•𝗩𝗶𝗱𝗮𝘀 𝑛𝑜 𝑡𝑎𝑛 𝗗𝗶𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀• Byron x Edgar - Brawl Stars

#12 Eres... II

𖣘

Una linda tarde les esperaba a todos, sin interrupciones ni incomodidades, se podría decir que todo era perfecto en la casa de Colette, jugando e intercambiando ideas entre amigos.

Byron tomó confianza y habló un poco más con los chicos sin tanta formalidad.

De un momento a otro, algo pareció estar mal.

No estaba Edgar.

Ninguno pareció darse cuenta hasta que Byron quiso voltear para abrazarlo.

-E-eh, chicos, ¿dónde está Edgar?

-¿No está aquí?- preguntó Colette mientras revisaba sin levantarse del sofá, a los alrededores.

-¡Edgar! Lo siento, tendré que ir a buscarlo.

-Puede estar en el balcón, o tal vez en el baño vomitando por tomar más de lo que suele hacerlo.

-Bien, iré a buscarlo.

El grande se levantó de su lugar y comenzó a buscar a Edgar.

Indagó primeramente en el baño, aunque lastimosamente no lo logró encontrar.

Decidió hacerle caso a Colette y buscar en la azotea, subió al segundo piso y lo encontró ahí, recargado en la varilla de la azotea con una lata de cerveza en la mano, mirando hacia abajo y con la mirada perdida, estaba demasiado tranquilo como para estar ebrio, así que Byron fue a revisar.

-Hola Edgar, ¿qué haces aquí?

No hubo movimiento alguno por parte de Edgar, así que con cuidado, el grande se acercó y lo agitó.

-¿Estás bien?

-Si.

-¿Y por qué estás aquí?

-¿No puedo venir tranquilo?

-Solo pregunto Edgar.

-Bien necesito pensar por favor.

-Oh... De acuerdo, te dejo.

Byron bajó la mano del hombro de Edgar y entró a la habitación.

-Espera Byron.

-¿Si?

-...
Quédate, solo no hagas tantas preguntas.

El menor extendió la mano, haciendo una señal de que Byron necesitaba acercarse.

-Bien..

El silencio reinó el pequeño espacio que ocupaba el balcón de la casa, mientras uno miraba con curiosidad la ciudad, otro solo quedó quieto en su lugar, con miedo a moverse y llamar la atención del contrario.

-¿Y en qué necesitas pensar?

Edgar quedó en su misma posición antes de contestar.

-No lo sé, al parecer me he sentido algo... extraño.

-¿De qué forma?

-Creí haber dicho que no preguntas.

-Bien bien.

Silencio.

No había ningún ruido proveniente del exterior, mas que los carros conduciendo y algunos sonidos que el viento provocaba.

-Entremos Edgar, no quiero que te enfermes, hace mucho frío.

-Estoy bien, no te preocupes.