Migami.
Creo imaginar escenarios cercanos a la muerte. Solía hacerlo mucho más en anteriores ocasiones. Quiero apagar las luces y que la oscuridad me embriague. Quiero cortar los cables de raíz. Quiero que la tristeza termine por fin conmigo. Quiero que el intermitente termine por ser una línea permanente.
Quiero muchas cosas, pero nunca alguna se ha cumplido.
Cuando era más inocente, carente de años de experiencia, creía en la alusión de una familia feliz, que lo que veía en mi niñez rota podía haberse arreglado creando una felicidad para aquellos que podría alegremente declarar como mis hijos.
Siempre creía que la infancia feliz de una niña arreglaría mi infancia perdida.
Sin embargo, ya no más. Mi objetivo se ha aclarado con el tiempo. Y es la venganza.
Vivo y respiro por venganza. Ojo por ojo. Vida destrozada por la vida que gozaba.
Arrebataría todo aquello que me arrebataron a mí.
Porque como yo, muchas. Con mucha rabia por dentro, cientos. Con ganas de una revancha, millones. Con ganas de vivir una vida que valga la pena,... Un universo entero.
—Son cinco con cincuenta —dijo el dependiente.
El chico recogió la bolsa con la compra y se despidió con un ligero movimiento de cabeza. Cuando salió, imité sus movimientos. Sonreí con coquetería al dependiente que debía rondar por los sesenta. Este me la devolvió y bajo mi chaqueta negra seguí al chico que más que andar con lentitud, andaba con prisa.
Su manera de caminar no hubiera llamado la atención de los peatones, y es por esa razón que yo andé como cualquiera de ellos. De todas formas, no quise mantener el contacto visual con ninguno de los que me cruzaba.
Hay que ser precavido, mi mente me dijo.
El chico cruzó hacia la siguiente calle y giró una vez más hacia a la derecha. Le seguí los pasos de manera que no pareciera el gato del ratón que no sabía que debía huír. Sin perder de vista mi blanco, mandé un mensaje a través de mi dispositivo móvil y sonreí.
El chico ataviado de oscuro miraba a todos lados, creyendo que estaba siendo perseguido, y de no ser que no sospechó de mí, se hubiera dado cuenta que la verdadera presa la tenía justo delante.
En cuanto miró en mi dirección su ceño se frunció. Sus ojos oscuros se dilataron y su previo andar vigilante se convirtió en una carrera con competición. Detrás de mí un hombre pasó por mi lado y persiguió a Nicholas Noir.
Éste cruzó la calle mientras que yo silbaba al son del semáforo de peatones frente a la calle por las que ambos hombres cruzaban. Me fijé cómo Nick cruzó hacia una calle cortada, como supuse a la hora de realizar el plan. Él no sabía las calles por las que iba, y se notaba al no ser más que un extranjero que huía del peligro de afuera.
A la hora de realizar mis planes, tengo en cuenta todas las alternativas. Por esa razón, si este individuo hubiese aprendido las calles de la ciudad, hubiera cambiado al plan B. Asimismo, como el plan A había salido como lo esperado, sonreí y me relamí el labio inferior.
Anduve hasta aquella calle donde comencé a escuchar los quejidos por la serie de golpes que estaban atestando a mi próximo recluta. Tomé una inhalación y miré el reloj que señalaba las once y cinco minutos. Era la hora.
—Jack, ya—le dije al hombre de casi unos dos metros y velludo. Sus brazos eran como los de un boxeador. Su barba era digna de un ciudadano de los suburbios y poseía un tatuaje en el bicep de una llama de fuego.
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Migami ®+18 [En progreso]
Mystery / Thriller«Prometida es mi muerte porque soy el blanco de un cupido vestido de negro.» Migami, que la locura irrumpa...🔥 ~Sinopsis dentro de la historia~ Migami. No es sólo una persona. Freneza. No es tan solo un caso. Margaret, una policía de cárcel, tendr...