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𝐋𝐀 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐓𝐔𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐇𝐄𝐑𝐀 𝐏𝐀𝐋𝐀𝐂𝐄 𝐁𝐑𝐈𝐋𝐋𝐀𝐁𝐀 𝐏𝐎𝐑 𝐄𝐍𝐂𝐈𝐌𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐍𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄 𝐀𝐆𝐔𝐀, la alta escultura se encontraba justo en el centro del vestíbulo. Era la primera vez que la veía y la odiaba. Era repugnante.
Logan Lee -todavía en su disfraz, miró la escultura de Hera con puro desprecio y disgusto. Tenía tanto resentimiento hacia el objeto inanimado que le hizo mugir de risa al solo pensar en ella. Sus ojos permanecieron bloqueados detrás de sus lentes tintados de azul cuando de repente una luz brillante lo sacó de sus pensamientos.
- ¿Qué estás haciendo aquí?- El guardia de seguridad que vigilaba le preguntó, Logan trató desesperadamente de evitar el contacto visual mientras continuamente tiraba de su sombrero sobre su cara.
- ¿Cómo entraste?- El hombre preguntó.
- Lo siento, debo haberme perdido.- Logan razonó y se disculpó. - Buenas noches, entonces.- Trató de quitarse los nervios y marcharse, pero los dos hombres no estaban creyendo su excusa.
- Aguanta. - Logan se congeló. Dando la vuelta lentamente, rompió en un sudor nervioso. - Vamos a tener que revisar su identificación, por favor venga con...
- ¿Quién es usted para interrogar a mi invitado? - Una voz retumbó a través del oscuro vestíbulo, Hitomi se pavoneó hacia ellos, con los brazos cruzados sobre el pecho. Llevaba puesto nada más que su camisón y bata sobre él.
Los guardias de seguridad inmediatamente bajaron la cabeza para saludarla mientras Logan permanecía en silencio, con los ojos muy abiertos ante su repentina aparición.
- Nos disculpamos Señora, no sabíamos que estaba con usted.- La bailarina agitó la mano despidiéndolos en un estado de irritación cuando los dos rápidamente se disculparon de nuevo y se fueron.
𝐋𝐀 𝐏𝐔𝐄𝐑𝐓𝐀 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐌𝐀𝐓𝐈𝐙𝐀𝐃𝐀 𝐒𝐄 𝐂𝐄𝐑𝐑𝐎́ 𝐃𝐄𝐓𝐑𝐀́𝐒 𝐃𝐄 𝐄𝐋𝐋𝐎𝐒, los pitidos suaves cesaron después de unos segundos. Hitomi entró en su casa y se dirigió directamente a la cocina sacando rápidamente una botella de vino del enfriador y dos copas de vino de su gabinete.
Honestamente, Logan no sabía cómo había llegado aquí, pero de todos modos no estaba enojado con la situación. El hombre tomó asiento con cautela en su sofá antes de quitarse el disfraz, parecía que ella vivía sola de todos modos- era algo bueno para él pero no lo más seguro para ella.
- Usted debe estar loco por venir aquí- proclamó mientras colocaba las copas en el cafetero antes de tomar un asiento a su lado. Logan hizo todo lo posible para evitar el contacto visual con ella, ya que llevaba ropa muy atractiva y transparente. - ¿Por qué de repente eres tan tímido?- Hitomi soltó ya que no había respuesta, se acercó poco a poco hacia él haciendo que Logan se alejara de las inmediaciones.
Hitomi entrecerró los ojos con recelo mientras el hombre trataba de cubrirse la cara con el brazo, un rubor arrastrándose sobre su rostro.
- ¿Está pensando en beber?- Le preguntó tratando de desviar su atención, la chica se dirigió hacia el alcohol antes de volver a su asiento original. Logan dejó escapar un soplo de alivio al ajustar su posición.
- He tenido muchas cosas en mi mente últimamente, así que estoy planeando deshacerme de todas mis preocupaciones.- Hitomi murmuró, la tristeza entrelazada en su tono que no pasó desapercibida para el CEO. Se volvió hacia él y le hizo un gesto para que tomara la copa llena de vino en la mano-. Parece que también tienes muchas cosas en la cabeza.- La chica sonrió perezosamente. - Entonces, Sr. Lee, ¿estaría interesado en acompañarme a tomar una copa?
