Yoongi se encontraba en un sillón leyendo, estaba tan concentrado que no se había dado cuenta de lo silenciosa que estaba la casa, inquieto camino hacia la habitación de Jimin, pero no lo vio por ningún lado, entró en el baño al ver la luz encendida y vapor saliendo de esta, allí estaba él, de rodillas en el piso lavándose el cabello.
— ¿Por qué no me llamaste?
— No quiero molestarlo -le dio una corta mirada- parece que está molesto conmigo ... y no sé por qué, solo estoy lavando mi cabello, siento que está sucio y no me gusta -restregaba despacio-
Se veía tan lindo restregando su cabello, mientras el resto de su ropa se mojaba con espuma, sus mejillas estaban rojizas al igual que su nariz.
— El médico ordenó reposo absoluto, déjame hacerlo -se sacó el suéter que llevaba y empezó ayudarlo-
Jimin mantenía la mirada baja ante los toques de aquel que había dicho era su esposo, sentía vergüenza por lo que le era difícil verlo a los ojos no durando mucho porque poco después lo hizo, su mirada era penetrante y muy dura.
— ¿Me daría un beso? -pregunto sonrojado sintiendo muchas ganas al ver aquellos labios-
— ...
— ¿No quiere? -dijo triste-
— Me duele hacerlo, no me pidas eso -esta vez el desvío la mirada-
— E-estamos casados ¿Porqué no quiere?
— ... han pasado muchas cosas Jimin.
Este aparto las manos de Yoongi un tanto brusco y empezó a enjuagarse el cabello él solo.
— Déjame ayudart ... -Jimin lo interrumpió-
— ¿Puedo hacerle una pregunta? ... ¿tengo familia? -habló dolido- ¿alguien que no sea usted?
— ¿Por qué lo preguntas?
— Porque me gustaría irme, lejos, no quiero estar aquí -sollozo- me siento muy mal y necesito que alguien me cuide y vea por mí -su voz reflejaba dolor-
— No tienes a nadie más que a mí, soy tu única familia.
— ... es una pena, supongo que no puedo escapar de esto -Yoongi intentó tocarlo- ¡déjeme! yo lo haré, debo aprender hacerlo solo.
— Quédate quieto y deja de comportarte así -lo regaño dejando a Jimin sin palabras-
Yoongi terminó de secarlo, lo ayudó a vestirse y lo llevó nuevamente a la cama para que descansara ya estaba oscureciendo.
— Trata de dormir, lo necesitas.
— ¿No se quedará conmigo? Es mi marido, duerme conmigo -pidió triste-
— No quiero incomodarte, buenas noches.
Se sentía cansado, triste, había hecho demasiado esfuerzo para la condición en la que estaba, se sentía solo sin el apoyo de nadie, había muchas dudas en su mente y solo tenía poca información.
