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Minho sabía que este no era el momento de correr tras HyunJin

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Minho sabía que este no era el momento de correr tras HyunJin.

Estaba en el trabajo y no podía distraerse. Y, sin embargo, las yemas de sus dedos hormigueaban con nerviosismo y entusiasmo por la acción.

Minho se quedo mirando a la izquierda, al coche negro, en el que HyunJin estaba parado y hablando con un hombre desconocido. El policía realmente trató de concentrarse en su trabajo.

Desafortunadamente, falló miserablemente.

No pudo evitar seguir mirando al hombre alto con el cabello rubio, la encantadora sonrisa y los estúpidos ojos amistosos, con el perfecto cuerpo y hermosos labios rosados ​​absolutamente repulsivos.

 —¡Oye, Lee, mira hacia adelante!- Le gritó Kim. Minho hizo una mueca, el rubor se disparó en su rostro cuando abruptamente se volvió hacia el frente. Kim Mingyu era su compañero actual. Era alto, macizo, de hombros anchos y ojos oscuros. Kim era inteligente, fuerte y aterrador. La imagen de un policía perfecto.

A Minho realmente no le agradaba Kim.

Poco después de que Minho comenzara a trabajar, una vez llamó inconscientemente a Kim por su nombre de pila, Mingyu. Kim se había quedado muy quieto y lo miró al pelicastaño con  odio que casi lo hace llorar. 

Minho todavía estaba cien por ciento seguro de que Kim lo habría golpeado si no hubiera sido porque su padre entró en ese mismo momento.

—Ajústate el chaleco, Lee. No te estás protegiendo adecuadamente.‐ gruñó el hombre, pero no le dio a Minho una segunda mirada. Minho siguió en silencio la orden de Kim y enderezó su chaleco antibalas, que siempre se deslizaba hacia abajo. Aparentemente, este tamaño era el más pequeño que tenían. Y, sin embargo, era demasiado grande para él.

Minho y Kim estaban esperando a que alguien rompiera alguna regla. Conducir demasiado rápido o tal vez golpear a alguien. Los dos se quedaron a un lado de la carretera, mirando el tráfico durante una hora, con la esperanza de que sucediera algo.

Quizás sucedería un milagro y un ciclista chocara a Kim. Sin embargo, Kim era tan grande y musculoso que probablemente solo detendría la bicicleta con una mano sin pestañear.

Pensándolo bien un camión sonaba mejor para que chocara a Kim.

Sí, Minho simplemente mataría el tiempo imaginando un camión atropellando a su compañero. Realmente no quería que Kim muriera. Solo tal vez ... que terminara gravemente herido. O al menos en peligro de muerte.

—¡Endereza los hombos, Lee! ¡Pareces un saco de papas! Si tu padre te viera ahora ...- Minho se mordió el labio inferior, pero enderezó los hombros como se le ordenó y enderezó su postura.

Minho era un policía terrible. Y con un padre tan obsesionado con el trabajo policial, Minho era un hijo miserable.

—¿Disculpe?- Una voz melódica sacó a Minho de sus pensamientos sombríos. Confundido, el policía miro hacia un lado, trató de asignar un rostro a la voz profunda y tranquilizadora, miró directamente a los ojos cálidos y amistosos.

Criminal [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora