Miedo

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El reloj marca las 3 en punto de la tarde de un jueves frío y muy oscuro. Entrando al mes más esperado por todos, Diciembre. Todos mis seres queridos se encuentran acompañándome y a pesar de que todos me rodean la soledad y el dolor embargan mi cuerpo y alma. Mi amado esposo se encuentra a mi lado tomando mi mano, dándome fuerzas para no caer a pesar que a él se le hayan agotado meses atrás, el sigue conmigo a pesar de la distancia que interpuse entre nosotros, me sigue amando a pesar de mi falta de amor y afecto hacia él durante estos duros meses que hemos vivido.

-cariño-susurro en mi oído, trate con todas mis fuerzas de dedicarle una sonrisa pero lo único que salió de mis labios fue una mueca llena de tristeza. Mi madre se acercó a nosotros entregándonos una rosa blanca a cada uno.

-ya casi llegan-mi madre traía puestos unos lentes oscuros y grandes para no mostrar sus rojos e hinchados ojos.-Travis lleva a Mel a sentar-pidió con mucha preocupación, mi esposo asintió y con cuidado me dirigió hacia los primeros puestos de esta fría y un poco triste iglesia.

-pronto Lloverá-comento mi marido

-lo sé-di un largo suspiro de cansancio-el día de hoy se encuentra concordé a mi estado de ánimos-baje la mirada sintiendo como las lágrimas comenzaron a bañar mi rostro. Y es que es imposible no estar en el estado que me encuentro.

En la iglesia se escuchaban los murmullos de las personas, unos platicaban como si nunca se hubiesen visto, mientras que otros hablaban de trabajo y cosas triviales, es que no pueden ser capaces de respetar el dolor ajeno, tenía esas enormes ganas de mandarlos a callar.

-Mel-susurro Travis

-¿qué sucede?-pregunte

-estas muy pálida, deberías salir-opino

-quiero estar cuando lleguen-mi voz sonó más dura de lo que pretendía. Travis soltó un suspiro lleno de frustración.

Pasaron varios minutos y los murmullos aumentaron al igual que mi dolor de cabeza. Las puertas de la iglesia se abrieron haciendo que las molestas personas se callaran, el padre junto con el monaguillo entraron de primeros directo al altar, a los minutos atravesaron por la puerta cuatros hombres cargando en sus hombros el féretro color blanco de mi hijo, el nudo en la garganta volvió aparecer junto con las ganas de vomitar, Travis tomo de mi mano intentando darme las pocas fuerzas que el en ese momento tenía.

Flash Back

-como le diré a Travis y a mis padres-dije sentándome en el frío piso del baño con la prueba que daba positivo entre mis frías y temblorosas manos

-tienes que hacerlo-me animo mi rubia hermana

-y si Travis no se quiere hacer cargo-mis ojos se llenaron de lagrimas

-él no te va a dejar sola-trate de ser tan optimista como Bree

-papa me va a matar-dije, la imagen de mi padre decepcionado apareció en mi mente torturándome, las náuseas volvieron, me arrastre como pude y coloque mi rostro cerca del escusado sacando lo poco que tenía en el estómago, Bree a pesar de hacer una mueca de asco agarro mi cabello para evitar que lo vomitara

-tienes que calmarte Melanie-pidió, me separe del inodoro al sentir que en mi estómago ya no tenía nada. Las manos de mi hermana me ayudaron a levantarme y con cuidado me llevaron a la habitación que comparto con Travis

-¿crees que él se vaya a quedar conmigo?-pregunte en un susurro, mi garganta ardía por los ácidos estomacales que hace poco había expulsado

-él te ama-me arropo con una manta-y amara a esa criatura más que a su vida.-asentí, me acomode más en mi cama y sintiendo como poco a poco me quedaba dormida.

EL ULTIMO ADIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora