La realidad chocó contra mi cuando llegamos a la que ahora sería nuestra casa... nuestra... de todos nosotros, Scott, Steve, Stella, mi padre y yo. Viviríamos juntos y aún no sabía como funcionaría aquello. Ahora sí era real. Ya había pasado una semana aquí pero ahora era más real que antes, nuestros padres ya estaban casados.
La casa estaba lista y me sentía ansiosa por todo, compartiría casa con extraños, tendríamos que vernos casi todos los días por no decir todos. Un montón de preguntas se aglomeran en mi cabeza y no me dejan en paz, ¿cómo será vivir con estas personas? ¿Acaso será fácil? ¿Realmente voy a sentirme cómoda con ellos? Y estas no son ni la mitad.
Mi padre saca un control con el cual abre el portón principal, entramos y nos encontramos con la inmensa propiedad en la que ahora viviremos. El jardín es igual a cuando vinimos a ver la casa, según papá Stella había quedado encantada y quiso dejarlo así, la mayoría de los cambios fueron dentro de ésta. Mi padre despierta a Stella quien durmió todo el viaje y yo me encargo de Scott y Steve.
Todos salimos del auto y nos adentramos en la casa.
- bienvenidos a nuestro nuevo hogar - dice mi padre abriendo la puerta de par en par quedando todos de pie en la puerta.
Oficialmente era nuestro hogar.
A pesar de que estuvimos toda la pasada semana aquí, hoy era que se hacía real.
Scott se aleja antes de que mi padre termine la frase dirigiéndose escaleras arriba sin decir palabra.
- deberían ir a descansar chicos - anuncia Stella cuando ya hemos entrado por completo.
Steve se va corriendo con más energía que todos los que estamos aquí, sube las escaleras tan rápido que apenas y me doy cuenta, cuando es mi turno subo escalón por escalon poniendo ambos pies en un solo peldaño.
- ¿necesitas que te ayude a subir? - pregunta mi padre en tono de burla y yo solo niego con la cabeza.
No dejo de impresionar me con mi habitación, es hermosa y cada día me gusta más, es lo único de esta casa con lo que me siento familiarizada. Tengo un pequeño estante con un montón de libros, un escritorio, una cama queen size, hermosas cortinas amarillas decoran las ventanas, mi clóset es dos veces más grande que el que tenía ocupando casi toda la pared. Mi baño es hermoso, con baldosas blancas relucientes, una fantástica ducha de cristal, y el lavabo, ¡oh Dios el lavabo! Mi cosa favorita después del estante de libros. El lavabo es amplio y el espejo ocupa toda la pared, ¡es bellísimo! Tengo espacio mas que suficiente para todas mis cosas. Creo que después de todo si no estoy cómoda en otro lado de la casa, puedo quedarme todo el tiempo en mi habitación. También tengo un gran televisor colgado en la pared que está frente a mi cama. La habitación tiene todo lo que pedí, esta simplemente perfecta y como dije es Hayden por doquier. Hasta ahora me fijo que en las puertas hay una pequeña placa dorada con mi nombre y hay algunos espacios como para colgar cosas. Al parecer la pusieron mientras no estábamos, ya que no había estado ahí la semana pasada. Creo que papá o Stella lo han hecho para que le demos nuestro toque. Asomo la cabeza por el pasillo y veo que las de los chicos también tienen la placa con su nombre, entonces me da curiosidad de qué podría decir la mi padre, pero no puedo ir porque esta del otro lado del pasillo y tendría que cruzar por frente de la sala y mi padre puede estar ahí y preguntar y realmente sería tonto decirlo así que controlo mi curiosidad y me encierro en la habitación.
El resto del día lo único que hago es dormir hasta el día siguiente.
La semana pasa sin nada novedoso, todo de lo que se ha hablado es de la boda y el magnífico trabajo que realizó Eli al encargarse de todo.
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Hermanastros
Подростковая литератураVoy a sorprenderte al final de la historia, si no es así no me culpes tal vez eres difícil de comprender.