro de su vida.

Al fin podía ser completamente feliz con lo que tenía, tenía a Jeongwoo, aquel arcoiris que no dudó pasar sobre él para llenarlo de colores.

lo intenté, no tengo más que decir.
tengan bonita noche y suerte en
lo que queda de la semana. <33