Quiero decirte que te quiero

Capítulo 8

Cuando entramos luces violetas, rojas, verdes y azules parpadean sobre las personas que están bailando mientras que al final de la discoteca está la barra de bebidas. Cleo y Luca tienen más contactos de lo que podría llegar a imaginar así que nos ayudaron a entrar

- Este lugar es espectacular – grita Ella para que todos la escuchemos

Yo estaba igual de asombrada, tal vez porque era la primera vez que estaba en una. Seguramente estando ahí abajo me perdería y tendría que volver hasta las gradas o ir a una parte alta para buscar a mis amigos.

- ¿Piensan quedarse parados? – Luca nos señala la parte inferior – deberíamos ir

- Para eso vinimos ¿No? – agrega mi hermano tomando la mano de Ella

Mi hermano no tiene límites y cuando se propone algo lo logra, por muy complicado que sea.

Lo sigo por detrás y junto a mí se coloca Connor mientras baila moviendo todo su cuerpo.

- ¿Quieres bailar? – me pregunta mi mejor amigo

- Claro, aunque ...

- Pensabas hacerlo con Luca – toma aire y mira hacia dónde está mi novio y Dan que hablan de alguna cosa, que al parecer por el rostro de Luca no le agrada nada de nada – por ahora deberías mantener un poco de distancia entre esos dos

Asiento para luego empezar a bailar con mi amigo al ritmo de las canciones de Ariana Grande. Las chicas se nos unen cuando todos ahí empiezan a formar un circulo dejando un espacio en el centro. Un par de chicas pasan en mitad de todos y empiezan a bailar mientras todos gritamos y aplaudimos, más tarde un chico se roba la atención de todos mientras baila un podo de Break Dance

- Iré por algo de beber – dice Connor y yo asiento

- Vamos a bailar – nos dice Ella a mis amigos y a mí cuando llega junto a mi hermano, Dan y Luca

- No lo sé – digo

- Ay, vamos – Ella toma mi mano y me lleva hasta la mitad

Mis amigos se nos unen y empiezan a bailar, yo solo me quedo mirando alrededor sin saber qué hacer. Encuentro esos ojos dulces que tanto me gustan y como si fíese por arte de magia mi cuerpo empieza a moverse por sí solo. Rio cuando mis amigas empiezan a moverse de manera exagerada. Definitivamente amo las discotecas.

Las personas vuelven a esparcirse por todo el lugar, pero yo no pierdo de vista al chico con el que quería bailar al llegar aquí y con el único que quiero hacerlo. Como si fuese la obra del destino por toda la discoteca suena la primera canción que habíamos bailado los dos juntos.

- Esto es asombroso – digo emocionada

Luca me atrae hacia el para luego entrelazar sus dedos con los míos y bailar sin separarnos, pero siendo cuidadosos por si alguien está cerca para que nos puedan mirar. La canción termina y yo estoy lo suficientemente cansada como para seguir bailando.

- Muchas gracias – digo haciendo una reverencia

- Fue un gusto, Azul – guiña un ojo

- Voy por algo de beber – agrego

- Yo te acompaño – dice y se coloca a mi lado – No puedo creer como es que tienes tanta energía

- Ni siquiera yo lo sé, tal vez todo lo que ha pasado en las ultimas cuarenta y ocho horas fueron un motor

- ¿Qué paso en las ultimas cuarenta y ocho horas? – pregunta Dan poniéndose en medio de los dos