Capítulo 2.

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Ares tras largos viajes y transbordos en bus llegó hasta un remoto pueblo situado en la costa de A coruña (Galicia). Escogió este destino pues pasó cierto tiempo de su infancia viviendo allí. Un pueblo apacible donde el sonido de las gaviotas parecía relajarle, donde el olor de la hierba mojada y de la variedad de árboles deleita el olfato de cualquiera... Un lugar donde el frescor y pureza del aire le hacía recordar lo mucho que lo añoraba pues en Madrid la calidad del aire era muy distinta.

Se estableció en un motel de la zona. Parecía abandonado. Tendría unas 5 o 6 plantas y por fuera se veía gris sucio y deteriorado. Por dentro no había mucha diferencia, la recepción era amplia con techos bajos y había sillones antiguos y maltrechos esparcidos de forma aleatoria por la sala cuyo suelo era de moqueta que desprendía un desagradable olor a antiguo y mojado. La recepcionista era una mujer de unos 50 años, gallega tradicional. Guió a Ares muy amablemente hasta su habitación. Una habitación más grande de la que se esperaba con una gran ventana desde donde se podía ver perfectamente el mar.

Ares se sentó en la cama y se echó de espaldas riendo. Llevó sus manos a la cabeza y se agarraba el pelo con fuerza mientras sonreía.
Parecía otra persona. Demasiadas sonrisas, demasiada felicidad en él....
Se incorporó después de un rato violentamente. Ya tenía un plan.

Cogió su móvil (que se encontraba en su mochila la cual contenía en su interior una cartera, un cargador, un powerbanc, un mechero, varias monedas sueltas, un paquete de pañuelos, una caja de chicles de menta, una copia de las llaves de la casa de sus padres de Madrid y una pequeña bolsa con algunos medicamentos (paracetamol, ibuprofeno, antihistamínicos, benzodiazepinas...)) y buscó alguna tienda cercana de equipo militar.

Su objetivo era......

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Narra Ares.

Es increíble.... De verdad. Me siento tan lleno ahora... Más lleno que nunca.

Cómo le dije a esa panda de loqueros: yo no soy uno, yo soy todo. Soy quien quiera ser. Un cuerpo cambiante, sin personalidad innata. Y ser consciente de ello os juro que me ha liberado. Además me lo dicen. Esas voces que hay en mi cabeza.... me están felicitando.

Ahora bien, cuál es el sentido de mi vida ahora? Mis dudas y temores se han ido, pero y el sentido de nuestra existencia? Pues la verdad creo que ya conozco la respuesta. Asombrosamente realmente siempre he tenido un cometido en la vida. EL CAOS.

Es racional? Por supuesto que no, pero la verdad ya paso de pensar racionalmente. Nada humano será lógico. Porque todo lo que hace a uno humano es increíblemente incoherente: los sentimientos, el remordimiento, la empatía... Absurdo.

Entonces con un objetivo y mi temores disipados comenzaré con mi misión. Y tengo muchas ganas. Presiento que será divertido, sé que me gustará y muchos morirán.

Después de meditarlo he decido por quién empezaré siendo. Me convertiré primeramente en Sherlock Holmes.

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Cogió su mochila, las llaves de la habitación y salió de ella.
Caminó por todo el paseo marítimo preparando su mente para ser psicológicamente como quién quería ser.

Él no lo sabía, pero le estaban siguiendo.

Si fuera ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora