La Diablita

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A esa chica no la conocía así,
vino a mí y me hizo tremenda insinuación.
Confundido, solo asentí,
mas solo fue un engaño, y me dejó todo huevón.

Me afeité y me arreglé bonito,
me eché ese perfume que nunca utilizo,
hasta las compañeras que antes me llamaban "torpe chico"
al oído me susurraban "oe, te haz puesto rico".

Pero eso a mí no me importaba
pues lo hacía con una clara misión:
estar listo para poner a gozar
a quien de repente robó mi corazón.

Pero esa chica nunca llegó,
es más, ya ni me habló,
y muy seguramente influyó
que fuera novia de mi amigo quien también cayó.

¿Qué, me van a juzgar?,
que arroje la primera piedra quien no haya querido tirar.
El deseo, la pasión,
disculpen, pues, por haber caído en la tentación.

Pero por las puras fue,
¿para qué caí si al final no pudimos coger?,
estaba aburrida, tal vez, por eso me confundió,
ahora me siento usado, ni siquiera la pude ver.

Y así, amigas y amigos,
es como llegamos a la lección de hoy,
si vas a tener con cualquiera un rapidín,
no te arregles por ell@s, arréglate por ti en fin.

Y otra cosa qué rescatar,
a un amigo no se le caga de esa forma tan vil,
está bien tener deseos y esas cosas
pero no sigas mi ejemplo, no seas gil.

Los Poemas de EvaristoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora