Dia 32

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No podía recuperarte por mas que te quisiera ya no podía tenerte.

Te había lastimado, te hice llorar y preguntarte que habías hecho mal y conforme fueron pasando los días me costaba mandarte el mensaje de que ya no habría una segunda vez.

Habíamos intentando todo para ser lo mejor y lo fuimos durante un tiempo.

Fuimos lo que llaman un amor "perfecto", lleno de risas y besos, éramos mejores amigos y a la par fuimos pareja, ¿Qué mejor que eso? No había algo que no hiciera para verte feliz, o quizás si lo había.

El día que nos despedimos te dije cosas que pudieron lastimarte. Me dolía pensar que ninguno de los dos lograba olvidar los dolores, los malos entendidos, las peleas y las lagrimas.

Se muy bien que no es justificación pero ya estaba cansada de solo escribir y no lograr decirte nada de frente. Estaba harta de las actitudes tuyas que antes toleraba y que incluso me divertían.

Cansada. Esa palabra me defina. Cansada de mi, cansada de ti y de todos los sueños que tuvimos en su tiempo.

Te quería, mas de lo que deseaba admitir, pero mi cansancio era mas.

Ya no deseaba hablar contigo. No dejaba que te me acercaras, no toleraba tu tacto porque me dolía.

Si, era verdad lo que suponías, ya no te quería, al menos no de la manera en la que tu querías que lo hiciera.

Te convertiste en un amor que debía dejar.

Con una lagrima tuya y una lagrima mía te pedía que me terminaras, durante tanto tiempo inconscientemente te pedí que me dijeras que ya no me querías, que esta era mi ultima oportunidad para solucionar las cosas; que ya no habría mas disculpas. Pero jamás lo hiciste, solo estabas ahí diciéndome que en otro momento podríamos intentarlo, como si en cinco años mágicamente nuestra historia de amor cambiara drásticamente; como si realmente pensaras que yo estaría dispuesta a volverlo a intentar; incluso me hiciste pensar que jamás me prestaste atención pues tú mas que nadie sabias que no estaba en mis planes de vida regresar con un ex novio; lo que para mi terminaba era eso; un final.

Éramos un mar con demasiados corrientes que arrastraban como naufrago el poco amor que quedaba dejándolo atrapado por un largo rato hasta que este se cansara y se rindiera.

Decíamos querernos pero aquella palabra nos quedaba ya demasiado grande.

Por ti, Por mi y Por todos los sueños rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora