《 ¿Hija? 》

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Los rayos del dorado sol se hacían presentes, colándose por las ramas de los árboles, mientras que en el centro de todo, cierto peli teñido abrazaba a su primer amor como si no quisiera soltarla nunca.

- ¿Estás bien? - puso su mano sobre su cabello cuándo este se alejó, acariciando sus mechones azules - Pensé que estabas en el castillo, siempre dijiste que venir al bosque no era lo tuyo.

El de ojos miel apartó la mirada apenado, mientras que la de ojos violetas miraba de reojo a los que estaban detrás de su amigo, notando cómo la chica de cabello corto sostenía a un troll cristalizado, lo que la molestó un poco, causando que se acercara a ella, parándose de manera firme.

- ¿¡Qué rayos le hiciste?! - preguntó molesta y amenazante mientras de sus manos emanaba un aura dorado.

- ¡Espera! ¡Tiempo fuera!

Viviane miró a Douxie curiosa, pues este se había puesto frente a ella, defendiendo a la chica, evitando así que un duelo mágico se llevara a cabo entre Clara y la princesa, cosa que pudo haber sido en extremo peligroso.

- Clara no hizo nada - calmó a la de cabellos castaños -. Nosotros... nosotros encontramos al troll así, ¡eso fue!

- ¿Y por qué no le ayudas? - se acercó a Jim, quien seguía congelado en el cristal - Pobre criatura - tocó el cristal y este comenzó a desaparecer. Las partes caían de este, se rompía y cada pedazo se transformaba en una mariposa hermosa y colorida.

Douxie veía feliz los dones mágicos de su amada, mientras que Clara se sentía un poco extraña pues le había visto antes, su rostro le era demasiado familiar y su magia, su magia no le daba buena espina.

Al cabo de unos minutos, Jim despertó, siendo liberado y asustándose por la cercanía de la chica, quien cabe recalcar, no sabía quién era.

- ¡Clara!

Ambos se abrazaron fuertemente hasta que recordaron con un dolor, aquello que el caza trolles tenía en el pecho.

- ¿Estás bien? - Clara se alejó pues había lastimado al contrario al abrazarle.

- ¿Una gema oscura? - pensó en voz alta y todos volvieron a verla con sorpresa - ¿Te duele? - se acercó y con sus dedos tocó el pecho de Jim. Clara se enfadó un poco.

- No creo que debas hacer eso.

- No me interesa lo que creas - le miró de reojo -. Me interesa lo mejor para él - pasó sus dedos cerca de la gema, acariciando las heridas que este tenía y ahora Douxie era el celoso.

- ¡Lady Viviane! ¡Aléjese de la bestia! - gritaron los caballeros de Camelot, los cuales venían con armas desenfundadas mientras los caballos se acercaban.

Ellos la asustaron, provocando que tocara mal el cristal. Un dolor indescriptible recorrió el cuerpo de Jim, quien como reflejo, con sus garras hirió el pecho de la chica, dejando un rastro de garras en este.

Los caballeros se asustaron y se acercaron. El rey iba a matarlos ya que habían permitido que un troll hiriera a la princesa. Todos lanzaron cadenas y cuerdas sobre Jim, mientras que a la de cabellos cortos la esposaban como una desconocida, intrusa en el reino. Viviane no iba a tolerarlo.

- Basta - imploró levantándose del suelo, pero fue ignorada - ¡He dicho basta! - gritó fuerte para que los árboles reaccionaran a su magia, apuntando, o más bien amenazando a los caballeros con sus raíces.

- Pero princesa...

- ¡Nada de pero! - gritó furiosa mientras sus ojos se tornaban de un color rojo intenso, de un escarlata puro y profundo. - Este troll no ha hecho nada, así que van a liberarle - nadie se inmutó - ¿Y bien?

Efecto mariposa 《 Douxie y tú 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora