Aprender.

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¿Porque si de chicos aprendíamos jugando, de grandes aprendemos equivocándonos?

Te pido perdón si me equivoque, pero teneme paciencia porque jugué a muchas cosas, pero la seño nunca me enseñó el juego ese llamado "vivir la vida", decía que era muy complicado y que tenía muchas piezas que se podían perder.

También me dijo que ni ella sabía muy bien las reglas, bah, que en realidad nadie las entendía bien, ahora que pienso, seguro no había un manual de pasos a seguir. La seño nos contó que aunque cada uno de los juegos está pensado para una edad distinta; este juego no lo sabe ni jugar el señor más sabio del mundo, sí ese que parece que tiene mil experiencias y que sabe todo, bueno, no sabe jugar a esto.

No sé, tal vez, cada persona se crea sus propias reglas: se avanza ciertos casilleros por algo, o se vuelve todo para atrás por otra cosa. Hay algunos creadores que pueden tirar dos veces los dados, mientras que otros pierden el turno.

Ningún tablero es igual al otro, hasta hay veces que los propios creadores del juego cambian las reglas.

Por eso, es imposible jugar con el tablero del otro, o por lo menos nadie logró hacerlo hasta ahora; dicen por ahí, que las personas que lo intentaron no tuvieron una buena racha, se quedaron en bancarrota y las cartas o los dados nunca salían a su favor.

Así entendieron, que debían construir su propio tablero, y armar su propio reglamento.

Ahora entiendo porque la seño nunca no los explico, quería que nosotros, de a poco, construyamos nuestro tablero, que aprendamos a mover las fichas de una u otra forma, y que pongamos las reglas que nos parecieran justas.

Porque es muy fácil aprender de algo que ya está construido, pero es mejor aprender cuando somos nosotros los arquitectos de una constante construcción, y aunque eso lleve derrumbes, es ahí donde aprendemos a poner los ladrillos mejor.

Tipeando.Where stories live. Discover now