"Say my name" - Minbin

❝ deux┊where are you?

Risas resonaban por los pasillos, pero yo no encontraba la que buscaba.

Era raro que Minho aún no estuviera en el edificio, pues la emisora donde retransmitía su programa estaba justo al lado del campus, además de que amaba llegar el primero para ir a la biblioteca antes que nadie y leer un libro mientras escuchaba música, de esa forma no siendo molestado por estudiantes que solo iban allí a contarse chismes al ritmo de "¿Qué dices? ¿Enserio? Qué fuerte, tía."

Miré alrededor, buscando rastros de él o de su voz entre todo el alboroto que se formó cuando llegué, pero no lo encontraba, no lo veía, no lo escuchaba.

Su propio grupo de amigos parecía igual de confuso que yo. Jisung, quien según mi teoría era su novio, aunque jamás habían confirmado nada, era el más preocupado de todos. Con el móvil pegado a su oído, parecía rezar por que Minho contestara. Jeongin iba preguntando a cada persona que encontraba si lo había visto, recibiendo una respuesta negativa con cara de cállate-niño de todo al que preguntaba, y Chris salió del campus a ver si seguía en la emisora. Yo solo observaba desde la distancia, fingiendo ser dark y que no tenía ganas de llorar de lo mucho que lo extrañaba.

A estas alturas, pensaréis que somos unos exagerados, que seguramente cogió un resfriado y decidió quedarse en casa a descansar, pero puedo aseguraros que eso no era posible. En los casi tres años que llevábamos yendo a la universidad, Minho no faltó ni con la gripe, además de que resultaba extraño que hubiera terminado de emitir su programa hacía una hora y de repente desapareciera. Y es que sí, llevábamos casi una hora esperando a que llegara. Nos saltamos la clase de estudio individual, que de todas formas era voluntaria. Sin embargo, me gustaba ir para ver a Minho e inspirarme para escribir música.

Tras unos minutos más esperando, mi pierna se movía de arriba a abajo por los nervios, el agobio y la preocupación, escondido en una esquina del pasillo principal del edificio dos. Jeongin y Jisung se abrazaron, susurrándose el uno al otro que todo estaría bien y que Chris llegaría con Minho, pero cuando Chris llegó sólo, destruyó toda esperanza de que mi mayor asistiera a clases ese día. Caminó hasta los dos menores, negando con la cabeza.

El timbré sonó, anunciando que faltaban cinco minutos para que las clases obligatorias comenzaran. Esperé a que el grupito preocupado se fuera para salir de mi escondrijo y me dirigí hacia la puerta del aula, abriéndola de par en par y dando un paso hacia adentro. Por un momento, todos dirigieron su mirada a la vieja puerta, hacía mucho ruido al abrirse. Una mueca de decepción se dibujó en sus caras al darse cuenta de que solo era yo.

Para mi sorpresa, el profesor Park se acercó a mí cuando estaba por ir a sentarme en mi sitio.
—Señor Seo. ¿Me permite pedirle un favor?— sonrió, mostrando unos hoyuelos en sus mofletes.
—Claro, profesor. ¿Qué sucede?— le sonreí de vuelta, su sonrisa era contagiosa.
—Es sobre el estudiante Lee Minho. —tragué saliva al escuchar su nombre,— Llamó diciendo que estaba enfermo. Su letra, señor Seo, es la más legible de la clase, y sus domicilios no están tan lejos el uno del otro. ¿Le importaría ir a entregarle los papeles que repartiré y sus apuntes al volver a casa?— de hecho, iba a negarme, pero mi cabeza asintió sin que yo me diera cuenta. —¡Genial! Se lo agradezco mucho, la clase de hoy es muy importante para el examen, no me gustaría que suspendiera por faltar hoy. Puede volver a su asiento.— asentí con la cabeza y le hice caso, fui a sentarme a la fila de atrás del todo.

Esa clase fue la primera en la que presté atención durante todo el curso. Me esforcé al máximo para que los apuntes quedaran bonitos, solo con la información necesaria para el examen.

Solo para que él aprobara.