Los Secretos de Palacio

I-Escapar por un instante

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Siempre te amaré- dijo él con la voz débil pero con firmeza en sus palabras- nada de esto es tu culpa- se dirigió a mí con un intento de sonrisa. 

No puedo perderte, no quiero- le respondí sollozando.

Estarás bien sin mí, lo superaras, eres la persona más increíble que he conocido- dijo el en un intento de tranquilizarme con su respiración pausada.

No me dió tiempo de responder, ni de decirle cuanto lo amaba, cuando fui a hacerlo vi que su pecho ya no subía ni bajaba y que el agarre de su mano era ya débil. Y me rompí.

El férreo olor en la estancia inundó cada átomo de mi ser, la sangre manchaba más la tupida alfombra a cada segundo que pasaba con su cuerpo encima. La oscuridad presente en la noche y su cuerpo iluminado únicamente por la luz de la llena luna lo hacían parecer un ángel. Su antes brillante miranda carecía de brillo, dejándola así con un creciente vacío; y su pelo antes desordenado y de un oscuro color estaba pegado en su frente, que desprendía un sudor ya frío. La muerte hizo su presencia. Después de observar pasmada la más desgarradora de las imágenes me acerqué a él, o más bien dicho a su cuerpo, de nuevo. Con mi temblorosa mano le cerré sus hermosos ojos que parecían estar mirándome aún, y le besé la mejilla por última vez.

-Te quiero, siempre lo haré- susurré con mi frente apoyada en su pecho, manchando su camisa de lágrimas-lo siento- sollocé expresando lo que el caprichoso destino no me dejó decirle-nos volveremos a ver, lo prometo-finalicé ya más serena al levantarme con un presente dolor en mi pecho.

Y corrí. Lo más lejos posible de aquel castillo y de su ya nula presencia. La hora no me importó a pesar de las advertencias de no adentrarme en el bosque cuando oscureciese, lo que me pasase en ese momento no me podía importar lo más mínimo. Mañana volvería, pero ahora solo quería escapar por un instante.