Varios días habían pasado desde aquella fiesta en la Mansión. Cada miembro se encontraba de nuevo realizando sus labores habituales sin mucha diferencia a como las realizaban antes. Todo parecía exactamente igual a como era antes, a excepción de dos personas; Lisette y Flandre.
A pesar de haber tenido aquel peluche ya por varios días, la pequeña Flandre no se cansaba de abrazarlo y jugar con él tal como la primera vez que lo tuvo en sus brazos. Ante tal visión de inocencia y alegría desinteresada, la sirvienta Lisette no podía hacer mas que sonreír.
"Lisette, llevas mucho tiempo holgazaneando viendo a la pequeña ama, ven a darme una mano"
"Ay Margaret, de verdad no piensas en nada más que el trabajo. Deberías de pensar en las pequeñas alegrías de la vida."
"Mi única alegría en la vida es el orgullo de mi trabajo. Puede que no lo creas, pero yo actualmente disfruto mi trabajo."
"Lo que usted diga, señora del semblante inmutable."
"¿Es aquello un insulto?"
"Quien sabe jeje"-dijo Lisette riendo alegremente. Tal hecho no pareció hacerle mucha gracia a Margaret, la cual realizo un gesto malhumorado, urgiéndola a retomar su trabajo. Lisette soltó un suspiro junto a un despreocupado "ya va, ya va" mientras se acercaba a Margaret para ayudarla a limpiar las ventanas del lado posterior de la enorme mansión.
Flandre, al ver que la sirvienta dejaba su lado, puso una expresión agridulce. Susurrando, le habló a Lisette mientras se separaba:
"Ya se va señorita Lisette?"
"Si, pequeña ama. Pero descuide, pronto te contaré un secreto. Sólo espérame un tantito, ¡valdrá la pena!"
"De acuerdo, ¡esperaré ansiosamente para oírlo!"
"Lisette, ¿Qué cosas le estás metiendo en la cabeza a la señorita?"
"Nada, no es nada Margaret. Ya te echo una mano..."
Tras aquella pequeña conversación, Lisette y Margaret se alejaron; dejando a Flandre sola junto a su peluche sentada mirando el cielo nocturno que yacía tras las murallas de la mansión. Flandre, desviando la atención del cielo nocturno y, acto seguido: cerrando sus ojos; abrazó con fuerza a Fluffy, hasta que el sonido de pasos acercándose distrajo su atención del peluche.
"Veo que te gustó bastante nuestro regalo Flan, le das tanto cariño como a alguien de tu propia familia."
"¡OOOOH! ¡Hermanita, me alegra mucho verte de nuevo!"
Tras oír la voz de Remilia, Flandre recostó el peluche en el sillón donde ella estaba sentada y corrió a abrazarla.
"Hermanita, eres muy suave. No tanto como Fluffy pero, te sientes más calentita."
"Tu hermana es muy suave y calentita Flan, eso es porque estoy viva al igual que tú."
"¿Fluffy no está vivo?"
"Fluffy...es alguien especial. Él no respira ni tiene sangre en sus venas como nosotros, pero aún así está a tu lado."
"Hermanita, eso me recuerda a algo...Aunque no es algo que recuerde muy bien."
"Oh, ¿Qué ocurre Flan? Puedes preguntarle lo que quieras a tu hermana, ella es la persona más inteligente y fuerte del mundo."
"De acuerdo..."
La expresión de Flandre se volvió melancólica tras aquellas palabras, aligerando la fuerza con la que abrazaba a su hermana; pero sin soltar su agarre.
"Recuerdo haber sentido este mismo calor en otra persona. Flandre recuerda haber sido abrazada por una persona que se sentía igual a ti, pero...no eras tú. Tampoco era Fluffy, ni Lisette, o Margaret...ni siquiera Meiling."
El semblante de Remilia se había mantenido relativamente sereno hasta el momento, pero tras oír tales palabras de la boca de Flandre, cambió a una expresión más nerviosa.
"Mmmm, suena como un tema difícil. ¿Podrías contarme algo más sobre aquella persona?"
"Lo...Lo intentaré. Emm, esta persona no era como las haditas. Tenía alas, pero eran negras como las nuestras, no transparentes...Esa persona irradiaba el mismo calor que tu, hermanita. Sí tu eres mi hermana y sentía algo parecido con ella...¿podría ser alguien de mi familia?"
Remilia, tras oír aquella pregunta, soltó una pequeña lágrima y abrazó de manera fuerte, pero no demasiado, a su hermanita. Aquel abrazo era comparable al de un cachorro intentando aferrarse a una de sus crías.
"Flan, la única familia que tú tienes soy yo y la gente de la mansión. Nosotros hemos estado siempre a tu lado y te hemos entregado todo lo que tenemos. Sé que sonará duro pero, olvídate del calor de esa persona, esa persona desapareció sin que le importásemos y no deberíamos darle más importancia que la que él nos dio. Estoy aquí y tú estás aquí; eso es lo único que importa ahora."
"Creo...Creo que dije algo que no debía. Perdón hermanita, ustedes y Fluffy son toda la familia que necesito. No sé que habrá pasado con esa persona pero intentaré no comerme la cabeza con eso..."
(Mierda, deje que mis sentimientos me superarán. Esto no es su culpa, no tengo porque desquitarme con ella por culpa de ese desgraciado intento de Padre.)
"Perdón debo pedirte yo, por actuar de manera tan impulsiva. Para compensártelo, te prepararé una rica torta para la cena"
Tras oír aquella proposición, una enorme sonrisa se dibujo en la cara de Flandre, la cual no pudo evitar gritar mostrando sus colmillos:
"¡¿DE VERDAD!? ¡Yupiii! ¡Mi hermanita me hará un delicioso pastel!"
"Así es pequeña Flan, es tu día de suerte. Traeré una silla extra para Fluffy también."
"Gracias hermanita, eso es muy considerado de tu parte."
Tras decir aquello, Remilia se retiró a la cocina, para dar la orden de la cena.
Ya en soledad de nuevo, Flandre estuvo reflexionando sobre los nuevos descubrimientos que había realizado gracias a las palabras de su hermana y la curiosidad de saber cual era el secreto que Lisette iba a contarle más tarde.
Sólo el tiempo le daría la respuesta, la espera podrá ser larga pero el resultado de seguro valdría la pena.
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Wings of Regret
FantasyEsta historia está basada en Touhou Project. Los hechos toman lugar durante la infancia de las hermanas Scarlet, mucho antes de la aparición de la Mansión Scarlet Devil en Gensokyo. Flandre intentará acercarse a los seres humanos desconociendo de s...