Capítulo 26: Descubiertos

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Allison

Cuando desperté en la mañana, Alex había desaparecido.

Podía apostar que estaba avergonzado y quizás algo confundido, pero podía entenderlo, lo que había pasado no era algo que podía tomarse tan a la ligera, menos alguien como él.

Durante toda la mañana estuve en la oficina pensando en lo que había sucedido. No entendía ni porqué ni cómo, pero en un momento había comenzado a sentirme insegura. ¿Y si a Alex no le había gustado?

La preocupación creciente había sido tan grande que no me di cuenta cuando mordí mi lápiz tan fuerte que lo había roto.

Escupí un pedazo del plástico sobre mi escritorio y tiré el lápiz al tacho de basura que tenía a un lado.

Suspiré y miré la hora en mi celular. Eran las cuatro de la tarde y quedaba menos de un mes para mi boda, lo que me tenía más que nerviosa.

Los investigadores no se habían contactado conmigo por el momento, lo que significaba que no habían hallado nada relevante aún y eso me estaba matando por dentro.

Lo único que quería hacer en ese momento era terminar la farsa y darle su merecido a Fred, el cual ni siquiera había pensado.

Frederick había sido un completo idiota, si me hubiera contactado y me hubiera probado que era hijo de mi padre, le hubiera dado dinero, todo el que le correspondía y mi padre no había sido lo suficientemente hombre para darle.

Si Fred había decidido ir por las malas, pues yo no sería amable tampoco.

Cuando dieron las seis de la tarde, alguien tocó mi puerta.

—Pase.

Mi secretaria entró y me dio una sonrisa nerviosa.

—El señor Alexander Meyer esta en recepción y quiere verla.

Una chispa de ilusión se encendió en mi interior.

—Deja que pase —indiqué, intentado ocultar mi emoción y nerviosismo.

La mujer asintió y salió, cerrando la puerta detrás de ella.

Luego de unos cuantos minutos, la puerta se volvió a abrir y Alexander entró.

—Hola —saludó.

Pude notar inmediatamente que estaba algo incómodo.

—Hola —lo saludé, dándole una sonrisa—. ¿Por qué viniste?

—Eh... bueno —se acercó a las sillas frente a mí escritorio y tomó asiento—, creo que quería verte...

—¿Viniste a rechazarme otra vez? —pregunté, aun sonriendo.

—De todas maneras, no te rechacé, sólo te pedí algo de tiempo —se quejó.

Yo solté una risita, me levanté de mi asiento y fui hacia él para sentarme sobre su regazo.

Alex pareció ponerse más nervioso, pero no se quejó ni intento quitarme.

—¿Y qué hay con lo de Fred? ¿Encontraron algo?

Suspiré y negué con poco ánimo.

—Nada de nada...

Alexander rodeó mi cintura con sus brazos y no pude evitar sonreír. Apreté los labios para no ser tan obvia, pero aun así él ya me había visto y pude ver como también sonreía.

—Espero que puedas terminar con esto pronto... —dijo, mirando hacia el frente.

—Yo también —concordé.

¿Comprometida? [Compromisos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora