-IV-

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 Me levanté cuando una luz me molestaba en mi rostro, debí quedarme dormida en algún momento de la ajetreada noche anterior. Estaba acostada en la misma silla de la posada en lo que era la habitación de Aiden, por lo que ningún evento de la noche anterior había sido un sueño. Zul había aparecido en Zosma con una evidente "salvación" que parecía una chica muy alta y agraciada que estaba alojada en una posada junto con Aiden, el único imbécil que se declara y luego huye. Genial, hermosa mañana para mí.

Me estiré el vestido al levantarme y al observar la cama vi que estaba revuelta, por lo que Aiden seguro había dormido allí y ya se había marchado, es decir, había huido de mí, por tercera vez. Me levante de la silla y estire mi vestido, estaba hecha un desastre, pero en mi defensa había dormido en una silla en una posición poco cómoda abrazando mi bolsa de viaje.

Bajé las escaleras en busca de alguna cara familiar, pero en lugar de eso tropecé con la dueña de la pasada. Era una mujer rechoncha pero joven, demasiado alegre para ser de Zosma, por lo que desencajaba con el pueblo:

-Sorcha, ¿no? - me saludo ella con gentileza exagerada – Adhara me ha pedido su desayuno en la habitación al igual que su nuevo amigo, el chico de cabello oscuro – Zul seguía en su habitación con la chica misteriosa, adorable, continuaba mejorando mi día – Pero Aiden ya está fuera con los caballos, me pidió que te avisara cuando despertaras, ¿cómo esta Morgana?

-De viaje- respondí armándome de paciencia con la extrema amabilidad de esa mujer, me daban nauseas.

- Que suerte que Aiden, Adhara y tu amigo estén de visita, ¿no?, así no estarás sola – agrego con una sonrisa, ¿Cómo es que no le dolía la cara de tanto sonreír?

-Sí, es excelente, iré a ver a Aiden, no tengo deseos de abusar de tu amabilidad y robarte un desayuno, muchas gracias- dije rápidamente mientras escapaba de la casera, la cual no recordaba ni su nombre. Camine hacía los establos, donde para mi sorpresa se encontraba Helio siendo cepillado y alimentado por Aiden, como en los viejos tiempos.

- Aléjate de mí caballo – le ordene llena de furia caminando hacía el.

- En mi defensa lo dejaste abandonado en un callejón de Zosma, tienes suerte que sea tan obediente y bien entrenado – me reprocho dejando el peine a un lado.

- Y en la mía me hicieron entrar a una posada por la ventana, como si fuera una ladrona, dudaba poder meter al caballo de la misma manera – respondí mientras acariciaba las crines de mi caballo del lado opuesto a donde se encontraba Aiden.

- No tendrían ni que haber entrado en primer lugar –comento molesto por lo bajo creyendo que no podía oírlo.

- Nunca vi un cartel que me lo prohibiese – respondí fuerte, dejando claro que lo había oído, a lo que el respondió con un bufido de protesta. - ¿Y además por qué tanto afán por proteger a la chica?

-Eso no te incumbe – respondió rápidamente.

-Claro, es tan obvio, es una chica sola, atractiva, y tu un imbécil, como no me di cuenta antes – reí con ironía y me di media vuelta para irme de allí, esa mañana ya había culminado, ya lo había determinado, ya había sido lo suficientemente mala.

- No es lo que piensas – me gritó desde el establo mientras me marchaba.

- Seguro – le devolví el grito – Espero que con ella tengas al menos la amabilidad de dejarle una nota cuando huyas.

- Sorcha, escúchame – corrió hacia mí y me jalo del brazo para detenerme, del cual me zafe con enojo, odiaba que me toquen – Adhara no sabe nada de mi pasado, pido por favor que no le diga nada, Zul ya sabe, pero por favor tu tampoco hables de nada.

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2021 ⏰

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Lesath Story: La Chica de Fuego y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora