CAPITULO 45

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El comandante Harrison y Oliver hablaban con Amanda tranquilizándola y que debía ir a declarar en el juicio de Luiggi para dejarla fuera de toda sospecha, ella solo los escuchaba sollozante pues todavía los recuerdos de esa maloliente mazmorra y todo lo que paso allí le dolía, pues descubrió todo lo que estaba escondido ante sus ojos

Harrison fue el primero en levantarse para despedirse y solo aclaro que después hablaría con ella sobre otros asuntos y se fue, Oliver se quedo con ella hablando de que debería perdonar a Luiggi para no vivir con rencor que eso a la larga le haría daño a ella, pero Amanda decía con enojo

—Oliver pero yo...fui siempre quién cedió más que cualquier mujer podría, sabía de su obsesión con Judith y lo apoyaba, pero nunca me imaginé que fue capaz de abusar de ella, por Dios que bajeza es esa, se portó como un monstruo y lo demás que descubrí de Él, un sádico asesino, lastimar de esa manera a esas pobres mujeres tratarlas como si fueran basura

Amanda se solto a llorar y Oliver la abrazo pues estaba sentado junto a ella diciendo

—Por favor Amanda cálmese, Él ya esta bajo vigilancia de la policía y la justicia se encargará de hacerlo pagar por todas sus maldades, pero ya no sufra más, debe estar feliz pues desde ahora será una mujer libre

Alzo su mirada y asintió con su cabeza limpiándose sus lagrimas con su blanco y elegante pañuelo para decirle más tranquila

—Tiene usted mucha razón, debo estar tranquila ya, ese hombre ya no vive conmigo, pero ir a declarar me da un poco de temor, lo conozco va a tratar de suplicarme que le ayude y yo...no soy capaz de hacerlo, pero necesito a alguien apoyándome para no flaquear

Oliver se levanto del sofá y le inquirió muy seguro de sí mismo

—Yo la ayudaré, yo estaré allí apoyándola, dándole fuerzas para que diga la verdad en el estrado para que se acabe todos sus miedos y renazca como una mujer fuerte

—Gracias Oliver gracias —lo dijo con su rostro alegre ya

—Bueno debo irme, por favor Amanda descanse, no piense ya en lo que paso, solo piense en que será una mujer feliz cuando la justicia la declare nocente de todo esto y podrá volver a...rehacer su vida de nuevo

—Adiós Oliver y gracias de nuevo —Se despidieron con un apretón de manos y ella lo vio subirse en el auto y alejarse, pero dentro de si se quedó con un leve cosquilleo de haberlo tenido muy cerca y aspirar su aroma varonil entonces entro sonriente recordándolo

Amaneció al otro día las aves trinaban con su melodiosa voz anunciando alegría, eso escuchaba Marck al despertar pues ya quería estar junto a su amor para hablar con ella y darle la buena nueva de su embarazo

Se alistó para bajar a desayunar, llegaba al último escalón cuando la puerta de entrada se abrió dejando entrever a sus padres y suegros llegar muy alegres y saludando a Alice que fue quién les abrió la puerta

—Buenos días Alice, hola hijo —hablo Dereck todavía en la silla de ruedas empujada por su esposa que denotaba alegría en su rostro y hablo

—Hola Alice, hijo de mi vida ven acá saluda a tu madre, que feliz estoy de que te encuentres bien y más con la hermosa noticia de que voy a tener bisnietos jajaja

Los padres de Judith llegaron muy felices felicitándolo, todos entraron hasta la sala la algarabía era muy alta, el ambiente se volvió muy alegre y jovial, Alice trajo bebidas de frutas para todos, Marck la invitó a sentarse igual que ellos pues era considerada de la familia

—Marck cuando gritaste que ibas a ser padre nos desconcertaste a todos, nos dejaste con la intriga, quisiera saber ¿qué pasó? ¿por qué gritaste eso? —lo pregunto Dereck mirándolo fijo a lo ojos

TU CITA A CIEGAS FUI YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora