《 Mariposas 》

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— ¿Seguro que esto esta bien? — preguntó cierto felino.

— Por supuesto que sí — afirmó cierto chico de cabellos oscuros, quien esperaba que su amigo gatuno fuese suficiente para atraer a su presa.

Ambos caminaban por las calles y los callejones, hasta que una de esas bestias cayó y comenzó a seguir al felino. Luego de una batalla un poco extraña, el menor logró atraparle, sintiendo felicidad en extremo.

— ¡Lo hicimos! — gritó mientras posaba su mano en el aire, como si fuera a chocar los cinco con alguien, acción que el felino vio con tristeza.

Este al notar lo que acababa de hacer, decidió meter sus manos en sus bolsillos, como si nada de eso hubiera sucedido, como si no esperara que ella le hubiera correspondido.

— ¿Estás bien? — nadie contestó — está bien si no lo estás, hoy es Luna llena y ustedes, bueno...

El felino decidió no emitir palabra alguna, pues sabía que en lugar de ayudar, causaría una tragedia en el corazón del chico, quien a pesar de tantos años, aún no superaba a su primer amor, aquella dulce chica que ahora ya no estaba.

Y es que Douxie lo intentó, intentó escapar del pasado, incluso intentó olvidarla en los ojos de Clara, su ahora amiga, los ojos de ella, pero todo era imposible, siempre la recordaba, siempre estaban presentes en su mente sus hermosos ojos, su dulce sonrisa y sus últimas palabras antes de morir... antes de que él no pudiera salvarla.

— ¿Por qué? ¿Por qué hiciste esto?

—Porque te amo, siempre lo hice, Doux.

Los recuerdos inundaban la mente del aprendiz, quien sin darse cuenta había llegado hasta la librería en dónde su maestro se hospedaba. Douxie entró por la puerta, con la campanilla anunciando su llegada. Caminó recto, perdido, ignorando la magia y los libros que flotaban en el aire cual mariposas.

— Veo que haz vuelto — comentó Merlín —, que bueno, porque necesito su amuleto — extendió su mano a espera de que este se lo entregara.

Douxie no entendía.

— ¿Amuleto?

— Sí, amuleto. La guerra se aproxima y necesitamos una nueva guardiana, necesitamos que alguien ayude al caza trolles — dijo impaciente pues el tiempo se acababa.

Esas palabras cayeron sobre él como una cubeta de agua fría, no podía entenderlo, ¿por qué demonios quería hacer eso? ¿Por qué querría reemplazarla como si nada? ¿Por qué estaba tan tranquilo si por su culpa ella ya no estaba?

— No — dijo firme —.Ella ya no está y es todo culpa de este amuleto, así que no, no dejaré que nadie más corra su mismo destino, ni tampoco dejaré que alguien la reemplace, porque ella no es un hechizo que salió mal, ella...

— ¡Ella esta muerta! — gritó molesto Merlín pues no había tiempo y no tenían el suficiente como para detenerse a escuchar sentimientos de culpa.

— ¡Sé qué esta muerta! ¡Lo ha estado durante miles de años! — gritó con lágrimas en sus ojos — ¿Y sabes de quiénes fue la culpa? — dijo un poco más calmado — Nuestra. Tú y yo la matamos.

El menor salió de la tienda en extremo molesto, con un dolor en su pecho y con lágrimas en sus ojos, pero es que no lo entendía, tantos años y seguía sin entender el porqué su dulce Viviane había hecho lo que hizo.

Efecto mariposa 《 Douxie y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora