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Advertencias: fluff y cosas bomnitas

De a poco, Hoseok aprendió a confiar mucho más en Yoongi, en especial cuando el humano le hablaba con suavidad, ofreciéndole aguacates, que a Hoseok le gustaban mucho

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De a poco, Hoseok aprendió a confiar mucho más en Yoongi, en especial cuando el humano le hablaba con suavidad, ofreciéndole aguacates, que a Hoseok le gustaban mucho. Podía comerse uno entero, tanto en su forma humana como en su forma de ardilla, y desde ese momento se dedicó a perseguir a Yoongi para todas partes, descalzo, usando sólo el bóxer, pero llevando las playeras del humano, que le quedaban muy grandes. Eso no le importaba un poco, le gustaba usar la ropa de Yoongi, era muy cómoda y olía a él.

Jungkook, por el contrario, era algo así como más independiente que Hoseok. Pareció aburrirse rápido de estar detrás de Yoongi todo el día, así que se dedicaba a jugar con lo que se pillara en su camino. Lo que más le gustaba era transformarse en un conejito y explorar los lugares más recónditos del departamento, pues al ser tan pequeñito, podía meterse por donde quisiera.

Yoongi los quería mucho, de verdad, sin embargo... Desde que Jungkook llegó, los gastos aumentaron mucho, y eso lo estaba preocupando. Los dos niños no causaban mayor problema, pero ambos seguían una dieta de acuerdo a lo que podían comer (la carne, por ejemplo, estaba descartada), y debía comprar muchas frutas y verduras. Además, iban a crecer y tendría que comprarles ropa.

Al menos, la preocupación estuvo hasta que Jimin decidió ir a visitarlo, tres meses después de que llegó Jungkook. Su mejor amigo estuvo evitando el departamento pues no quería asustar más a Hoseok, pero ahora, ambos no tenían muchas ganas de salir. Además, la ardillita ya no le tenía tanto miedo.

Aun así, Hoseok corrió a esconderse al cuarto cuando vio llegar a una visita, sin embargo, Jungkook quedó encantado con Jimin.

―¡Tómame, tómame! ―chillaba a cada rato, siguiendo a Jimin incluso cuando fue al baño.

―¡Qué bonito conejito! ―le decía Jimin, riéndose por las carcajadas de Jungkook―. ¡Eres como un peluchito!

Cuando su amigo tuvo que irse, Jungkook se puso a llorar de forma desconsolada, sin querer que se marchara de allí. Hoseok apareció, tratando de consolarlo, y sólo recién Jungkook dejó que Jimin se fuera. Pero la historia se repetía una y otra y otra vez los días que Jimin iba a verlos.

Al final, Jimin decidió preguntarle a Yoongi si podía adoptar a Jungkook. Yoongi lo habló con el pequeño, que ya se acostumbró a vivir con ellos.

―Pero... ¿no veré más a Hobi? ―preguntó el pequeño, chupando su pulgar.

―¡Yo no quiero que Kookoo se vaya! ―protestó Hobi, lloriqueando y con una carita de pena y tristeza.

―Claro que se seguirán viendo ―respondió Yoongi, arrodillándose frente a ellos dos―, Jimin y yo somos amigos, así que podrán verse cuando quieran.

―¡Odio a Jimin! ―chilló Hobi―. ¡Me quita a Yoongi y a Kookoo!

Yoongi sonrió, enternecido por las palabras de la pequeña ardillita. Hace poco dejó de llamarlo "Señor" por completo, incluso dejaba que le hiciera cosquillas y, a veces, dormía acurrucado en su cuello, en su forma de animal. Pronto iba a cumplir un año desde que llegó a su casa, y ahora lucía más como un niño de ocho años.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2023 ⏰

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