Capítulo 2

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Delilah Metz

Al despedirme de Gojo, no pude conciliar el sueño en toda la noche. Tuve terribles pesadillas en las cuales moría en manos de maldiciones. No me calmaba con nada así que terminé buscando por internet toda la información posible para saber la verdad sobre mi "situación". Solo encontré cadenas de oraciones para bendecir mi hogar y familia. También había algo sobre templos para adorar a lo dioses y evitar las maldiciones. Ahora que lo pienso fue una pésima idea. Ni siquiera un hechicero como Gojo pudo darme respuestas menos me las iba a dar el internet.

Suspiro cuando estoy al frente del espejo. Mi cara demuestra que no dormí nada. Voy directamente a la cocina. Por suerte sobraron algunas medialunas luego de mi arrebato de nervios. Termino rápidamente de desayunar y salgo de mi edificio. Dónde ayer fue la batalla campal de la maldición y los hechiceros, ahora hay unas enormes cercas de peligro avisando que es imposible de que algún transporte pueda cruzar. Eso me parece tan extraño. Las personas pueden ver el resultado de las batallas pero no el contrincante. Alzo la mirada hacia el cartel y la figura del dragón no está más. Menos mal. Aunque pensándolo bien una maldición estuvo mirándome todo este tiempo. Me siento incómoda de cierto modo.

Ignorando completamente que mi calle está destruida, que sé de la existencia de espíritus malignos, y que posiblemente esté maldita, voy directamente al subte. Odiaría quedarme en casa pensando en lo que sucedió. Terminaría comiéndome la cabeza. Por lo menos el colegio me distraerá un poco. No pasa mucho tiempo desde que salí de casa hasta que llegué al instituto. Voy a mi taquilla a dejar unas cosas antes de encontrarme unos minutos con Nozomi.

—¡Delilah-chan! Buenos días. —me saluda amistosamente mientras me abraza. Yo la saludo con un beso en la mejilla.

—Buenos días Nozomi-chan. —me admira unos momentos con una ceja arqueada. Me analiza por unos minutos.

—¿Viste una película de terror? Porque tu rostro es como el mío cuando no puedo dormir por el miedo. —ojalá fuera solo una película. Algunas veces me sorprende lo asertiva que puede llegar a ser.

—Digamos que sí, fue algo así. —murmuro tratando de tranquilizarla. No sería nada conveniente que le cuente mi aventura de ayer. —Tuve pesadillas toda la noche.

—¡Oh! Mi pequeña Delilah-chan. —dice con un tono tan maternal, como si yo fuera una bebé. Me abraza por los hombros y frota su mejilla con la mía. Algunos de los estudiantes nos miran con sorpresa. —Podríamos hacer una pijamada para relajarte. Además usaríamos mascarillas para la piel y comeríamos mucho dulces. ¡Oh y veríamos anime! —dice tratando de animarme. Lo cual funciona.

—Me encantaría, pero no estos días. Estaré bastante ocupada. —la escucho suspirar. Creo que nunca le mentí tan descaradamente pero aún hay cosas sin resolver así que prefiero mantenerla lejos de este asunto.

—Está bien. Pero más vale que cuando estés libre me mandes un mensaje. —escuchamos la campana sonar. —Te veo luego Delilah-chan. Adiós, adiós. —se despide de mí hablando en inglés y japonés. Me despido de ella también.

Camino hacia mi salón con tranquilidad. Por fin siento que estoy en mi elemento. Saludo a algunos de mis compañeros mientras esperamos al profesor. A penas llega él, prestamos atención a la pizarra con sus lecciones. Aunque en realidad soy la única que no está dándole atención.

Vuelvo a pensar en lo que ocurrió ayer y en Gojo Satoru. Él es tan extraño. Nunca había estado con una persona tan egocéntrica e infantil. En general pensaría que ese tipo de personas son desagradables, pero él no lo es. Tampoco parece un profesor. Si alguien alguna vez me preguntase cómo sería un profesor de hechicería me imaginaría alguien como Merlin o Dumbledore. Gojo no entra en mis estereotipos de hechiceros, ni siquiera en los de un japonés. Es alto, albino y va con una venda en los ojos. ¿Por qué la lleva? ¿Qué oculta a través de esa tela? Es tan misterioso que me genera más preguntas que respuestas.

La protegida de Gojo Satoru [OC x Gojo Satoru] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora