Volví a casa con el cuerpo adolorido y agotada, apenas con la consciencia de que se había vuelto real mi más anhelado sueño.
Taemin era sin duda el chico más bello que había podido ver en mi vida y había hecho con él algo que parecía totalmente inalcanzable.
Todavía podía sentir sobre mi cuerpo la calidez de sus manos, en mi boca el dulce sabor de su saliva y en mi intimidad el dolor causado por la batalla.
El sonido de sus palabras diciendo que iba a destrozar mis rodillas, y la agitación de su respiración así como sus gemidos se repetían en mi mente una y otra vez como un bucle infinito.No podía esperar a que el día terminara lo más rápido posible para el día de mañana volver a verlo, así que tomé una ducha, y me fui a dormir.
Cayendo en la ensoñación apareció frente a mis ojos, con esa mirada fría y a la vez caliente que me lanzó por la tarde, pero esta vez sus labios pronunciaron lo que sin duda dijo pero por la emoción pasé por inadvertido
Tae: No puedo corresponder a tus sentimientos, pero sí a tus impulsos.
Mi corazón se encogió por una punzada aguda, quería no solo pertenecerle de manera física sino poseer de él hasta el más íntimo rincón, pero ese no iba a ser un trabajo fácil. Él había obtenido de mi lo que quería y no necesitaba nada más así que era probable que el día de mañana ni siquiera me dirigiera la palabra, como lo suelen hacer los chicos cuando una chica se entrega.
Me volví a dormir.El día siguiente al llegar al colegio no le dirigí la palabra, así como él no hizo intento alguno por dirigírmela a mi.
Las clases se fueron lentas y en mi mente solo moraba el recuerdo de lo sucedido.A la hora del almuerzo salí rápidamente hacia el comedor, tomé mi bandeja de comida y me senté en una mesa.
De pronto alguien arrastró junto a mi una silla, al girar la cabeza me encontré con kim jun-myeon, un compañero superior que en repetidas ocasiones me había invitado a salir después de las clases.
Era un chico demasiado bien parecido sin embargo yo no tenía ojos para nadie más que Lee Taemin, la idea de que él mismo hubiera difundido algún tipo de rumor sobre lo sucedido me generaba angustia así que decidí continuar una conversación, sin embargo él no tenía nada que decir al respecto.
La hora de almorzar terminó y me dirigía de nuevo al salón cuando justo cuando pasaba junto al baño una mano me tomó por el brazo y me arrastró hacia adentro, era Tae, que con un movimiento rápido me sometió con sus brazos sobre la pared, nuestros rostros quedaron a escasos centímetros, podía sentir su cálida respiración sobre mis labios.
-¿Por qué estabas platicando con Jun-myeon? Dijo molesto mientras clavaba su mirada de hielo en mis ojos
-Tae, yo... Solo...- - shhh- me silenció antes de besarme.
Sus perfectos labios se fundían con los míos y su cuerpo pegado a mío comenzaba elevar su temperatura.
-tu eres mía. - Dijo de manera autoritaria.
-Si... -. Respondí con timidez y la respiración agitada.
-¿acaso él te gusta?-. Cuestionó.
-no hay para mi nadie además de ti Tae. Respondí.
-Eres mía, ¿has entendido bien?
-Si. solté.
-es hora de ir a clases, te veré a la salida en el parque. Dijo fríamente.
-De acuerdo. Respondí.Me soltó y se adelantó al salón de clases.
Al terminar, me dirigí al parque de manera obediente, pensando en que tenía que hablar con el al respecto de lo que pasó y también al respecto de los celos que estaba mostrando por Kim Jun-myeon.
Lo esperé por una hora, pero parecía que no vendría, y cuando estaba a punto de marcharme apareció. como un Ángel, bellísimo e inmaculado, vestido totalmente de blanco, emanando un brillo cegador que era capaz de deslumbrar a un ciego.
Me quedé sin palabras tan solo de mirarlo, mis manos comenzaron a sudar, y mi corazón a palpitar con fuerza, me sentía aún más nerviosa que el día anterior antes de dejar caer mis lápices voluntariamente.
Estaba tan segura de que este encuentro sería imposible que ni siquiera me ocupe de una ropa interior adecuada.
- Vamos-. Dijo firme, y obedientemente lo seguí.
Subimos a su motocicleta sin cruzar ninguna otra palabra y apresé mis manos a su cintura, recargando mi rostro sobre su amplia espalda. Él por su parte se colocó el casco y condujo rápidamente hacia un motel.
Otra vez estaba siendo él quien tomara la iniciativa.
Al llegar entramos a la habitación, era bastante minimalista, todo en tonos blancos al igual que su ropa.
-Tae... creo que deberíamos hablar.- Dije, esperando que aceptara dialogar conmigo mas de 10 palabras, pero esta vez tampoco fue la excepción, y volvió a silenciarme con sus labios.
Mientras nuestros labios se derretían de pasión, sus manos se recorrían hábiles por mi trasero hasta llegar a mis muslos, donde con un movimiento certero los tomó hacia arriba y me cargó sobre su cadera.
Mis piernas se engancharon a su alrededor, y mis manos le tomaban fuertemente de la espalda sintiendo cada musculo en su perfecto lugar.
-Soy más un hombre de acción que de palabras.- Dijo dándome un respiro de sus labios.
Me lanzó sobre la cama y lentamente se desabrochó la camisa.
Era el cuerpo más perfecto que había podido ver en mi vida, como si el mismo dios en persona hubiera tallado cada centímetro de su torso, su musculatura estaba bien tonificada, marcada de manera deliciosa esa delirante V que te indica que en el medio está el paraíso y cada cuadro de sus perfectos abdominales.
Me sentí mal de saber que el día anterior a ese no había tenido la dicha de poder mirarlo, pero ahora estaba quedándome petrificada al ver su perfección.
Comencé con la intención de desabrocharme el suéter del instituto, pero en seguida se trepó a la cama por encima de mi cuerpo y colocó sus manos sobre las mías.
-Yo lo hago.- Dijo autoritario.
Sus dedos rápidos desabotonaron mi suéter y seguido de eso lo hicieron con la camisa dejándome únicamente en mi sostén.
Sus ojos se llenaron de lujuria al mirarme, y hundió su rostro entre mis pechos mientras los tomaba entre sus manos por la parte de abajo.
-Eres mía.- Repitió una vez más y comenzó a besarme el cuello.
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Caído del cielo.
RomanceUna historia super cachonda +18 que hice con amor para mis hermanas cochinas marranas con las que me juntó el destino... Sientete libre de ser una más que ha caido a los pies de mi Dios Lee Taemin. ADVERTENCIA: Básicamente hay escenas de sexo explíc...