Con el brillar de la mañana Jimin sabía que estaba por despedirse nuevamente de él como todos los días, era su parte menos favorita del dia, con un poco de cuidado toco su mejilla no queriendo separarse nunca de él nunca,
— No quiero que se vaya mi amor -susurro- no quiero.
Yoongi se movió entre las cobijas muy agusto, dio un suspiro largo con la intención de seguir durmiendo, pero de un momento a otro se levantó bruscamente.
— ¿Qué hora es?
— Aún es temprano amor -trataba de acostarlo- sigue durmiendo.
— Dame mi celular -intentaba alejar sus manos de él-
— Amor en serio, es muy temprano.
Yoongi sabía lo que Jimin intentaba hacer, estaba actuando muy protector, no lo quería compartir con nadie y Yoongi amaba tenerlo en ese estado tan vulnerable.
— Se lo que tratas de hacer, pero no funcionara Jimin, debo irme -aventó las cobijas lejos-
— Por favor.
— Es solo una reunión de una hora, de ahí saldré directo a mi trabajo -tomo su ropa y entro al baño-
Jimin resignado lo vio entrar al baño y poco después vio salir vapor, se estaba bañando, al cabo de 10 minutos salió ya vestigio secándose el cabello.
— Lo estaré esperando, así que será mejor que llegue temprano -dicho esto salió de la habitación-
Eran cerca de las 12 del día y Jimin ya no aguantaba la ausencia de su esposo, lo necesitaba demasiado, quería verlo, abrazarlo, besarlo, pero sobre todo necesitaba saber de aquella persona con la que tenía su cita.
Su cabeza empezó a doler demasiado y aquella desagradable sensación de cansancio y falta de aire se hizo presente de inmediato, las horas pasaron y nada, ni una sola llamada, estaba enloqueciendo ese era el término correcto, se estaba volviendo loco al no tenerlo.
Sin darse cuenta había empezado a llorar, en su mente enfermera pensaba que si no era con Yoongi la vida ya no tenía sentido, le era muy relevante seguir viviendo sin él, pasó mucho tiempo recostado sobre la cama de su esposo abrazando un suéter impregnado en el aroma de Yoongi.
En su mente no podía evitar pensar en un montón de escenas dolorosas, su esposo engañándolo, era inevitable ver esas imágenes en su mente.
Por fin la noche llegó y fue realmente emocionante para Jimin cuando escuchó un auto detenerse en la entrada, corrió hacia la puerta y vio a su gran amor bajarse del taxi, sin pérdida de tiempo lo abrazó con todas sus fuerzas.
— Mi amor ... ¿por qué no me llamo? -le dio un corto beso- tenemos que hacer algo al respecto -lo miro serio- no puedo estar todo el día sin saber de usted ... no puedo solo esperar a que me llame voy a volverme loco -reclamo-
— Te compraré un celular -le restó importancia- mañana le pediré a Taehyung que te acompañe.
— Quiero ir con usted -hizo puchero- no quiero ir con él.