Poco se habla del pasado de las personas cuando estas son exitosas. A la gente poco le importa la clase de gente que pudo ser o todo lo que vivió para llegar al punto a dónde está ahora, simplemente prefieren ignorar que el camino a la cima está lleno de baches y tropiezos y deciden verlo como un lugar al que estás destinado desde que naces. Nuestro querido Kakyoin sabe que llegar a dónde se encuentra hoy no fue por suerte ni por gracia del destino.
Una habitación familiar, la recordaba bien, era su cuarto cuando pequeño. Tenía una litera con acabado de madera, siempre le pareció tonto pues no tuvo hermanos con quien compartirla, en la parte de arriba dormían todos sus juguetes. Un armario dónde su ropa se guardaba finamente doblada y sin ninguna arruga visible. Un pequeño escritorio blanco que conbinaba con el resto del lugar y una ventana que siempre estaba cubierta con una cortina color verde que apenas y dejaba entrar algo de luz. Para Nori era el único lugar seguro después de su primera cita al psicólogo y psiquiatra. Un amigo imaginario el cual no desapareció a la edad que siempre lo hace, ni un año después, ni el siguiente, "no es normal" decían sus padres cuando nadie escuchaba pero kakyoin no mentía, realmente podía verlo y era el compañero de toda su vida. Realmente no entendía el porque nadie más podía verlo aparte de él y eso le impedía hacer amigos, no confiaría en nadie que no le creyera porque él no era un mentiroso.
-¡Mamá, Mira! —un dibujo bastante bien hecho para un niño de 9 años, de él y aquel amigo verde.
-Es muy lindo Nori —Su madre era la única que le creía, o al menos fingía para no hacerlo sufrir más— lo pegaremos en el refrigerador ¿Te parece?
Una bella mujer de 30 años con el cabello rojo encendido como el de su hijo y unos ojos azules que la hacían ver como un ángel. Algunas pecas y nariz respingada que también heredó su descendiente. Su amabilidad también era algo a resaltar, todo el que la conociera la terminaba amando. Pero la vida le otorgó un matrimonio miserable dónde ella solo era el adorno de una bella casa y un hombre de negocios que apenas y conocía a su hijo pues se la vivía viajando. Como madre hacía lo imposible por su hijo, por eso cuando aquel hombre se enteró de la condición de su único hijo no dudó en dar hasta su vida por salvarlo de todos los golpes que esperaban al pequeño.
-¡Es un maldito loco! Él no es mi hijo... Mi hijo jamás sería esquizofrenico. ¡Eres una zorra, te acostaste con otro hombre en mi ausencia! Ya veía raro que todo el parecido fuera contigo.
A pesar de dar la cara por el niño cuando ella terminaba inconsciente en el suelo nadie podría salvarlo. Por instinto aquel amigo verde salía en su ayuda para él y su madre pero era inútil, botellas, copas y jarrones de vidrio terminaban golpeando su piel causando graves heridas en ambos.
-Nadie se va a enterar de esto. Nadie sabrá que mi esposa es una puta y su hijo un loco... Kakyoin terminará la escuela y se irá a estudiar lejos de aquí hasta que aprenda a manejar la empresa sin su problema...
No vean con ojos de frustración a la madre, muchas veces pensó en escapar con su hijo en brazos y cuando finalmente tuvo el valor de hacerlo los trabajadores de su esposo no dudaron en dispararles, por las órdenes del señor, kakyoin entonces entendió a muy corta edad que las personas pueden ser seres humanos horribles y no importaba quienes fueran ni el daño que causarán si eso les permitía gozar de sus privilegios y comodidades. Aún recuerda como aquella noche lloró hasta el cansancio de ver cómo en el pecho de su madre aguardaba una bala de gran calibre.
Después de eso solo eran Kakyoin y su padre mientras su madre se recuperaba en el hospital y poco después de salir a él lo mandaron tan lejos como pudieron. Su madre sabía que era por su propio bien, de quedarse con ellos terminaría igual o peor que ella, era un sacrificio que kakyoin pudo entender. Pasó de escuela en escuela, de país en país, así hasta sus 17 años dónde su última parada antes de regresar a Japón sería el Cairo, ahí fue dónde sus desgracias parecían tener fin por encontrar a una persona encantadora que le mostró el mismo sufrimiento, solo que de forma maravillosa. El joven, cautivado por el diminuto cariño que le mostró aquel hombre, se doblegó ante sus deseos entregándose en cuerpo y alma, era la primera pizca de cariño en mucho tiempo, nadie puede culpar lo por sentirse seguro aún cuando sólo lo utilizaban. Dio era experto en enamorar a la gente con su aura seductora, le decía justo lo que Nori quería escuchar y sin darse cuenta, era obligado a hacer todo lo que el deseaba, incluso acabar con gente inocente.
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Decadencia Mental
Fiksi Penggemar- "ofréceme la pureza de tu cuerpo , quiero ser el único quien lo toque y solo sea mío" 16 de enero de 1989. Quien diría que sería un día tan fatídico para un adolescente de 17 años quien lloraba desesperadamente la vida de su amado , Jotaro Kujo ah...