Cap. 2: Diosas Hermosas, Idiotas Andantes y Problemas Constantes

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Se dice que nada puede salir peor cuando un problema está lo suficientemente fuerte como para dejarte noqueado, pero no es así, la desgracia aumenta y aumenta hasta consumirte por completo y tragarte en su vacío infinito de problemas y preocupaciones…
Y parecer ser que esa frase aplica aquí en este mismo instante; Luego de que Claire se fuera, dejando a Sebastián y a los demás solos, el se sentó en una de las rústicas sillas que se encontraban allí, y se arrimo cerca de una Hoguera que también se hallaba cerca del lugar, en un sitio cálido y sereno…
También encontró un pequeño kit de medicina, agarro unas vendas, y se vendo la zona en la que había sido apuñalado, el dolor era cada vez menos y la migraña cesaba cada vez más.

– Bueno, ahora solo debo esperar…….. – Decía Sebastián mientras se acomodaba en su silla – Esa tal Mary ha de ser una chica dura

Mientras tanto en un lugar remoto…

– ¡Mary, ya te he traído a los sobrevivientes! – Glitch ahora se encontraba en un lugar que parecía ser una especie de palacio – Espero puedas hacer algo, uno tiene una apuñalada en su zona lumbar, pero estará bien, al parecer fue tratado. En cuanto al resto, tuve que traerlos a la fuerza (espero no haberlos matado...).

– Bien, te felicito por haber cumplido la misión – Dijo la denominada “Mary”, la cual se encontraba sentada en un trono – ¿En donde los dejaste?.

Pues… están en el refugio abandonado – Respondió Glitch un tanto nervioso.

– Hmm, bien, iré allá ahora mismo – Decía mientras se levantaba y agarraba una especie de bastón o cetro – Dile a alguno de tus hermanos que se encargue de cuidar el trono, tu te puedes tomar el día libre.

– (¡Ya-Hoo!), como usted ordene – Por fuera, Glitch se mostraba serio, pero por dentro la emoción se hacía presente – (¡Podría invitar a Claire a comer, o tal vez jugar videojuegos con los colegas, o tomarme la siesta de 16 horas que siempre he querido!).

– No te emociones, mañana vuelves al trabajo – Mary no tardo en bajarlo de las nubes – Recuerda, puedo leer los pensamientos de todos ustedes, así como ustedes pueden leer los pensamientos de todo el mundo…, excepto los míos.

– (Maldita zorra bastarda, ojalá llegue alguien y te quite tu puesto) – Ante esto, Glitch se mostró molesto – Si, jefa

Mary volteo su cara, mostrando un rostro sonriente e inquietante, mientras le sacaba el dedo medio y pensaba cosas, muchas cosas.

– (Mariposas y flores……) – Bueno, tal vez Mary no pensaba mucho en cosas malas – (Bueno, espero que esto valga la pena…..)

Volviendo con Sebastián…

Los demás ya habían despertado, habían pasado ya unas 2-3 horas desde que habían llegado, muy probablemente ya se hayan hartado de esperar tanto.

– Entonces, ¿se supone que hay varios dioses y Semi-Dioses? – Preguntaba Sebastián, el cual se había perdido de mucho mientras se encontraba inconsciente – Ya hemos conocido 2, bueno, ustedes conocieron uno y yo conocí a una.

– ¿Una? – Preguntó Haely con curiosidad – ¿Era una mujer?.

– Su voz sonaba cómo la de una señora de 35 años , y su piel se sentía como la de una jovencitq – Respondió Sebastian mientras se arrimaba hacia adelante, adoptando una posición no muy favorable para su espalda (probablemente le salga una joroba) – Tal vez no sea una mujer, solo sea un hombre con rasgos bastante finos… o que se yo.

– Interesante... – Diego por su lado, divagaba por los alrededores de la sala, observaba con detenimiento los muebles y también los objetos que estaban puestos sobre las mesas y cómodas – Esta casa es curiosa, un tanto extravagante pero no pierde el toque rústico que posee. Es raro que alguna deidad viva en un lugar así…

– Tienes razón, tiene ese extraño toque de comodidad y confort a la antigua – Agregó Carlos mientras se quitaba la chaqueta y se la amarraba en la cintura – Bueno ya esta, ¿ahora que procede?.

– No lo se, quisiera decir “Esperemos”, pero eso ya lo estamos haciendo – Opinaba Sebastián mientras se rascaba la cabeza.

Del aburrimiento, al grupo empezó a darle sueño. Un duro día como el que tuvieron no es algo que se pueda tomar a la ligera, y mucho menos aguantarlo sin finalizar sin ni la más mínima sensación de cansancio.
Hasta que de repente, algo tocó la puerta……

– ¿Hmm? – Haely fue la primera en percatarse – ¿Q-Quien es?.

Nada respondió…
Haely se dirigió hacia la puerta, los demás observaban desde lejos, no se interpusieron pero si se mostraban curiosos. Haely iba acercando su mano a la perilla con mucho nerviosismo, no sabia que pasaría o con que se encontraría.
Al abrir la puerta, fue sorprendida con un gran agujero negro que la absorbió, con un agudo grito fue inhalada hacia afuera y dentro del agujero.
Este se hizo más grande y todo lo que se encontraba dentro de la casa empezó a ser absorbido también…

– ¡Menuda mierda de día! – Grito Carlos, el cual estaba cansado de tantas locuras – ¡Solo deseo ir a mi casa, ver videos de mi streamer preferido y armar mis maquetas!.

– Suena normal en ti – Dijo Medina, burlándose un poco de él.

– (Esto se torna cada vez más raro) – Pensaba Diego – (Dioses, genocidios, ¿jefe?. Nasa me cuadra).

Todos fueron absorbidos por el vacío, y siendo arrojados a una especie de espacio exterior o de sitio místico…
Entraron en caída libre, pasaron unas nubes y pudieron divisar tierra firme, el aire se hacía más ligero y se sentía como había cada vez menos gravedad.

– ¡Puedo ver todo desde aquí! – Gritaba Sebastian mientras hacía piruetas en el aire – ¡Estoy cayendo y me preparo para el impacto!.

– ¡Allá esta Haely! – Dijo Diego, señalando con su dedo a Haely la cual estaba parada en una esquina viendo todo su alrededor  – Vayamos con ella

Todos descendieron, al momento de casi hacer impacto quedaron suspendidos en el aire brevemente, permitiéndoles poner sus pies en la tierra y hacer un aterrizaje perfecto.
Se extrañaron por un momento, pero el alivio de que seguirán vivos les quito el pensamiento.
Ellos observaron el paisaje, parecía ser un lugar en el cielo de alguna parte del mundo. Rocas flotando, pilares destruidos con sus partes suspendidas en el aire, un frío aire que se sentía árido, un lindo sitio lleno de misterio e intriga.

– Que extraño sitio – Dijo Medina mientras se acercaba a una pendiente, y observaba había abajo – Parecemos estar en el cielo de la nada, o algo así.

– Eso es lo más inteligente que has dicho hasta ahora – Apoyo Adine.

– No ayudas sabes, se supone que estamos aquí por algo – Diego le reprocho a su hermana lo que le había dicho a Medina.

– Cálmense, no podemos discutir en un momento así – Haely calmo a los 3, parecía tener experiencia en ello – Solamente caminemos un poco, recuerdo haber visto una especie de sendero aquí cerca…

Haely corrió en hacia el lugar donde supuesta mente había hallado un sendero, se encontraba pasando una rocas flotantes, las cuales había que saltar. Obstáculo que para ellos no fue tarea difícil.
Luego de atravesar un pequeño “parkour”, se situaron en una isla flotante de gran tamaño. En el centro de esta, se encontraba una estatua extraña, de una hermosa mujer con los brazos extendidos y la cabeza al cielo, como si estuviera “Ascendiendo”.

– Que extraño sitio – Decía Medina mientras caminaba y veía a los alrededores.

– ¿Porque repites lo mismo? – Dijo Adine, puesto a que Medina había dicho lo mismo antes.

– Estoy sin palabras, no esperes que diga mucho – Respondió él.

– En fin, ¿Qué es este lugar? – Preguntó Sebastian, la intriga y la sorpresa era lo que más llenaba su cabeza en estos momentos.

Todos estaban muy extrañados, y también se encontraban en un estado de serenidad, el ambiente del lugar había pasado de misterioso a esperanzador.
A lo lejos se escuchaban unas especies de campanas, por otra parte se observaban estatuas partidas flotando, muchos elementos extraños, pero que no hacían más que complementar el lugar.
Mientras estaban observando la estatua, alguien se apareció.

– Me gustaría darles la bienvenida, queridos visitantes – Una pequeña chica se acercaba a ellos – Me siento halagada de ser quien los reciba en el “Santuario Fracturado”.

Tenía el aspecto de una niña de tal vez 9-11 años de edad. Vestía una curiosa vestimenta que sólo se componía de una toga, una faja. Su cabello era castaño con mechas rubias, y cargaba una diadema con una campana.

– ¿Santuario... – Dijo Diego mientras analizaba – … Fracturado?

– Sip, así es – Respondió la pequeña chica – ¿Ustedes son los supuestos chicos a los que atacaron en la ceremonia de los 1000 Milenios?

– ¡¿A-Ah, como sabes eso?! – Medina se sorprendió la pregunta de la chica – ¡¿Quién demonios eres?!

Medina estaba un tanto irritado, mientras la chica solo mostraba una inocente y dulce sonrisa.

– ¿No eres muy pequeña para saber eso? – Adine tenía dudas, ¿Cómo una niña sabe de eso? – Solo eres una niñata.

– ¿Y tu no eres muy mayorcita como para andar hablando mal a las espaldas de otro? – Respondió la niña mientras mostraba una perversa cara de “No bromees conmigo” – Solo eres una hipócrita inmadura.

Adine quedo molesta y humillada, ante eso trato de golpearla, pero Carlos y Diego la detuvieron antes de que pudiera si acaso levantar un pie.

– Si si, muy lindo todo – Carlos por otro lado, no se encontraba muy sorprendido – ¿Pero podrías decirnos quien eres?, por favor.

– Así me gusta, la cortesía – Dijo mientras le sobaba la cabeza a Carlos, el cual mostró una reacción de “¿Que haces?” – Mi nombre es Impetuosa, la Diosa Monumental, patrona de las Artes Históricas y la Gracia de la Antigüedad.

– (Eso rimo), e-es un gusto – Adine le tendió la mano – No sabía que eras un diosa, pensé que eras un niña.

– Jaja, tranquila – Impetuosa se mostraba siempre tranquila y contenta – Errar es de humanos, me alegra que ahora me trates con respeto.

– Si, pero bueno – Medina lamentaba interrumpir – ¿Nos podrías decir como es que sabes de nosotros?.

– ¿Por? – Preguntaba ella, al parecer a Medina se le había olvidado algo.

– ¡A-Ah! – Medina pensaba que solo era una estupidez, pero si querían conseguir información, al parecer debían ser formales con ella – Si no es molestia, ¿podría decirnos como es que usted sabe acerca de nosotros?..., P-Por favor.

– Mucho mejor – Impetuosa se sintió aliviada – Sean corteses y así conseguirán todo lo que quieran conmigo, excepto cualquier mundano deseo lujurioso, para eso váyanse al infierno.

Impetuosa miro a Diego mientras mostraba una cara de asco y repulsión claramente notable.

– Ahora, respondiendo a su pregunta……. – Impetuosa se mostraba un poco inquieta – Yo soy, una miembro del “Divine Circle”, lo cual es un consejo conformado por 10 Deidades las cuales nos encargamos de informarle a nuestra superior, Mary la Diosa de la Materia, acerca de todo problema que amenacen sus dominios, es decir, los universos y/o la realidad.

– N-No entiendo nada – Fue lo único que dijo Sebastián.

– Es mucha información, lo sé – Respondió Impetuosa – Para hacerlo fácil, me encargo de que todos aquellos que amenazan todo, sean reportados para después ser castigados.

– Eso tiene sentido – Diego sorprendentemente capto la idea al instante – Pero oye, ¿porque volteaste a verme de esa forma?.

– Bueno, digamos que se lo que haces, cada una de tus acciones las conozco – Impetuosa mostraba una cara de alegría falsa, más bien, un Sádico rostro de decepción – Se también lo que piensas, se lo que te gusta, tus deseos, tus anhelos, tus sueños, todo. Se todo de todos.

– (¿Qué demonios?) – Pensaba Adine al escucharla hablar – No se que decir.

– Tranquila, solo estoy actuando – Respondió antes de reírse a carcajadas, pero repentinamente cambio a una seria cara – ¿O era real?...

La situación se tornaba un poco agridulce. Si bien Impetuosa no mostraba ningún tipo de hostilidad o resentida ante ellos, la duda del “¿porque estar ahí?” no colabora mucho, probablemente ella sea la intermediaria entre Mary y el grupo.

– Permítanme explicarles porque están aquí – La pequeña diosa tomo de nuevo la palabra – Aquí es donde ustedes se reunirán con la jefa, ella les explicara lo que sucede y también les dará un pequeño obsequio.

– ¿Un pequeño obsequio? – Preguntó Sebastian, el cual cada vez comprendida menos – ¿Nosotros somos importantes en esta situación?.

– Se podría decir que si – Respondió mostrando una tierna sonrisa – Dicho eso, debo dejarlos por el momento. Les deseo suerte con Mary.

Con eso último, Impetuosa hizo su retirada, se tiro de manera repentina por uno de los bordes de la isla en la que se encontraban. Al ver eso, Sebastian fue fugazmente a ver si se había hecho daño, pero cuando vio, quedó impactado al observar que no había nada más que una gran caída, y a lo lejos, solo una pequeña cortina de destellos y brillos poco notorios.

– Espero que este bien – Dijo Diego, el cual al parecer se preocupo.

– Si… – Sebastian no dejaba de pensar – Esta bien…

– Así que, mi hermanita los dejo – Un sujeto extraño apareció detrás de ellos, causando la sorpresa de todos excepto de Adine – Agh, Impetuosa, ¿cuantas veces deberé decirte que no es bueno irte de esas formas?

– Ah, si – Medina solo se le quedaba viendo con los ojos abiertos como platos – ¿Y tu eres?.

– Soy Stuart – Fue lo que dijo el, presentándose de esa manera tan seca – Soy el Dios del Intelecto, patrón de los hábiles de mente fuerte y entrenada. Mucho gusto.

Stuart tenía el aspecto de un adolescente de tal vez 14 años, llevaba unos lentes muy distinguidos, y una vestimenta muy formal, compuesta de un esmoquin, corbata y pantalones a juego.

– Tu me caes mucho mejor – Haely, (la cual no había hablado ya que no entendía ni un romero), se encontraba mucho más clara ante la situación – ¿Ella es tu hermanita?.

– Si, ella es mi hermanita – Stuart se mostraba un poco avergonzado y decepcionado al hablar acerca de Impetuosa – Realmente es mi hermana mayor, solamente por un milenio me gana en edad.

– Vaya…… - Carlos soltó una pequeña risa – ¿Entonces porque le llamas hermanita?.

– Su aspecto y su comportamiento simplemente hacen que me sea imposible llamarla “hermana” – Stuart defendía su posición de manera brillante – Si tuvieras un hermano mayor que se comportará como un bebé, ¿lo llamarías “hermano mayor”?.

– Ese es un buen punto – Respondió Diego – Admiro tu manera de pensar, así que queda confirmado que eres el Dios del Intelecto.

– ¿Lo dudaste en algún momento? – El se arreglaba sus lentes, y sacaba de su bolsillo un reloj pequeño – No tengo mucho tiempo, así que les deseo suerte. Con su permiso, me retiro.

Stuart al igual que su hermana, se fue, pero el simplemente se fue en un destello de luz. Curioso, muy curioso.

–De nuevo solos – Haely ya estaba acostumbrada – Creo que toca esperar, de nuevo.

Nuevamente, se encontraban solitarios. Aunque al menos ya sabían más o menos que hacían ahí y que era el lugar.
En la longeva espera, encontraron varios elementos curiosos en el ambiente. Como por ejemplo, que el aire tenía un pequeño olor a Arroz con Leche viejo y con moho.
Entre espera y espera, el aire cada vez se hacía más ligero y denso, ¿o tal vez más pesado y suave?, a ciencia cierta, era algo difícil de describir. El viento soplaba más fuerte y el ambiente empezaba a oler a palomitas de maíz. Los rayos de luz que venían del sol se sentían en la piel, quemaban, la luminosidad del lugar se volvía tan alta que se volvía difícil abrir los ojos. Parecía que el caos era inminente.

– ¡AYUDA! – Haely se desesperaba, la ansiedad corría en su ser, simplemente no podía sentirse bien – ¡Hermano!, ¿¡Donde estas!?.

– Agh, ¡Haely! – Sebastian se hallaba ciego, no podía ver y el dolor de su herida ya “sanada” se hacía presente otra vez – ¡DEMONIOS!, quema demasiado…

– ¡Es triste saber que moriré sin que mi familia lo sepa! – Gritaba Carlos, mientras se tapaba sus ojos y trataba de correr en dirección a quien sabe donde – ¡Pero es aún peor saber, que jamás conduje un auto deportivo!.

– Aunque sonó estúpido, se escuchaba como Carlos lloraba cada vez que pensaba en esto último.

Entre la desesperación y el probable inicio de una muerte inminente, una voz se proclamó.

– ¡Humanos, no temáis ante mí omnipotente presencia! – Una fuerte e imponente voz femenina se escucho, en todas parte resonó.

– ¡Para eso decías Omnipresencia! – Medina fue el primero en responderle a la voz.

– (Maldita sea, uno queriendo hacer una entrada decente y viene un chivato y lo arruina) – Pensó el ser – Bueno, basta de balbuceos y de idioteces.

Se escucho un chasquido y todo la hecatombe que sucedía a los alrededores cesó en un parpadear.

– Les seré franca de una vez, soy Mary – El esperado encuentro finalmente se había hecho realidad – La Diosa de la Materia, Patrona del Todo y la Nada.

La fuerte luz que cegaba a todos, se había convertido en una luminosidad tenue la cual se posaba sobre la piel de Mary.
Ella era una chica esbelta y voluptuosa, de notable vestimenta. Lleva un vestido azul diamante con escote en U y una gran abertura por su espalda, en la falda lleva un curioso bordado de color azul eléctrico. Sus ojos eran de un negro azabache que parecía un vacío completo, su cabello era de color amarillo y portaba una blanca diadema con un diamante de color azul oscuro en las esquinas. Ostentosa, elegante y con presencia y carácter.

– Ok, está bien cenicienta – Haely no le cayó muy bien el mal rato que tuvieron que pasar para una vaga presentación – Justamente estábamos buscándote.

– Lo se, y no crean que me importa el tiempo que esperaron – Mary respondió con desgana – Pero como se que todo esta en juego, debo cooperar, al igual que ustedes.

– Oye, quiero que sepas una cosa – Diego tomó la palabra de manera repentina – En lo personal, no me gusta meterme en problemas ajenos, de nadie en realidad, así que no cooperare en nada. Y no, no me importa si te molesta o no.

Diego parecía molesto, desde el inicio, (es bueno ocultando su pensar y comportar), el no quería ayudar en nada, realmente le valía madres si todo se iba a la misma mierda…

– Hermano, no seas así – Adine trato de alentarlo para que ayudara – No es un buen momento para ser terco.

– Primero, un desconocido se arma un genocidio. Segundo, el mismo desconocido apuñala a Sebastián. Tercero, un “Semi-Dios” nos ataca y nos rapta. Cuarto, un Agujero Negro nos absorbe y terminamos aquí – Diego molesto, enlistaba todo lo malo que sucedió, se notaba muy alterado – Y Quinto y no menos importante, una “Diosa” me llama enfermo y casi me mata con la mirada. ¿¡Como quieres que esté!?.

– (Vaya, sabía que el tema era serio) – Pensó Mary mientras mostraba una perpleja cara de sorpresa – (Pero esto… Se sale un poquito de mis expectativas acerca del tema). Eh, b-bueno no se preocupen, me veía en la obligación de intervenir y de ayudarlos y de que ustedes me ayuden a mi. Sera un trato mutuo.

– Te escuchamos – Dijo Medina mientras se sentaba en el pasto y se recostada sobre uno de sus brazos – Quiero escuchar que tienes pensado.

– Antes de explicarles, me gustaría decirles que es este lugar – Mary habló mientras hacía aparecer su bastón – Probablemente Impetuosa les haya dicho que este es el Santuario Fracturado, pero, ¿Saben realmente qué es este lugar?.

– Recuerdo hace tiempo haber escuchado algo relacionado – Carlos tenía curiosidad – Tiene algo que ver con renacimiento si mal no recuerdo…

– Bueno, ese es un buen comienzo – Mary admiro a Carlos – Este lugar es donde vienen a parar las almas y esencias de todas las deidades que mueren, aquellas que hicieron algo grande en vida, son recordadas con monumentos que ilustren su más grande hazaña. Mientras que el resto, vagan en forma de esencia, esperando el renacimiento o alguien que decida darle un uso a su poder.

– Ya veo – Haely se mostró confusa, pero había comprendido una parte de lo que Mary mencionaba – Eso quiere decir, que esto es como un purgatorio de almas.

– Eh, algo así – Mary estaba avergonzada, no sabía como explicar con claridad el tema – Es un tema difícil, pero dejémoslo así como tu dices.

El ambiente se volvía más tranquilo, la presencia de Mary calmaba las aguas, era una chica tan linda y con unos aires tan pacíficos que no cabría el pensamiento de que era alguien mala. Parecía tener buenas intenciones.
Por otro lado, Sebastian solo se le quedaba viendo, de arriba abajo, observando y apreciando cada minucioso detalle de su cuerpo y cada pequeña partícula de su piel.

– Eres tan…perfecta – Sebastian estaba perdidamente enamorado, o eso parecía – Tu busto es tan prominente, tu pelo es tan sedoso y hermoso, tu olor es divino y tus caderas tan perfectas…, simplemente me derrito con tal gloriosa belleza…

Sebastian babeaba y se deleitaba la mirada con Mary, no paraba de apreciarla.

– (Odio cuando me toca trabajar con los raritos) – Mary pensaba de manera despectiva acerca de la actitud de Sebastián – Podrías por favor poner tu atención en la situación, si no es molestia.

– Déjalo, no ha tenido afecto femenino en su vida, con sólo ver una mujer hermosa basta para que se ponga así – Explicó Carlos burlándose de Sebastián.

– (Pobre, ni su madre ha de haberlo querido) – Adine también se burlaba, pero en su mente.

– S-Si, como lo ordene mi reina……. – Sebastián se arrodillo frente a ella y mostró una postura de completa lealtad – Me declaró como su más humilde y fiel servidor.

– (Bueno, al menos se humilló sólito, y ni siquiera tuvimos que abrir la boca) – Diego observaba y se reía calladamente.

– Si, eh, bueno – Mary no sabia que decir – Permítanme mostrarles las esencias de las que les hablo.

Mary dirigió al grupo y a un sumiso Sebastián a una especie de mausoleo, el cual se hallaba cruzando un pequeño puente de piedra el cual se mostraba con mucho moho pero en buen estado.
El mausoleo era imponente, estaba al parecer partido a la miras, habían restos por doquier pero aún así parecía estar en excelentes condiciones. Los pilares que sostenían todo a pesar de estar rotos se mostraban resistentes y fuertes, parecía un santuario, un santuario fracturado…
Mary los llevo adentro, en el cual lo primero que se lograba divisar era una fuente rodeada de luces de colores que emanaban voces, voces de pena y gloria, muerte y vida, tristeza y alegría…

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2022 ⏰

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