De como la estupidez atrae buen Karma

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Nota de Autor

Personaje hablando en español: "*En el cielo las estrellas*..."

Personaje pensando: "En el campo un avestruz..."

Personaje hablando el 'idioma común': "Y en el medio de tu pecho..."

Escena de recuerdo o relato: "Un grano lleno de pus..."

Fin de nota

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Ahh, como olvidar el día en que conocí a mi pequeño Sunshine.

El agarre había empezado suave y vacilante, como si tuviera miedo. Bastaron solo unos segundos para que se abrazara a ella con más fuerza.

Admite que no la sorprendió del todo, pues se acercaban cada vez más a un muy variado grupo de hombres, mujeres y unos cuantos niños, la mayoría de los cuales podía dar fe de haber visto encadenados en jaulas no hace mucho.

En el momento en que estuvieron a solo unos pasos el hombre de voz rasposa (que sonaba demasiado parecido al ficticio oficial de policía Hank Voight) los abandono para ir casi corriendo a abrazar a una mujer y niño muy conocidos para Veronica.

Sin conocer a nadie más, y no teniendo idea alguna de qué hacer, se acerco con paso nervioso a la muy posible familia cuando un hombre grande y robusto se interpuso en su camino de repente, provocando que la morena diera un pequeño salto del susto y que el niño en sus brazos se pusiera rígido nuevamente.

El hombre, con mucha masa corporal bien distribuida y sacando le al menos una cabeza y media, se acerco a ella con un manojo de llaves. "¿Me permites?", pregunto levantando las llaves a la altura de su rostro.

Es extraño como la mente es selectiva para recordar ciertas cosas, porque hasta ese momento no recordó la gruesa cadena que tenia en su cuello, o los restos de la cuerda en sus muñecas que una vez ataron sus manos a un poste de madera. Fue también solo en ese momento que su cerebro decidió recordar el hecho de que no usaba nada de su antigua ropa, en su lugar vestía algo que se asemejaba sospechosamente a un costal de papas cortado rápidamente y mal envuelto.

Gran elección de ropa, pero que se podía esperar de alguien que solo viste un taparrabos. A lo mejor no lo viste, pero estoy rodando los ojos en este preciso momento.

Apenas procesando los cambios repentinos a su vestimenta respondió con un, "Si, claro" y un tardío "por favor." Su garganta se sentía seca, como si no hubiera bebido nada en días. "¿Cuánto tiempo llevo aquí?" El pensamiento llego rápido y tardo en irse, pero se obligo a ignorarlo en favor de lo que sucedía en ese instante.

Veronica movió al niño, que hasta entonces se había aferrado a ella como un koala, a un lado de su cadera y ladeo su cabeza para dejar expuesto su cuello y la cadena en este.

A pesar de tener brazos como troncos y manos como de Hulk, sus movimientos fueron rápidos y casi delicados, en cuanto la cadena cayó al suelo con un sonido pesado sintió nuevamente la ligereza de la libertad. Paso su mano libre por su cuello, sintiendo el sudor de la piel antes oprimida.

"Gracias" Dijo mientras veía esas grandes manos acercarse al niño en sus brazos, mismo que al ver esto se asusto y escondió el rostro entre el cuello y el hombro de Veronica.

"¡No quiero!" Fue el grito medio ahogado que salió de sus labios mientras sus manos se aferraban con fuerza al... Llamémosle costal, si, mientras se aferraba con fuerza al costal de la morena.

El Hulk no verde la miro, y ella lo miro a él, y ambos se miraron por unos segundos. "Iré a soltar las cadenas de otros, intenta calmar al niño." Mientras lo veía alejarse pensó nuevamente que se le hacia demasiado conocido.

¡Te maldigo, Salomón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora