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Sakura pensaba que la ausencia de Sasuke no duraría más de una semana, pero cuando paso la tercera se dió cuenta que en realidad lo extrañaba. Días antes había intentado llamarlo por teléfono varias veces, pero no había encontrado más respuesta que la de la máquina contestadora y entonces colgaba; una vez le había dejado un mensaje, con el pretexto de pedirle que le devolviera las llaves de su departamento; pero él no había devuelto la llamada. Ella encaminó un par de veces por por la calle donde él vivía y vio que las luces estaban prendidas, pero no tuvo el valor de tocar la puerta –¿Que tal que él volviera a rechazarla?– por todo esto, ella prefirió mantenerse ocupada para no pensar en él.

Casi desde el día en que Sasuke se había marchado, las cartas empezaron a llegar con mayor rapidez, como si sus interlocutores se hubieran puesto de acuerdo para ayudarla a olvidar.
Era tanta la correspondencia, que Sakura se sintió abrumada, por lo que sugirió a los corresponsales más cercanos Naruto y Hinata, que intercambiarán los números de sus teléfonos para conversar de viva voz y facilitar un poco las cosas, pero al la rechazaron la sugerencia.

Cuando por fin llegó el cheque por los trabajos realizados el mes pasado, Sakura se sintió aliviada económicamente y decidió que era tiempo de tomarse una vacaciones, además de que por el momento no tenía trabajo pendiente; por lo menos el trabajo formal de diseñadora gráfica, que era su modo de vida; pero las cartas de su grupo de corresponsales vampirófilos llegaban a raudales; diariamente encontraba en el buzón por lo menos media docena, por lo que se pasaba  buena parte de la mañana leyendo esas cartas y en la tardes se ponía a contestar algunas de ellas, las más que podía; en sus caminatas diarias siempre estaba incluida la oficina de correos, la tienda de alimentos y finalmente lo que era su máxima adicción: la librería especializada en literatura de horror y fantasía que, afortunadamente estaba cerca de su casa.
Después de cenar –generalmente y muy tarde –veía en la televisión una o dos películas de vampiros de su colección particular de videos, o en ves de eso leía una novela o ensayo, ya en cama y hasta después de media noche, lo que ella suponía que le servía para propiciar emocionante sueños, aunque ella recordar muy copo de lo que soñaba.


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Hola de nuevo y una disculpa 😞se que es muy corto pero ahorita me siento un poco cansada, pero mañana o más bien al rato subo otros capítulos más largos para compensar este.

Sin más por el momento me despido ☺️ espero les este gustando hasta ahorita la historia, no olviden dejar algún comentario y una estrellita.

VAMPIROFILIA.  (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora