|| ¡Yo no creo en el destino! || Libro #1 KOOKV [Terminado] Trilogía 1/3

Capítulo 03

Después de aquel incómodo encuentro, decidí dirigirme a ver los clubes, pero sinceramente ninguno llamo mi atención.

El club de deportes me haría sudar y lo que menos quería era parecer un tonto que va tras un balón. El club de teatro no era lo mío, el club de canto medio llamo mi atención.

Para mi desgracia, esto era lo único que ofrecía esta universidad, había esperado por tanto tiempo entrar a esta prestigiosa escuela, creyendo ciegamente que todo lo que había en ella iba a ser sumamente increíble.. vaya decepción.

Solté un suspiro y me detuve en el último salón, si no me equivoco, este debe de ser el club de literatura. Antes de abrir la puerta, trate de imaginarme como sería un club de este tipo, ¿qué se supone que se hace en un club de literatura? ¿leer?

Moví mi cabeza de un lado para el otro tratando de borrar aquellas suposiciones tontas, las cuales no podrían estar del todo equivocadas. Con una sonrisa forzada abrí la puerta y accedí para acto seguido hacer una leve reverencia y saludar.

—Buenas tardes, mi nombre es Jeon Jungkook —levante la mirada encontrándome así con dos jóvenes que yacían leyendo un libro, en el fondo había otros dos que parecían buscar algo que leer y en el segundo piso había una chica que parecía estar haciendo el inventario

Está bien, algo como esto no me lo había imaginado, ni siquiera están acomodados para recibir a más miembros, cada uno está en su mundo..

—Am.. —carraspe mi garganta tratando de llamar su atención, pero solo recibí como respuesta una petición de silencio

Esto me dejó verdaderamente sorprendido, trate de no darle importancia y di la vuelta dispuesto a salir, pero antes de que pudiera dar un paso más, finalmente alguien rompió aquella ley.

—Soy Hiugan, bienvenido al club de literatura —saludo uno de los que yacían sentados, éste cerro su libro y de inmediato todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo, ahora veo claro quién es el que mueve los hilos por aquí

—Am hola.. —solté ya incomodo por la situación

—No esperábamos visitas —soltó poniéndose de pie —. Por lo regular, los de nuevo ingreso no suelen pasearse por aquí. Ya que eres el primero en venir, seré yo quién te explique como funciona este club —el mayor se acercó hasta mi —. Para empezar, este club te ofrece tres opciones

—¿Tres opciones? —esta vez solté curioso

—Así es, las actividades principales de este club son "leer, escribir e investigar" —dijo

—¿Investigar?

—Los que se dedican únicamente a investigar, son aquellos que tratan de darle sentido a las palabras de autor. La mayoría de los libros se basan en leyendas creadas por el ser humano, así que nosotros nos encargamos de darle credibilidad a la suposición del escritor.

—Ya veo..

—¿Qué me dices? ¿Te interesa?

De todos los clubes, este era el menos pesado, y por lo que parece, solo tienen tres actividades esenciales. Me gusta leer, no soy bueno escribiendo y eso de la investigación la verdad no se me da..

—Am, Hiugan-san.. —llame al mayor

—Sí, ¿qué pasa? —pregunto

—¿Han investigado alguna vez sobre el hilo rojo del destino?

—¡Lo encontré Hiugan-san! —soltó la chica desde la segunda planta

—¡Arrojalo Tara! —le pidió a la chica que simplemente asintió y dejó caer el libro el cual atrapó Hiugan con sus manos

El mayor camino hasta la mesa en la que nos encontrábamos todos sentados, tomo lugar y antes de que pudiera abrir el libro, sacó de su bolsillo unos lentes, los cuales se colocó.

—Nuestros superiores fueron los primeros afortunados en poder investigar sobre ese tema, a nosotros ya solo nos tocó leer todo lo que acumularon por años —sonrío con nostalgia —. El hilo rojo del destino se hizo popular entre las chicas, así que nuestros superiores se esforzaron mucho para investigar todo lo que tuviera que ver con esta leyenda

—¿Leyenda? ¿Entonces no se trata de un libro que escribió algún autor? —tenía demasiada curiosidad, tal vez este sea el lugar indicado, tal vez aquí hallé las respuestas a todas mis preguntas

—Te lo dije hace un momento, los libros que escriben la mayoría de los autores se basan en creaciones del ser humano, esta leyenda es una de ellas —el mayor abrió el libro y busco página por página hasta que finalmente encontró una anotación —. Tal parece que hasta la fecha nada a cambiado, todo indica que el hilo puede estirarse o contraerse, más sin embargo, nunca romperse —la respuesta de siempre

—Ya veo.. —estaba realmente decepcionado

El mayor siguió ojeando las páginas, lo mire detenidamente con la leve de esperanza de que consiguiera algo que me dejara más tranquilo, pero mientras más páginas doblaba.. todas mis esperanzas se iban con aquel trozo de papel.

—¡Detente ahí Hiugan-san! —pidió un rubio deteniendo con su mano dos páginas del libro

El mayor regreso y extendió ambas hojas, en la cual yacía situada una hoja del mismo color que el de las páginas.

—No había visto esta anotación, debió haber pasado desapercibida por el color del papel —dijo Hiugan para comenzar a leerla —. Ha comenzado a correr el rumor de que existe gente que es capaz de ver el hilo que une a las personas que están destinadas a estar juntas. Nuestras investigaciones tuvieron que alargarse para poder confirmar esto. Entrevistamos hace poco a un señor que aseguraba ser capaz de ver dicho hilo y lo que nos contó nos dejó por completo sorprendidos. El señor cuyo nombre corresponde a Jarol, asegura que el hilo que yace en su meñique es especial, ya que él es capaz de cortar su propio hilo y unirlo a quién él decida. También nos contó que cuando era joven vio por primera vez como su meñique resplandecía, el hilo comenzó a extenderse hasta finalmente unirse a una joven de su misma edad, pero antes de que pudieran coincidir, el hilo desapareció. La joven que estaba destinada a estar junto a él había perdido la fe, eso hizo que el hilo desapareciera. Después de un tiempo se dio cuenta que él era capaz de cortar su hilo, así que lo unió a alguien más, la cual se ha convertido en su mujer

—¡Increíble! —soltó uno de los jóvenes

—La persona que estaba destinada a estar junto a él.. ¿perdió la fe? —no lo entendía

—Seguro la mujer dejó de creer en el amor —dijo la chica llegando hasta donde todos nos encontrábamos

¿Acaso eso es posible? ¿Realmente puedes dejar de creer en el amor?

Mire una vez más mi dedo meñique. Si esto era cierto.. entonces.. ¿aquel chico perdió la fe?