Capítulo 3

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- ¡Ay! ***** me duele, como puedo ser tan tonta. - grité mientras me envolvía el dedo con una toalla de papel.

- ¡___! ¿estás bien? déjame ver.

- Si no fue nada tranquilo, solo me distraje.

- Déjame ver tu herida, vamos al baño.

Lo seguí al baño, hizo que me sentara y me saco la toalla de papel, me había hecho un corte bastante profundo en el meñique, yo si bien era buena aguantando el dolor, el ver sangre o heridas muy profundas me causaban asco. Jimin se dio cuenta de mi expresión de espanto cuando vi mi dedo y me dijo que no mirara que él se encargaría de curarme y que todo iba a estar bien. Yo solo me limite a aguantar el dolor y a pensar en otra cosa.

Una vez que Jimin me vendo el dedo nos dirigimos a la cocina y me puse a cortar el resto de verduras.

- ¿Qué crees que haces? te acabas de cortar, siéntate, yo terminaré de cocinar.

- Estoy bien, puedo hacerlo fue solo un dedo.

- En el baño tu expresión no decía que estuvieras bien. deja de ser tan terca, solo siéntate descansa y yo termino.

- Pero si ni siquiera sabes hacer cazuela.

- Bueno entonces dame las indicaciones, pero no te dejaré cocinar.

Después de resignarme le di las indicaciones y en unos 20 min teníamos todo listo. Nos sentamos a comer en total silencio.

Aún seguía pensando en lo que le había dicho hace unos segundos, la verdad era que con ninguna persona me sentía como cuando estaba con él, ¿de verdad solo quería que fuera mi amigo?

- ¿Qué te gustaría hacer ahora?, ya dejó de llover.

- ¿Tienes algún juego de mesa?

- Por supuesto, tengo muchos, ¿quieres jugar CATÁN?

- Me encanta ese juego, yo recojo los platos, tu por mientras traes el juego.

Fui a buscar el juego de mesa y lo instalé en la mesa de centro del living, Jimin llegó a jugar y como era de esperarse el juego estuvo lleno de risas, peleas y más risas, hasta que Jimin ganó. por supuesto yo me enojé porque odio perder.

- Mochita no te enojes, es solo un juego en el que yo te gane jaajjaja

- ¡Ya cállate!, fue solo suerte. - me pasé al otro lado de la mesa y le tiré un cojín en la cara.

- Ahh así que ahora quieres jugar así...

Comenzamos una pelea de almohadas por todo el living, parecíamos dos niños jugando, algo que me agradaba mucho. En ningún momento nos dio vergüenza jugar así, teníamos tanta confianza el uno con el otro que lo que hiciéramos estaba bien.

después de correr por todos lados nos tiramos al sillón cansadísimos. Yo me recosté en su hombro mientras nos reíamos, y Jimin me rodeó con su brazo por los hombros.

- Eso fue muy divertido, hace mucho no jugaba a tirar almohadas.

- Si, fue divertido.

- ¿Qué te parece si invito a los chicos a una pijamada?

Ahí fue cuando me levante a mirarlo, la verdad amo a los chicos y una pijamada sonaba como una estupenda idea, pero algo no me terminaba de convencer y era porque en mi interior solo quería estar con él y disfrutar el hermoso día juntos.

- Si, llámalos va a ser divertido - en eso me levanté y fui a la cocina a lavar los platos-.

- Dijeron que llegan en un par de horas más.

- Genial - sonreí-

- No, es solo que era divertido que estuviéramos los dos.

- Pero si quieres los llamo y les digo que no vengan.

- No, les acabas de decir que vinieran seria feo cancelarles, de todas formas, lo pasaremos bien.

- ¿Estás segura que no sucede nada más?

- Cómo odiaba que me conociera tan bien- No lo sé jimin, la verdad es que desde que tuvimos esa conversación a la hora de almuerzo que me siento incómoda.

- Si lo noté, yo también me sentí un poco incómodo después de eso.

- Perdón por haber sido tan cortante, es que el tema de que seamos amigos ya me altera un poco porque podrían malinterpretar las cosas con mis jefes y no quiero que me despidan.

- Ya lo sé, yo lo siento por jugar así contigo, sé que es un tema delicado, ya no lo volveré a hacer.

- Te repito que no quiero que me despidan, pero tampoco quiero alejarme de ti - me di vuelta para mirarlo a los ojos- y tampoco sé si quiero que dejes de hacerme bromas así, porque me gustan, en verdad lo que quiero decir es que tú me gustas Jimin.

Jimin solo me miraba a los ojos sin decir una palabra, se fue acercando a mí de a poco sin dejar de mirarme, tomó mi rostro con sus suaves manos y me besó. en ese momento sentí como si flotara en las nubes, no sabía desde hace cuánto tiempo me comenzó a gustar jimin, solo sabía que me sentía muy bien con él y no me percate que inconscientemente me preocupaba por él y por cada detalle que le gustaba, hasta esta mañana cuando me pregunto cómo fue que supe lo de su desayuno favorito, ahí me di cuenta de que realmente me gustaba jimin, me gustaban sus ojos, su forma de achinarlos cuando sonreía, la forma en la que desenreda su cabello hacia atrás muchas veces en el día, su forma de ver la vida, la manera en la que me cuidaba sin que me diera cuenta de ello, su forma de bailar y cantar, lo pequeñito que se puede volver cuando tiene vergüenza o miedo, sus labios, esos encantadores y suaves labios que estaba besando en estos momentos. Nos separamos y nos volvimos a mirar a los ojos.

- No sabes cuantas veces quise escuchar eso y también decirte lo mucho que me gustas desde que te vi, pero tampoco quería ponerte en una situación incómoda con tu trabajo.

- Perdón por demorarme tanto en decírtelo, pero sí, me gustas y me gustas mucho Park Jimin

- Tu también me gustas y no sabes cuánto mi Mochita - me tomo la cara dándome muchos besos cortitos por toda esta, para terminar, abrazándome-.

- Ya preparémonos que vienen los chicos, recuerda que tenemos nuestra pijamada - le dije sonriendo, ahora ya me sentía más tranquila-

- Jaja tienes toda la razón, tenemos que ver la forma de que quepan 6 personas más aquí.

Mientras ordenamos todo tenía la mente ocupada en ver cómo ocultar lo nuestro frente a los chicos y la empresa, me sentía realmente abrumada, así que decidí dejar eso de lado y disfrutar lo que me quedaba del fin de semana con Jimin y los chicos.

Una vida por descubrir (JIMIN Y T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora