Batalla de Dveri (2)Matanza.

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Finalmente las flotas rusas se estaban movilizando detrás del planeta Dveri, los marines, oficiales, técnicos, artilleros se aposentaban en sus áreas donde esperaban el momento de actuar, unos tocando continuamente los diferentes controles de sus dispositivos, otros cargando las cargas y explosivos, y otros tanto revisando si los reactores estaban funcionando como debían.

Ahí en medio de el imponente campo de batalla se movían figuras.

Aunque causaron ligeras perturbaciones en los instrumentos estos rápidamente pasaron inadvertidos ante los centenares de datos que se estaban moviendo en la búsqueda de la llegada de lo flota enemiga.

Las figuras eran los dioses antes mortales hoy elevados a entidades cósmicas, con unos cuerpos inmortales y las energías del cosmos fluyendo dentro de ellos, llegaban como observadores y también divertidos miembros para ver esta batalla.

Asi como en la guerra de troya donde las flotas combatieron fuego a fuego, estas saltaron al planeta donde el divino Aquiles de pies ligeros que era capaz de atravesar con su cuerpo mejorado por su madre que sumergio a su pequeño bebe en un mar de partículas nanoboticas que crearon una defensa de vacio impenetrable alrededor del legendario guerrero excepto por su pierna, del temible Ayax el Grande que podría cargar cientos de toneladas en sus manos, de la hermosa Helena que su cuerpo medio humana medio inmortal era de una belleza tan hinoptica que fue perdonada, y como olvidar cuando los dioses pelearon, Ares transmutado a una forma humanoide saltando al campo de batalla y destrozando lo que encontraba en el frente, la hermosa Afrodita tele transportando al inútil Paris y tantas hazañas que ocurrieron en esa guerra.

Aquí los dioses miraban desde la palestra espacial, un gigantesco edificio en recuerdo y memoria de la antigua ciudad Moscu, con sus columnas de mármol y sus ingentes km de distancia, donde los dioses vivian y residían, lleno de bosques, como de ríos y lagos, además de a su poder los cuartos que parecían pequeños.

Pero en la practica los dioses podrían controlar las cinco dimensiones:

Largo, ancho, profundo, tiempo y espacio, por eso los cuartos que parecían de unos par de metros, una ves que entrabas, era el gigantesco tamaño de planetas donde los dioses habian creado sus propios reinos con sus cientos de semidioses, y dioses menores, además de acólitos y sirvientes, todos sustraídos para servir o desdicha de ellos.

En la mas principal de sus salas se elevaban los dioses, los Zares de dinastías pasadas y los zares de la actual Dinastia Imperial los Romanov, en el centro había 2 sillas, ahí donde estaban los principales.

En el lado izquierdo el poderoso Pedro el Grande que su majestad y poder era apabullante ante el resto de los dioses que debían guardar silencio ante sus palabras, al lado derecho se encontraba la Zar Catalina en su inmensidad y fuerza miraba rodeada de sus amantes hacia el centro de la sala donde podrían ver el planeta y todos las naves.

-Quien de ustedes esta de lado de los Polacos-dijo Pedro con una fuerza y majestad que todos callaron y oyeron con una senda reverencia, surgida del temor y del respeto.

-Yo estoy con ellos-dijo la Zar Catalina-mi hijo inútil nunca podrá lograr nada- en su tono había desprecio

Algunos dioses y sirvientes rieron ante el acierto de la zarina los otros callaron.

-No en tu hijo, pero si en el general Alexei-dijo Pedro con detenimiento hacia el hombre que daba ordenes de ultimo minuto y miraba el gran mapa táctico.

Los dioses comenzaron discutir, gustos y disgutos antes que uno de ellos se levantara.

-Los dioses polacos han venido-dijo señalando hacia una zona donde aparecieron una docena de ellos, a diferencia de la grandeza y poder de los Zares rusos, estos llegaban únicamente solos sin grandes acompañantes, cortejos o con ciudades creadas por ellos.

Guerra de Gigantes:Ascenso de La Republica Galactica de Francia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora