FALLEN PSICHOSIS

Capitulo 7: "Aquí empieza todo"

Estaba a poco de cumplir mi sueño, solamente tenía que bajar del coche y ver como mi vida, mi apreciada vida, comenzaba un nuevo capitulo. Estaba a nada de ser alguien que siempre quise ser, simplemente se requerían cuatro acciones para darle sentido, y es: abrir la puerta, empujarla, impulsarme y ponerme de pie, lo demás, es seguir caminando a la puerta del centro que iba a conducirme a mi triunfo y allí, yo, Sara Anderson Cooper iba a lograrlo.

 Aquel gran edificio metálico, por donde su superficie nombraba "FALLEN PSYCHOSIS", dejaba paso, gracias a una enorme alta y vasta entrada de cristal macizo que era la que me conduciría a mi sueño y aquí está, delante de mis narices, aquella puerta por donde podías acceder a aquel mundo desconocido para mí, que a partir de hoy, sería mi mundo. Eso lo deseé toda mi vida, bueno desde que descubrí la ciencia, y la verdad, por fin se volverá realidad, simplemente es cuestión de tiempo, llegar, presentarme y allí estaré encerrada en ese centro, hasta que mi celebro resista y dé todo de mi. (Aunque no me parece del todo mal, pensando que cumpliré mi objetivo).

A través de la ventanilla, visualizo como cada persona comienza a despedirse de sus seres queridos, ya sean padres, hermanos, primos, amigos, pareja... y entre todos ellos, empiezan a estrecharse la mano y a darse abrazos mientras lloran. Vaya, ojalá viniese mi familia a verme o algún amigo o alguien a quien yo le interese, pero solamente estamos yo y mi madre solas, nadie más, ni si quiera papá tuvo la voluntad de venir a verme, sabiendo que hoy es el día, ya que él fue quien me llevo a esto, fue él quien me dio todos estos conocimientos y gracias a él estoy apunto de ser una gran científica, pero se ve que a él no le importa, ya que no lo veo por ningún lado, a saber donde estará, pero en fin, le mando todo mi rencor esté donde esté, porque por su culpa ahora yo y mamá estamos solas en el mundo y él nos abandonó sin razón.

De todos los científicos (o gente como yo) que podía ver en este lugar, adquirían una maleta sujetada en sus brazos y la agarraban fuertemente, como si su vida dependiese de ello, seguramente lo hacen para aguantar los llantos de alegría o de emoción para no expulsarlos y empezar a enloquecer, porque sinceramente yo estoy apunto de hacerlo y es cuestión de tiempo que: empiece a correr del pánico, vuelva a mi casa y me eche a mi cama a llorar por todos estos años perdidos de mi vida que me pasé estudiando y ningún día de diversión ¿Porqué justamente en el momento en el que voy a lograrlo me lamento por todo? ¿¡Enserio!? ¿Justamente ahora? Podría haberme planteado esto hace años atrás, pero noooo, Sara, la más idiota, siempre tuvo que arrepentirse de todo justamente en la meta. En fin, dejando mis lamentos a un lado, por lo que puedo llegar a captar a mis alrededores es que también hay personas celebrándolo y riéndose de lo emocionados que están, pero bueno, cada quien como se toma haber llegado aquí.

Para mi llegar aquí, fue un gran reto, ya que estuve noches sin dormir, tiempo sin comer y años de mi vida sin disfrutar, dado que para tener esté nivel académico siendo tan joven, se requiere un esfuerzo, y un esfuerzo extremo. Pasé toda mi adolescencia encerrada en casa, estudiando día tras noche, y en cierto modo, jamás me interesé de tener aquel rollo adolescente que se traían ellos entre manos, ya que lo veía  absurdo, patético y aburrido, pero ahora me arrepiento, porque jamás pude disfrutar de mi adolescencia y eso es lo que yo de pequeña siempre quise, y era divertirme, reír y dar sentido a mi vida, pero mira, acabé siendo una chica, desolada, sin amigos que está apunto de entrar en un centro académico para convertirse en la mejor científica del año, pues viendo lo mejor, por una parte es fantástico, pero por la otra una decepción.

Cuándo veo que las personas comienzan a entrar, miro a mi madre a través del retrovisor, donde puedo visualizarla sentada en el asiento de piloto con las manos apretando el volante, puf, creo que aquí viene la parte que más odio, las despedidas, las odio con toda mi alma de verdad, es lo peor que me puede ocurrir en la vida, y resulta que pasará en nada. Puedo sentir que solo faltan escasos segundos, hagamos cuenta atrás: 3...2...1...