¿Qué hice mal?

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Siete años después.

—¡Y debiste verlo! De no haber sido porque papá nos mandó a dormir, hubiéramos podido terminar de verlo, no es justo.

Visión se quedó en silencio, mientras escuchaba a William hablándole de su caricatura favorita.

—Bueno, tu madre me dijo que te has estado durmiendo muy tarde. No debes hacerlo, necesitas crecer sano y fuerte.

—Eran las diez de la noche. Además...

—Aquí tienes tu informe, Wanda. —sin mirarla, le entregó una hoja y volvió su mirada a la pantalla.

Thomas observaba todo en silencio, en su memoria tenía recuerdos de navidades, cumpleaños y fechas especiales con Visión. No entendía por qué ahora él se comportaba de manera tan grosera, quiso pensar que solamente eran problemas de adultos, pero decidió levantarse de su asiento y pararse junto a Visión.

—¿Ya no nos quieres a los tres?

Un experimentado Stark miró al pequeño y suspiró.

—Hay cosas que es mejor dejarlas guardadas, Tommy. Tu mamá y yo, simplemente somos amigos, y lo que pasó entre ella y yo, son cosas de adultos, más adelante lo entenderás.

En vista de que Vision había dejado de mirarlo, Thomas se enojó y frunciendo el entrecejo, se atrevió a apagarle el ordenador.

—¡Thomas! —Wanda se apresuró a tomar a su hijo y lo miró severamente.

—Eres un grosero, Billy y yo no hicimos nada malo, los niños siempre salimos perjudicados por los problemas de los adultos, siempre es así. Los adultos sacan problemas de cosas muy pequeñas y pelean.

Las palabras de Thomas eran ciertas, ellos no tenían nada que ver en el problema que había surgido entre el pediatra y la escritora. Ciertamente desde aquella cena navideña, Wanda y Vision habían empezado una relación que comenzó a crecer con el pasar de los meses, Wanda no quiso acceder a ir a vivir con él hasta que transcurrieron casi dos años desde el primer momento que pisó el refugio. Cuando por fin Wanda aceptó vivir con él, fue cerca de la fecha donde su primer libro sería publicado, y desde ese día, pasaron cerca de unos tres años, hasta que repentinamente Wanda habló con Visión y le dijo que volvería a vivir con Simon.

En un principio Vision se lo tomó a modo de broma e ignoró el tema durante todo el día, pero llegada la noche, Wanda volvió a decírselo y los dos se embarcaron en una discusión terrible, dónde él le reclamaba por su falta de consciencia y el poco respeto que se tenía a sí misma.

Es decir, aquello era completamente absurdo, el hombre la había echado de casa, en invierno y con sus hijos de meses, y casi seis años después ella le estaba diciendo que volvería a vivir con ese hombre.

Las cosas entre los dos habían quedado muy mal, nunca se disculparon, ni siquiera intentaron hablar sobre el tema después de que ella lo dejara. Su único contacto era durante las consultas pediátricas de los gemelos. Al menos en ese aspecto no habían discutido, los gemelos no necesitaban estar en medio de los dos.

—Thomas, tienes que aprender que no siempre las historias tienen un final feliz. Y no puedes enojarte por eso.

—Tú y mamá se quieren. —ahora fue Billy quien intervino— Mamá llora en las noches.

Visión miró a Wanda y con la mirada le pidió una explicación.

—Ese hombre intentó pegarnos, tú nunca nos pegaste, y tampoco nos regañaste.

—¿Ya terminaste? —Wanda miró al hombre frente a ella.

—No. —Vision dejó el teclado y les indicó a los gemelos que fueran a jugar— ¿Me quieres explicar?

Casualidades. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora