𝐆𝐑𝐀𝐕𝐈𝐒 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍 | 𝐑𝐄𝐘𝐋𝐎

𝐆𝐑𝐀𝐕𝐈𝐒 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 ☂️

La cara de Poe fue un poema cargado de tristeza y decepción.

Él supo que había tenido su respuesta en el momento en que Rey decidió no elegirlo y ella creyó por un instante que el chico la ofendería. Pero eso no pasó, Poe sólo la miró con la pena embargada y la sonrisa triste de cachorro. Sabía que él tenía buenas intenciones y que definitivamente daría su máximo para complacerla, pero Rey se sintió mal al pensar que jamás sería sincera del todo. Él no le gustaba.

Pero eso no la hizo sentir mejor, ni mucho menos a Dameron y el único que parecía sonreír en medio del caos era su jefe. Su maldito e insufrible jefe.

—Rey... —Llamó Poe a su nombre, haciendo que Rey se contrajera de vergüenza en su lugar. Ella era una maldita perdida de tiempo para estos hombres y estaba pareciendo una tonta que "tonteaba" con ellos. No quería ser una de esas chicas. Definitivamente no estaba siendo como Jyn Erso.

—Lo lamento, Poe. 

Quizá ni siquiera debió venir aquí. Haberlo hecho le había dado una esperanza al joven, emocionándose cuando ella tenía grabado a fuego lento al idiota del director. Un idiota que ahora la miraba con esas cejas elevadas y la sonrisa de autosatisfacción más grande que hubiese visto, para su mala suerte. Debería saber que Ben Solo sería la clase de hijo de puta que no sólo le gustaba ganar en los negocios, sino que también en cada maldito aspecto de su controlada vida.

Al fin de cuentas él era el formidable CEO del corporativo más lucrativo del medio artístico. Y era joven, atractivo y acaudalado. Sabía perfectamente que piezas mover para obtener lo que quisiera.

No obstante, si Kylo Ren pensaba que Poe se rendiría tan fácilmente ante su despliegue arrogante, se equivocó. El hombre ni siquiera le dedicó más de un vistazo a Rey, pasando rápidamente de ella a su jefe. Un gesto cargado de la más pura molestia y desagrado. No iba a perder contra Kylo.

Kylo sólo sonrió contra el reto.

—Estás entrometiéndote.—Siseó el hombre.

Ben se encogió de hombros ante la mirada atónita de Rey. Su mano derecha dio un vuelco despreocupado, como si sólo le hubiesen dado la noticia de un mal clima. Arrogante y seguro de sí mismo. Tan diferente de ella.

Había algo que siempre admiró y envidió de su jefe; su seguridad. El hombre irradiaba poder y control, el clásico imbécil  de pelotas grandes que creía que todo mundo tenía un precio. Ciertamente, él tenía el poder de comprar a las personas.

Era de esperarse, después de todo, nació en una cuna de oro y más tarde se crió bajo las influencias de una familia de políticos. Un largo linaje de funcionarios prestigiosos y polémicos de la ciudad. Decir que Ben Solo había heredado la altanería y superposición de sus ancestros, era una verdad absoluta.

Y eso a Rey no le gustaba.

—¿En tu pobre exhibición de arte o en el rechazo de una dama excesivamente superior a ti?—Respondió con una ligera burla su jefe, burlándose de Poe.