Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, quiero ser tú, tu sangre, esa larva rugiente que regando encerrada bellos miembros extremos siente así los hermosos límites de la vida.
- Vicente Aleixandre
Ya hacía medía hora que había llegado a Hawkins, un lindo lugar, gente amigable y alegre, no como en Derry que todos finjen que no sucede nada en el pueblo ignorando las desapariciónes de los niños.
Escalofrío.
La mirada otra vez, no la había sentido desde que salí de Derry, la volvía a sentir. Niego levemente, solo es mi imaginación, me intento convencer a mi misma.
Steve, desde que llegué no me a dejado de molestar diciendo que sigo enana, lo cual no es verdad e crecido mucho, ahora mido 1,65mt, para mí eso es algo. También me estuvo contando que tenía como unos niños que le decían "mamá Steve" a lo cual me dió risa, ya que con ese cabello que el tiene cualquiera diría que es mujer, pero que más da, lo tiene incluso mejor que yo.
Hoy como ser mi primer día allá estaría conmigo todo el día para enseñarme el pueblo; ya establecida en mi ahora habitación voy con Stevie para irnos ya, anduvimos en su auto hasta el centro comercial.
-Me olvide que tenía trabajó hoy-se disculpa apenado-Te molesta si solo te doy dinero y te vales por ti sola?
Sonrío ladiana al oír su proposición.
-Claro-repondo. Bajamos del vehículo e ingresamos al lugar, era enorme, más grande que el de Derry- ¿Y dónde es que trabajas? -pregunto viéndolo intrigada.
-Ves la heladería de allá-asiento-Hay-responde sonriente-Si gustas puedes ir más tarde por helado.
-Huy que ofertón-bromeo-Bien te dejo aquí, dame el dinero así me largo-espeto estirando mi mano esperando el dinero.
-Ten y piérdete enana-rie.
-No soy enana.
Finalizó para salir corriendo sin razón alguna a un destino aún no definido, subo por la escalera mecánica que va para abajo, era divertido ir en contra para intentar subir a la sima, logrando al fin mi cometido, veo paronamicamente a mi alrededor buscando que hacer.
-Bingo-susurró al ver una tienda de ropa.
Ingresó y comenzó a tomar todo lo que llame mi atención e ingreso a los vestidores a probarme una y cada una de las prendas, hasta encontrar la indicada, era algo llamativa, pero sobretodo, linda.
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La pago y salgo de la tienda vestida con lo que acababa de comprar, luego mi vista se dirigió a una peluquería, sin dudarlo un segundo entro a esta, ya estaba harta de mi.cabello largo que se enreda cada dos segundos. Veo los cortes de cabello y encuentro el cual espero me quedará perfecto.
Sonrío al ver el resultado me encantó, con mi nuevo look de centro comercial busco que más hacer, apneas si llevaba gastado un cuarto del dinero que me dió Stevie, quien a decir verdad creo que no se fijó en cuanto dinero me dió.
