She Looks So Perfect❤

Chapter Two❤

—Margo... 

—Argghhaachh

—Margo!

—Hhhmmm?

—Despierta nena, tu tío ha llegado, y no puede esperar demasiado, tiene que estar mañana por la tarde en Australia. 

Con solo escuchar "Tu tío ha llegado"  abrí mis ojos rapidamente.

—Ah, bueno, enseguida salgo.

—Bueno. Te estaremos esperando para merendar.

Me levanté de la cama y fui a buscar algo que ponerme de mi mochila. No quería abrir las maletas, porque apenas las abra, saldrían todas las cosas volando.

Me puse un jean azul y una camisa a cuadros con mis zapatillas y salí. Al salir, me encontré con un señor alto y flaco con un traje color gris, hablando con el Oficial Waks.

—Hey, Margo! Te presento al señor Adam Wilkinson, tu tío.

—Hola.— saludé tímida.

—Bueno, los dejo solos, para que puedan hablar. Recuerdas como llegar a la cocina, verdd Adam?

—Claro. Hablamos luego John!

Cuando el Oficial se fue, hablé.

—John?

—Ese es su nombre.

—Se conocían?

—Oh si, el fue toda la primaria y secundaria conmigo.- hizo una pausa- Ahora, hablemos de tí. Como estas?

— Bastante mal. Aunque podría estar peor. Y tu como estas tío?

—Me siento fatal por lo de tus padres, pero poder conocerte, lo compensa. Ya sabes, el tener un sobrina, es una hermosa sensación; especialmente cuando creí que no tenía nada.

—Me halaga saberlo. Y tú, tienes algún hijo?

—Una hija, un año menor que tu, se llama Celeste.

— Que bueno!

Cuando terminamos de merendar, llamamos al Oficial Waks, para avisarle que en una hora nos iríamos.

A las 19:00.

Una hora para comenzar mi nueva vida. 

Fui a buscar mis maletas para llevarlas a la patrulla, que nos acompañaría hasta el aeropuerto. Cuando subo a la patrulla, veo que mi tío estaba hablando por telefono. Escucho unos gritos de fondo, y risas. Cuando corta la llamada, pregunto:

—Quiénes eran?

—Cuando lleguemos los conocerás. Esas son las personas que mas amo, despues de mi hija.

Al llegar al aeropuerto, me di cuenta de que nos dirigimos a la zona VIP. Recién recordé que Tío vino en un Jet. 

Cuando terminamos de subir mis maletas, y el pequeño bolso de mi tío, nos despedimos de el Oficial. Espero volver a verlo.

Subimos al jet, y tío me muestra el avión. Hay dos secciones: una hecha especialmente para el, y la otra para acompañantes. Yo uso la de acompañantes,  que esta compuesta por dos asientos cama VIP: uno para descansar, y el otro tiene instalado la televisión, computador y Ipad; y un mayordomo.

Todavia estoy preguntandome de donde sacó mi tío tanto dinero como para pagar esto.

Apenas me senté, caí dormida, y recién desperté a la hora de desayunar.

Me levanté y apreté el boton para llamar al mayordomo, pero en vez de llegar este, vino mi tío.

— Hey, bae, como despertaste?

—Bae? No se lo que significa...

— No te preocupes, yo tampoco. Creo que quiere decir "Baby" o algo asi. Entonces, como estas?

—Supongo que bien, y tú?

—Muy bien. En media hora llegamos, e iremos a desayunar a un Starbucks, quieres?

—Claro!— hice una pausa— Tío, de donde sacas tanto dinero como para mantener esto?

—Nena, te contaré algo: Aquí en Australia, soy famoso, por llamarlo así. Soy el manager de una banda bastante exitosa. Te diría el nombre, pero prefiero que los conozcas en persona, dado que no eres muy fan de ellos, y no me reconociste.

—Siendo completamente sincera, cuando vi tu cara en la pantalla del teléfono, la primera vez que hablamos, tu cara se me hizo demasiado conocida.

—Bueno. Como sea, luego averiguaras más. Ahora comienza a guardar tus equipos, que estamos aterrizando.

Cuando bajamos del jet, me di cuenta de una cosa: no estabamos en un aeropuerto.

Estabamos en la azotea de un edificio.

Desde donde estabamos, se podía ver toda la ciudad. Es hermoso. Solo una vez salí de Brooklyn, y fue porque mi madre tenía unos asuntos pendientes en Miami.

Se siente tan bien, esto, comenzar de nuevo. Lamento demasiado lo de mis padres, pero estoy muy feliz de poder comenzar de nuevo, y dejar atras todo lo malo. Obviamente, muchas cosas pueden volver a salir mal, pero ahora se cuales debo hacer bien.

Muy pocas personas pueden tener una segunda oportunidad.

Y yo soy una de ellas.