— COMO QUIERES QUE TE QUIERA, SI TE QUIERO Y TÚ, NO QUIERES QUE TE QUIERA COMO YO QUIERO QUERERTE—íbamos cantando a todo pulmón.
—¡No puedo creer que estamos yendo YAAA! —grita Jenna.
—¡Vamos a recorrer el mundo, siendo multimillonarias!
—Billonarias— me corrige.
—Aunque todavía no sé cómo vamos a hacerlo, nuestras carreras gritan ¡POBREZA! por si solas.
—Habla de la tuya, yo voy a ser la mejor arquitecta del país.
—Sí, tiene razón, pero por eso eres mi mejor amiga vas a pagar mis viajes.
—obvio que sí, mi reina.
En eso suena su celular, lo contesto yo ya que ella estaba manejando, lo coloco en voz alta y contesto.
Era Mía, una compañera que se graduó e iba a ir a la misma universidad que nosotras, cómo íbamos para el mismo lado Jenna se ofreció a también llevarla teníamos que recogerlas en un pueblo, ya que había ido a visitar a su abuela y nos queda de pasada por la carretera.
—Hola, Mia—habla Jenna.
—¿Como estas? ¿Ya están llegando? — se escucha su voz a través del dispositivo.
— Sip, aproximadamente en media hora estaremos ahí.
— Ok, cuando estén por llegar me avisan, y no se asusten cuando lleguen, es un lugar medio raro, pero está bien, chau.
Y antes que pudiéramos contestarle colgó, frunzo el ceño por lo último que dijo, pero no le doy importancia.
Media hora después estábamos en el lugar donde nos dijo, era un autoservicio desierto, el lugar era tan viejo que se caería en un descuido, y al rededor estaba lleno de árboles, esto estaba en el medio de la nada, en el medio de un bosque. Llamamos a Mía y nos dijo que ya estaba cerca y que la esperábamos un rato.
—Se supone que ya estaba aquí— le digo a Jenna, me giro hacia ella que estaba sentada en el capo del auto.
—Esto nos pasa por ser buenas personas— se queja ella también.
—Llámala devuelta y dile que no la podemos esperar más, este lugar me da miedo y es medio peligroso.
Cuando estaba por sacar su celular una camioneta de color blanco estaciona junto a nosotras, me muevo hacia el lado de mi amiga. Veo como baja un hombre del asiento del copiloto, iba vestido con unos pantalones negro camisa y botas del mismo color, un escalofrío recorrió mi cuerpo al verlo.
—Bueno vamos...— me dice y contesto empujándola hacia el auto.
La camioneta estaba muy cerca del lado donde se encontraba la puerta del conductor, lo que me pareció muy raro, había bastante espacio como para que se detenga justo al lado del auto de Jenna.
El hombre nos miró y sonrió ladino, eso hizo que mi corazón empezará a latir a mil por hora, mis manos empezaron a temblar, el miedo me paralizó. Jenna me empuja para que suba al auto, y cuando lo estoy por hacer sentí la presencia de otros dos hombres atrás nuestro.
Y todo paso tan rápido que se me hizo difícil procesarlo, uno de los hombres sujeto a Jenna y mi ración fue agarrarla con más fuerza del brazo y atraerla hacia mí, ella gritaba, lados nos encontrábamos gritando, y no sé en qué preciso momento el otro hombre me había tapado la boca con sus manos y me agarro de la cintura, con todas mis fuerzas intenté apartarlo pataleando para todos lados removiendo como un gusano en sus brazos para que me soltara, mi garganta ardía, pero no dejaba de gritar, y campo de visión se fue empañada por mis lágrimas.
Nos tiraron dentro de la camioneta, ataron nuestras manos, pies y pusieron una cinta en mi boca, antes que cerraran la puerta puede visualizar a Mía, quería advertirle y que saliera corriendo, pero lo que vi me desgarro el alma.
El primer sujeto que había bajado estaba en frente a ella, y ella no se encontraba intimidada hasta le sonreía, él le pasó un sobre la cual abrió y sonrió aún más, le dio un abrazo, y fue ahí cuando me vio, y su sonrisa en ningún momento se borró.
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Vindicta
RandomAsia Darling, líder de las fuerzas terrestre encargada de buscar, capturar y muchas veces matar a las personas no deseas para el gobierno de turno. Dastan Sinclair, con múltiples medallas de honor obtenidos en las fuerzas armadas, rodeado de enemi...