Capitulo 18

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Regina Bianchi

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Regina Bianchi

Bien dicen que las traiciones están cerca, aunque no se refieren al tiempo, si no, a lo que te rodea, el tiempo es lo de menos, ya que aunque lo elijas o no, va a pasar, por que así debe de ser; a veces perdemos la confianza, tanto así que nos cuesta abrirnos de nuevo a alguien, pero tenemos nuestras razones, pueden ser muchas, pero siempre estará el hecho de que lo pasamos, de que lo vivimos y no sabemos si volverá a suceder.

Realmente confiamos nuestros secretos a personas que conocemos, o en este caso creíamos conocer, la gente que me rodea yo no se si me miente, yo no se cuando es verdad o mentira, no se diferenciar la verdad de la mentira, no te puedo decir que alguien te miente por una pupila dilatada, que alguien dice la verdad porque se toco el cabello o algo de eso, pero ese fue mi error, aprendí de ello a las malas, pero se que debió ser así, pues todo tiene su porque.

Desconocemos mucho de lo que esta mas allá de nuestra vista, tan simple con ver a una persona, tenemos el presentimiento de que es engreído, presumida o que anda en cosas malas, pero cuando conoces a la persona, puede ser lo contrario, tanto puedes estar en lo correcto como en lo incorrecto, no se sabe, pero es error de uno, no conocer a fondo a esa persona, aunque todo nos regresa a la misma pregunta.

¿confiamos de nosotros mismos?.

Te puedo asegurar que ni tu mismo te conoces, solo aparentas lo que los demás quieren ver, pero cuando estas solo o con alguien, tu cambias, tu entorno cambia, tu no sabes si en tu ser vive un maestro, un poeta, un musico o un asesino...

Yo me negaba a ser igual que el, pero ahora veo el cuerpo de pamela cubierto de sangre, mis manos cubiertas de su sangre, pues yo no sabia que podía ser asesina, aunque claro era de esperarse, pero en efecto, pamela ya estaba muerta y yo la mate, pero es curioso, pensé que me daría algo al verla tirada, tristeza, pena, enojo incluso, pero nada, fue todo lo contrario, me gusto y lo disfrute.

Escuchar los gritos de dolor de pamela me gustaron, pero, ahora yo misma era mi peor enemiga, porque en esto temía convertirme, en el, en mi padre, el mata a inocentes por malos, pero pamela no lo era, pero si la conocí, era como una hermana, sin saber que realmente era mi hermana.

La hice enojar hasta que me desato del tobillo, quería que me desquitara con ella, pero no me moví, espere a que se acercara, cuando mas cerca estuvo, fue ahí, que le dije:

"Saldremos de esto juntas".

Mentira.

"Nada nos pasara".

Mentira.

"Confía en mi".

Mentira, mentira, mentira...

solo fueron mentiras, todo fue una farsa.

En ese abrazo dije lo ultimo que tenia por decirle antes de hacer lo que hice. Susurre cerca de su oído-Dicen que el infierno es hermoso a su manera y tu serás lo que arda en el – con eso tome el cuchillo que escondía en su espalda y ahí mismo se lo clave, solo quedo de rodillas en le suelo hasta que se callo por completo boca abajo, no podía decir nada, trataba pero no podía, estaba agonizando – la vida es cruel... porque no habría de serlo la muerte también... – tome otra ves el cuchillo y sin piedad se lo enterré en la nuca, sangre brotaba desde ahí, también por su boca, ya solo era el cuerpo de pamela en un charco de sangre, bueno, ahora siguen ellos dos.

Líder de la mafia ✔︎ [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora