❀ Capítulo 23

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Irónicamente, Yoongi conoció al amor de su vida cuando perdió lo que más amaba.

Era el funeral de su madre, su familia estaba dispersa por toda la funeraria buscando hombros en los cuales llorar y brazos a los qué aferrarse en desasosiego. Tenía doce años y sentía la aguda desconexión entre cuerpo y mente que la muerte de su progenitora instaló en él tras partir.

Su padre, profundo hombre enamorado, estaba inconsolable; nada lo hacía retirar los brazos del cajón y los ojos del frío cuerpo de su mujer. Ni siquiera su pobre hijo único que llevaba más de una hora contemplando una maceta sin verla realmente.

Hasta que a sus oídos llegó una melodía que parecía escrita para él, una cadavérica canción que aclamaba comprender su sentir e incluso compartirlo. Caminó lejos del silencioso bullicio de las penas hacia aquella pieza musical que lo arropaba como la mujer solía hacerlo.

El llanto que tenía atascado en las entrañas brotó junto a la música, cayendo a la par de las notas y obligándolo a detenerse en medio de un pasillo desierto para poder llorar.

Pero la canción no lo abandonó.

Sangró para él, tan lastímero que lo hizo lagrimear recuerdos e inhalar miedos. Y cuando la evidencia de su dolor quedó reducido al rastro marcado en sus mejillas, Yoongi se recompuso y siguió su camino hasta la puerta de donde provenía la música.

Grande fue su confusión al encontrar solo un viejo y grande piano de roble dentro de la habitación. Nunca supo quién fue el autor de dicha pieza que lo marcó para siempre, diez años después aún puede recordarla cuando huele el café.

Y mucho tenía que agradecerle a aquella peculiar experiencia agridulce, pues en cada ocasión que sus dedos se fundían en el piano podía sentir a su madre.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2022 ⏰

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El chico que nunca sonríe » YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora