Cristian Courney
Meses finiendo, días de falsedad, yo si seria un buen actor.
Pase por Daniel a su casa, le dije que iríamos a rescatar a Regina, que Regina esta viva, pero solo lo estaba conduciendo a una muerte, la suya, utilizar lo que mas ama en su contra, seria como quitarle la paleta a un niño, nos dirigíamos a roma, justo donde estaba Regina, pero un poco mas alejados de ella, aquel lugar que parece desierto, solo que es un terreno que se puede comprar en este caso, yo lo compre.
Lo compre para su final feliz.
El sufrimiento te hace fuerte, pero la vida no vale nada y la muerte te aclama.
Llegamos al terreno, alejado de toda la sociedad, nadie escuchara sus gritos; estacione la camioneta bajamos, Daniel miraba a todos lados, quiso buscar su pistola, pero nada, no estaba, ya que minutos antes se la saque, me quede parado, cerré la puerta detrás mío, el se volteo, en cuanto quedo en frente mío, saque mi arma.
-Cristian, ¿Dónde esta Regina? - dijo, empezó a retroceder poco a poco, no importaba a que distancia fuera, nunca fallo – dijiste que aquí estaría Regina aquí – dejo de retroceder.
-Sabes, a veces hacemos muchas cosas por amor – el no tenia ni la mas remota idea de nada – esto es algo que hare por amor, por ella, por Regina, hare esto, no me importa si ella se entera de lo que hice, si tengo que lavarle la memoria para que olvide que te mate lo hare y así será, porque ella será mía -.
Dispare.
Pero no a el, le había dado a Regina, sin saber que hacer, solo volví a la camioneta, conduje, conduje lo mas lejos posible, yo la mate, yo la asesine, mate a la persona que amo.
Nuestro corazón nos dice una cosa, pero siempre hacemos otra distinta, eso fue lo que hice, por un estúpido amor no correspondido, había matado a aquella persona que amaba; no tuve el coraje para acercarme siquiera, pues era un cobarde.
Conduje, seguí, ya ni siquiera quería seguir, iba rápido que no mire que el semáforo estaba en rojo, había chocado, pero ya nada importaba, le pegue al volante una veces, saque todo lo que unos segundos antes no pude.
Te pido perdón Regina, al quererte a mi lado, te quite de mi vida, te quite la oportunidad de continuar, solo pensé en mi, perdón Regina, de verdad, aunque mis disculpas ya no traigan a la vida, te pido perdón, yo no quería que esto pasara.
El choque no fue muy fuerte, solo quede contra un poste de luz, deje el carro ahí, tome un taxi, necesitaba alejarme de todo, Italia, donde Regina creció; recuerdo la ves que la vi, tan decidida a ver a su padre, recuerdo lo mucho que su asusto cuando escucho los balazos, recuerdo cuando vagaba por los pasillos de la casa en las noches, pues no podía dormir, el recuerdo de los disparos llegaba a su mente, trataba de escabullirse, pero estaba para ella, tanto le costo acostumbrarse a todo.
En todo momento estuve con ella, la cuidaba, pero la lastimaba, tal ves no físicamente, pero si mentalmente, la protegí, pero le arrebate la vida, ese peso seguirá, aunque escape de Italia, ella seguirá en mis pensamientos, no los momentos buenos, si no el recuerdo de ella muerta y en los brazos de el.
De verdad que me centre mucho en mi, que solo me deje llevar, no note que Regina no me quería, que solo era tal ves un capricho, pero ella si era feliz con Daniel, pero ahora ni el ni yo lo seremos, pues el amor de nuestras vidas, se fue, para siempre y ni una disculpa la traerá de vuelta.
Soy el culpable de muchas muertes, muertes que no significaban nada, era gente que no conocía, pero con Regina es distinto, si el día de mañana continuo, será para pagar las deudas que debo, en dinero y en sangre y porque le hice una promesa.
-Cris, si algo le pasa a cualquiera de los dos - me concentre en ella, su voz era algo que me relajaba; se vino a acurrucar junto a mi, otra vez la pesadilla de su madre muerta la atormento - prometamos, que seguiremos adelante - me enseño su dedo meñique.
-Lo prometo, pero no hare esas tontadas del dedo - ella me miro con cara de puchero.
-Si no lo haces, es como si no lo prometieras - rodee los ojos, coloque mi meñique al contrario que de ella, apretamos cerrando nuestro trato - il mio simpatico scudiero (mi lindo escudero)- se acomodo para dormir, deje un beso en su coronilla.
-mia piccola dea - la abrace acercándola a mi, yo también me había dormido.
(mi pequeña diosa)
Ese recuerdo, esa promesa, Ella, me seguirán.
Lo mejor era alejarla de todo este mundo de mierda, en cambio, la adentre a el, le enseñe lo que pude, le explique cosas que nadie le quiso contar, compartimos secretos, penas, risas, ahora solo quedaba un pequeño recuerdo de ella.
Un día despertare, me habré olvidado de su voz, ahora ese es mi miedo, antes de todo, mi miedo era no ser el mejor hijo, un hijo que pueda manejar una empresa estando el a mando, ya no es mas mi miedo, solo pensar en que olvidare su voz, en serio perdón regí.
mia peccola dea, il tuo scudiero si prenderá sempre cura di te.
(mi pequeña diosa, siempre estará tu escudero cuidando de ti).
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Mood: océano pacifico.
Aunque cris es loco, tiene su lado dulce, lo amo y lo odio.
Penúltimos capítulos.
Se les quiere, arriverderci.
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Líder de la mafia ✔︎ [#1]
Teen FictionTERMINADA Éramos familia, pero no nos importaba correr el mayor riesgo de nuestras vidas; él no quería ese puesto, pero yo sí. Le demostraría de que sería capaz, de lo que era capaz. A veces uno no sabe para quien trabaja, alguien que creías conoc...