Logan sonrió con la mano alrededor del tallo de la copa de vino mientras Hitomi la soltaba y llenaba la suya. Ella se lo sostuvo con una enorme sonrisa en la cara, él empujó su copa con la de ella y oyó el ruido satisfactorio mientras chocaban.
- ¡Salud!- Hitomi se alegró de haber terminado de beber. Una vez que vació su vaso entero, se levantó de su asiento y se dirigió a un tocadiscos que estaba apoyado al lado de la televisión. Hitomi colocó la aguja en el vinilo y la música comenzó a sonar en toda la habitación. - ¡Bebamos hasta que no podamos pensar más!
𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐇𝐈𝐓𝐎𝐌𝐈 𝐍𝐔𝐍𝐂𝐀 𝐇𝐀𝐁𝐈́𝐀 𝐁𝐄𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒, al menos no en tal gran escala. La bailarina se dio cuenta de cuánto pesaba al estar completamente embriagada justo después de terminar su tercera copa.
Logan se sentó a su lado, el vino tinto arremolinándose en su copa mientras observaba su estado de borrachera. Era casi cómico lo rápido que había empezado a perder los sentidos, pero no obstante, seguía bebiendo -era un buen vino.
- Sabes, cuando te conocí por primera vez. Realmente te odie- confesó ella, con sus palabras vacilantes mientras hablaba. Se rió mientras volvía a poner la cabeza en la palma de la mano, con el codo apoyado contra la cabeza del sofá.
- ¿Lo hiciste?- Logan se burló, con un toque de sarcasmo en su voz. Hitomi solemnemente asintió, supuso que las palabras a causa de su borrachera eran realmente sus pensamientos sobrios.
- Eras todo de lo que hablaba Seol-A, ella te hizo parecer una especie de dios.- Ella murmuró, repentinamente entristecida al pensarlo.- Así que te guarde resentimiento durante mucho tiempo- ella prolongó la palabra "mucho", aturdida, hizo contacto visual con él y lo señaló con el dedo índice. - Pero resulta que, después de todo, no eres tan malo- admitió Hitomi.
Logan se burló juguetonamente. - ¿No soy tan malo?- Se acercó más a ella, la adrenalina del alcohol aumentó su confianza. Ella tarareó en reconocimiento, una risa infantil que emitió después.
- No eres tan malo en absoluto.- Hitomi murmuró, desafiándolo y acercándose más, sus caras a solo pulgadas de distancia. Ya fuera por el impulso del momento o simplemente por el alcohol en sus venas, lo más probable es que fuera lo último, se inclinó y lo besó.
Logan se congeló, su mente se quedó en blanco por un momento antes de finalmente devolverle el beso. El sabor del vino finamente añejado en sus labios, era un beso lento pero lleno de emociones. La música clásica y las luces tenues establecieron el ambiente, pero a pesar de todo, Logan se resistió y se apartó.
Él estaba lo suficientemente sobrio como para no tomar decisiones apresuradas, y por mucho que le gustara Hitomi, ella estaba claramente muy borracha y no estaba con la mente adecuada para dar el consentimiento adecuado. Así que, por mucho que le doliera, Logan se contuvo.
- Estás borracha, así que vamos a llevarte a la cama- propuso, pero Hitomi se limitó a negar con la cabeza y tiró de él hacia ella. La posición era ahora que Logan sujetaba a la chica contra el sofá, ella le rodeaba el cuello con las manos y lo mantenía en su lugar.
- Asumiré la responsabilidad, lo prometo.- Ella murmuró antes darle otro beso, Logan suspiró.
- ¿Estás segura de que no te arrepentirás de esto a la mañana siguiente?- Preguntó una vez más con precaución, Hitomi negó solemnemente con la cabeza. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro antes de inclinarse hacia atrás para cerrar sus labios con los suyos.
Porque incluso si ella se iba a arrepentir, él no planeaba dejarla ir.
