"Say my name" - Minbin

❝ sept┊the shape of a cloud.

La lluvia caía ruidosamente, tanto que toda la gente que llenaba la amplia recepción por la que caminábamos parecía estar en silencio. La cálida y a su vez ruidosa voz de Minho, sin embargo, siempre era clara a mis oídos, sin importar la distancia ni la circunstancia. Me pregunté si le gustaba la lluvia. Me daba vergüenza cuestionárselo, cosa que mi ropa negra por suerte nunca dejaba traslucir.

No era la primera vez que caminaba por allí, pero sin la luz del sol y con Minho guiándome y hablándome sin parar, sabiendo que por primera vez iba a trabajar con él y que además no sería la última, sí que parecía que nunca había puesto pie en aquel edificio.

Se giró hacia mí mientras caminábamos y me sonrió, contándome que todo el mundo allí trabajaba el sábado por voluntad propia, incluyéndose a sí mismo. Eso era algo que teníamos en común. Minho era muy apasionado, se le veía cuando encogía los ojos de forma alegre al hacer algo que le gustaba, y yo también me consideraba así. Seguí a la cálida voz y la brillante sonrisa hasta uno de los estudios en la segunda planta. Era una habitación pequeña y silenciosa, lo suficiente para que el hecho de que estábamos a solas provocara un pitido ensordecedor en mis oídos. Pero era agradable. El efecto que él tenía en mí siempre era agradable. Me senté en una silla y me apoyé en el respaldo. La cadena de mi pantalón chocó con las patas de la silla, rompiendo el silencio por un instante.

—¿Café? —oí detrás de mí, noté la aparentemente permanente sonrisa en su voz.

Asentí con mis usuales ojos inexpresivos y me dediqué a estudiar la sala. Había dos sillas de oficina frente a un híbrido de mesa de mezclas y escritorio que ocupaba todo el ancho del estudio. Detrás, justo al entrar, había un sofá rojo y más allá de este una mesa con unas cuantas frutas y la muy necesaria máquina de café.

Posó los cafés en la mesa y comenzó a interrogarme.

—Así que, Spear B —no pude evitar atragantarme en la bebida al oír mi nombre artístico salir de sus labios —¿Qué se siente al ser el rapero más increíble del mundo, cuya música me ha tocado el corazón más de lo que debería? —simuló que tenía un micrófono en la mano y se me escapó una carcajada.

—¿Qué estás diciendo? —reí.

—Lo siento —una sonrisa diferente se dibujó en su cara y se puso colorado. Mi corazón dio un brinco —, estoy nervioso y no quiero que el ambiente esté tenso.

Entonces yo también me enrojecí. Pensé que yo debía estar el doble, puede que el triple de nervioso de lo que estaba él. Después de unas cuantas risas nerviosas más Minho sugirió que empezáramos por conocernos mejor, que que nos lleváramos bien era crucial en aquel tipo de proyecto, y así lo hicimos. Nos hicimos preguntas de todo y de nada. Descubrí que me seguía en redes (mis redes como artista, no tenía ninguna cuenta personal) desde hacía unos años mientras redescubría su pasión por la música, cosa que me generó una felicidad indescriptible.

—Al principio no te reconocía en persona, eres completamente diferente en el escenario —mencionó con ojos de admiración. No sabía si era un cumplido, pero decidí tomármelo como uno.

Nuestras voces conversando eran la única prueba de que pasaba el tiempo, que parecía hermosamente infinito, y cuando llegó la noche aún me parecía temprano para irme. Los ojos de Minho, sin embargo, parecían cada vez más cansados y me pedían a gritos que le acompañara a casa. Por eso fui yo el que sugirió que siguiéramos hablando de camino a nuestro hogar.

Salimos del edificio y el fresco veraniego nos acogió rápidamente. Minho se sorprendió al averiguar que prácticamente éramos vecinos, yo ya lo sabía. Seguimos conversando durante todo el trayecto. Hablar con él era muy fácil, como si nos conociéramos desde siempre. Agradecí su amigabilidad, porque yo era demasiado reservado como para mantener la conversación viva. Mi mano, mientras tanto, intentaba acercarse a la suya. Llegaron a rozarse un par de veces, pero sabía que era muy pronto para tomarla directamente, así que decidí conformarme con aquellos roces ocasionales.